La lucha contra el movimiento ‘Haraga’
Un año más asistimos, por estas fechas, a la función en redes de decenas de usuarios de TikTok —entre otras plataformas— incitando a jóvenes del norte de África a lanzarse al mar y arriesgarse a morir ahogados para llegar a territorio español.
Pone los pelos de punta comprobar cómo publicaciones que calculan la distancia a nado entre Ceuta y Marruecos, o que detallan los trámites para pedir asilo una vez dentro de la ciudad, circulan libremente en forma de vídeos virales, miles de veces compartidos y con un sinfín de reacciones.
Las redes sociales están jugando un papel clave en esta forma de migración clandestina, conocida como movimiento ‘Haraga’, al mostrar a chavales que ya han alcanzado Ceuta de fiesta en el CETI o celebrando como un gran triunfo su traslado a la península después de unos meses en la ciudad.
Los jóvenes que viven en contextos empobrecidos o de precariedad extrema en el norte de África se marcan como objetivo llegar a Ceuta a toda costa para empezar una nueva vida. Lo que no aparece en esos vídeos y comentarios de TikTok son los 19 cadáveres recuperados en la ciudad en lo que va de año, ni los 21 del año 2024.
Personas desesperadas o con un sueño distorsionado se juegan la vida prácticamente a diario en el mar, especialmente en agosto, cuando la niebla espesa, el viento de levante y la intensificación de la actividad en redes favorecen los intentos. Es un asunto muy serio, agravado por la amplificación que proporcionan estas plataformas.
Marruecos está actuando: tanto en el mar, recogiendo a los nadadores pese a sus intentos, como en el ámbito policial, con detenciones de quienes incitan a la migración clandestina a través de redes. El pasado año, tras la llamada masiva a cruzar el 15 de septiembre, el país vecino arrestó a unas 60 personas vinculadas a este movimiento. La semana pasada fueron dos. Y, aun así, los vídeos virales siguen circulando día tras día en una peligrosa búsqueda de la tragedia.