Pérez, a la espera de la investigación de Madrid que puede acabar con el cese del director del CETI

No se mojó demasiado la delegada del Gobierno, Cristina Pérez, este lunes durante su comparecencia tras las preguntas de este diario sobre los avances en la investigación que está llevando a cabo la Secretaría de Estado de Migraciones sobre el director del CETI. Antonio Bautista, según los testimonios de la propia víctima, minimizó la agresión sexual de un guineano a una enfermera en el centro y no activó protocolos, información que adelantó El Pueblo de Ceuta semanas atrás. La mandataria asegura que están “a la espera” de la decisión que tome Madrid y que, de confirmarse, desde el Gobierno “se actuará en consecuencia”.

“Condenamos cualquier agresión, se produzca en el CETI, se produzca en la playa o se produzca por un funcionario de la Ciudad Autónoma. Todas las condenamos, todas condenamos cualquier agresión y más si se trata de un trabajador público que está haciendo su trabajo en un centro público y que se ve amedrentado. Yo me baso en sentencias judiciales y en pruebas”, declaró Pérez.

La delegada condenó la agresión, pero quiso ser prudente sobre la activación de protocolos y la minimización de la situación por parte de Bautista, que disuadió a la enfermera para que no denunciara en el momento.

“En esa investigación se le preguntará a la persona agredida y se sacarán unas conclusiones. El Ministerio está en ello y así se hará. Más allá de eso, no tengo más que decir”, comentó la delegada. Este diario ha podido confirmar que desde la Delegación del Gobierno no se han puesto en contacto con la víctima.

La información que publicó este diario el pasado martes dejó tocado a Bautista. Según fuentes consultadas del interior del CETI, el director no activó los protocolos correspondientes después de que un guineano agarrara con violencia a una enfermera que lo atendía y se bajara los pantalones frente a ella. La joven logró zafarse del agresor y pedir ayuda.

Lejos de escandalizarse, siempre según fuentes consultadas por este diario, el director del CETI trató de quitarle hierro al asunto e intentó convencer a la sanitaria de que no denunciara en ese mismo momento, que “esperara”.

Además, pidió una traductora para recoger la versión del africano, que negó los hechos. Bautista, según ha podido saber este medio, puso en duda la versión de la enfermera después de escuchar al agresor en una habitación cercana, algo que indignó a la sanitaria.

La víctima no denunció al instante, pero al cabo de una hora decidió llamar a la policía fruto de un ataque de ansiedad después del episodio con el residente. Cuando llegaron los agentes y recogieron la versión de la enfermera le propusieron denunciar a Bautista por, como mínimo, “dejación de funciones” al no activar los protocolos correspondientes y avisar a la Fiscalía o a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tras la agresión.

La enfermera ha tenido que coger una baja psicológica tras el incidente. El agresor fue condenado a nueve meses de prisión por delitos de coacciones, maltrato leve y lesiones, además de a tres meses de alejamiento de la víctima.

El director del CETI ha castigado al agresor, al que define de “vulnerable”, según ha conocido este diario, pagándole una pensión de su bolsillo a 60 metros de la playa.

Sindicatos como UGT Sanidad, SATSE y Solidaridad, además del Colegio de Enfermería y Vox -que lo elevará al Congreso de los Diputados- reaccionaron pidiendo explicaciones o directamente el cese de Antonio Bautista tras lo ocurrido.

La Delegación del Gobierno elevó la información publicada por este diario a la Secretaría de Estado de Migraciones, que posee las competencias del CETI. La investigación se mantiene abierta y puede desembocar en el cese de Bautista.

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