Delegación evita un nuevo conflicto en el CETI por la gestión de Bautista

POLÍTICA

La reparación de la campana extractora que demandaban en cocina y que estuvo a punto de generar una movilización, se arregló con una pieza de nueve euros tras la actuación del órgano gubernamental. El director del centro pidió un contrato menor de unos 10.000 euros que se llegó a adjudicar, pero finalmente se canceló

Instalaciones del CETI. / FOTO EL PUEBLO
Instalaciones del CETI. / FOTO EL PUEBLO

El director del CETI, Antonio Bautista, continúa su huida hacia adelante en solitario, con un supuesto respaldo de Madrid que puede agotarse en las próximas semanas. Tras los dos incidentes adelantados por este diario —uno en el que disuadió a una enfermera de denunciar la agresión sexual de un guineano y no activó protocolos, y otro en el que se confirmó que costea un hotel al mismo residente, ya condenado—, un nuevo episodio ha sacudido el centro.

Se trata de la reparación de la campana extractora de la cocina, cuya avería venían denunciando los trabajadores desde hace meses y que estuvo a punto de provocar una movilización este lunes. Según ha podido saber este medio, ante la inacción del teniente de la Guardia Civil y las evasivas hacia las llamadas de la Delegación, la entidad que dirige Cristina Pérez gestionó la intervención de personal de mantenimiento —aunque no era de su competencia—, que solucionó el problema con una pieza de apenas nueve euros.

Bautista había solicitado al órgano de representación del Ejecutivo central un contrato menor de unos 10.000 euros para resolver la avería, trámite que llegó a adjudicarse a la empresa Tecnogas, pero que fue cancelado tras resolverse el problema por nueve euros. El contacto del director del CETI con la Delegación es prácticamente nulo, y centra sus gestiones directamente con Madrid.

La situación en la cocina del centro es insostenible desde hace tiempo, debido a que tanto los aires acondicionados como la campana extractora estaban averiados. Esto provocaba un clima ‘infernal’ que estalló este mes de agosto. Los empleados, con el sindicato UGT a la cabeza, habían programado una manifestación para este lunes, que fue desconvocada tras la intervención de la Delegación del Gobierno.

Los aires acondicionados llegarán la semana que viene y la campana extractora fue arreglada tras la intervención de la Delegación del Gobierno, que contactó a un ‘avispado’ empleado de mantenimiento que solucionó la papeleta cuando el Gobierno estaba a punto de invertir 10.000 a petición del director del CETI. Durante estos meses, a pesar de las quejas trasladadas a Bautista, el mandatario no ha sido capaz de gestionar, según fuentes consultadas, las demandas de unos trabajadores que desempeñaban sus funciones en unas condiciones extremas. “Le ha dado exactamente igual”, exponen.

Instalaciones del CETI. / FOTO EL PUEBLO
Instalaciones del CETI. / FOTO EL PUEBLO

“La campana era lo más peligroso porque puede ser el origen de un incendio. Era importantísimo solucionarlo ya. A Bautista le fue comunicado nada más llegar, pero tras casi un año en el cargo no había atendido las demandas”, subrayan fuentes consultadas cercanas al centro.

Tras las evasivas de Bautista, que se negó a llamar a las empresas reparadoras de la avería desde un inicio y que propuso un contrato menor, tuvo que entrar en acción Delegación del Gobierno, a pesar de que la responsabilidad era del director del centro.

El teniente de la Guardia Civil está en la cuerda floja y a la espera de la investigación que está llevando a cabo la Secretaría de Estado de Migraciones sobre su gestión. Son muchas las voces cercanas al centro que dan por hecho el cese de Bautista, que -de momento- parece tener solo el respaldo de Madrid. El mes ‘inhábil’ de agosto y la falta de un sustituto para el puesto, posibles motivos por los que el director sigue al mando, según fuentes consultadas.

Hace unas semanas una enfermera sufrió una agresión sexual de un guineano que se bajó los pantalones frente a ella y la agarró con fuerza, causándole contusiones en un brazo. La sanitaria consiguió zafarse del residente y pedir ayuda. Bautista, lejos de escandalizarse, disuadió a la víctima de denunciar y no activó ningún protocolo, por lo que pudo incurrir en una infracción por “dejación de funciones”.

Fue la propia enfermera, que planea casarse este año, quien tuvo que contactar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, cuyos agentes le preguntaron si deseaba denunciar a Bautista por su actuación, aunque no lo hizo. Actualmente, la sanitaria está de baja psicológica. El ‘premio’ de Bautista al agresor —ya condenado— fue pagarle un hostal a 60 metros de la playa, donde ha estado alojado desde entonces, al menos hasta este lunes, como ha confirmado este diario. Ahora, el director mueve hilos para facilitar su traslado a la península, según fuentes cercanas al centro.

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