Otra llamada de auxilio al Estado

Las escenas vistas este viernes y sábado en la frontera no son nuevas en la época estival, pero este año las entradas masivas de menores llegan en el peor momento. Ceuta ya acoge a más de 500 niños solos, una sobreocupación insoportable que repercutirá directamente en los jóvenes y en su digna atención.

El Estado tiene que actuar. Si bien es cierto que no hay que alarmarse, como reitera un Gobierno local acostumbrado a manejar estas situaciones, sí es necesario que el Ejecutivo Central se implique al máximo para solucionar la problemática antes de que la situación empeore. Y puede empeorar.

En agosto del año pasado consiguieron entrar a Ceuta más de 300 menores migrantes. Una cifra récord de la que todavía la ciudad autónoma no se ha repuesto después de meses y meses rezando para que se aprobara la reforma de la Ley de Extranjería con el fin de descongestionar unos centros al límite.

El Estado no puede quitarse el problema de encima señalando el 28 de agosto en el calendario. Ese día, supuestamente, comenzarán los traslados de 4.400 menores desde Canarias y Ceuta hacia las comunidades autónomas que cumplan con ciertos criterios. Pero la propia ministra Rego lo comunicó: “Comenzarán”.

Eso significa que, después de decenas de entrevistas, identificaciones, informes psicológicos y demás protocolos, las reubicaciones se llevarán a cabo a fuego lento, siguiendo unos siempre complejos procedimientos. Es una buena noticia, pero actualmente no soluciona nada.

Mientras tanto, agosto, que es el mes en el que más migrantes suelen intentar cruzar, lo afronta Ceuta acogiendo a más de 500 niños solos extranjeros y viendo cómo en solo un día llegaron más de medio centenar. Si el Ejecutivo no actúa, la situación pasará a mayores.

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