Paro en descenso

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Es innegable que las cifras ofrecidas por el director provincial del SEPE, Francisco José Gil, invitan a un moderado optimismo. Un 9,1 % menos de parados en un año no es un dato menor, y menos aún cuando el descenso se reparte por casi todos los sectores. La mejora en la contratación indefinida y el impulso a colectivos tradicionalmente más castigados por el desempleo, como mujeres, jóvenes o mayores de 45 años, refuerzan la idea de que algo se está moviendo en el mercado laboral ceutí. No es para lanzar las campanas al vuelo, pero sí para reconocer que las políticas activas de empleo están encontrando cierto eco en la economía real.

Ahora bien, detrás de los porcentajes y las gráficas hay realidades que no conviene olvidar. La industria, con 40 parados más, recuerda que no todos los sectores están en la misma senda. Y aunque la contratación indefinida crezca a ritmo notable, queda por ver si esa estabilidad se traduce en salarios dignos y condiciones laborales de calidad. Un contrato indefinido precario no deja de ser precario. El reto no está solo en reducir el paro, sino en construir empleo que permita a los ceutíes vivir con seguridad económica.

La apuesta por el autoempleo y la inversión en programas para personas con discapacidad es otro punto positivo. Las cifras de inversión, que rozarán los 27 millones de euros en 2025, suenan contundentes. Pero, como siempre, el papel lo aguanta todo. La clave está en la ejecución: que las ayudas lleguen rápido, que los proyectos no se pierdan en la burocracia y que el dinero público se traduzca en oportunidades reales y no en cursos eternos sin salida laboral.

El protagonismo femenino en la mejora de las cifras merece mención especial. Que las mujeres concentren el grueso del crecimiento en la contratación y, sobre todo, en los contratos indefinidos, es un paso que habla de una ciudad que empieza a reconocer y aprovechar mejor el talento femenino. Pero aquí también toca vigilar: que esta tendencia no se limite a ciertos sectores feminizados y de menor remuneración, sino que abra puertas a todos los ámbitos.

Los datos son buenos, pero no definitivos. La reducción del paro es un motivo para sentirse satisfechos, sí, pero no para dormirse en los laureles. Ceuta sigue teniendo por delante el desafío de diversificar su economía, reforzar sectores como la industria y garantizar que la mejora del empleo sea sostenible y de calidad. La meta no es solo que haya menos parados, sino más trabajadores contentos, formados y con futuro.

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