Locales sin rampa o elevadores insuficientes: las barreras arquitectónicas en Ceuta

DISCAPACIDAD

Un vecino ceutí en silla de ruedas denuncia que la nueva oficina de Turismo en Gran Vía no es accesible, al igual que las sedes de Movistar, de La Caixa o del Centro del Mayor

El ceutí que ha denunciado la ausencia de rampa en la nueva oficina de Turismo de Ceuta. / FOTO CEDIDA
El ceutí que ha denunciado la ausencia de rampa en la nueva oficina de Turismo de Ceuta. / FOTO CEDIDA

Un vecino de Ceuta con discapacidad, que depende de una silla de ruedas, ha querido denunciar públicamente las dificultades a las que se enfrenta a diario para acceder a diversos espacios públicos y privados de la ciudad. Asegura que la falta de rampas, la “mala instalación” de elevadores y la ausencia de ascensores en algunos edificios le obliga a abstenerse de acudir a determinados lugares, lo que considera una vulneración de su derecho a la igualdad de acceso.

El ciudadano pone como ejemplo el nuevo punto de información turística que será inaugurado en la Gran Vía. “Si no instalan una rampa, tendrán que salir fuera a informar a los discapacitados. Nuevamente no nos han tenido en cuenta”, lamenta. Afirma que este caso es especialmente significativo al tratarse de un servicio público destinado a todos los visitantes, incluidos quienes presentan problemas de movilidad. Este periódico ha tratado sin éxito de contrastar con la Ciudad si la nueva oficina de Turismo llevará rampa una vez abra sus puertas.

La denuncia se extiende a entidades privadas de uso frecuente, como la sede de Movistar, donde asegura que no existe ninguna rampa que le permita acceder. “Me tuve que cambiar de compañía porque directamente no podía entrar”, explica. Una situación similar se repite, según relata, en la oficina de La Caixa en la Plaza de los Reyes, donde hay instalado un elevador que, sin embargo, requiere de asistencia para su activación. “Yo no puedo entrar solo, necesito que alguien vaya conmigo para que un empleado lo ponga en marcha. Eso significa que no puedo ir de manera independiente a sacar dinero”, denuncia.

El problema, subraya, no se limita a bancos o comercios. También afecta a espacios culturales como el Museo del Revellín, donde un elevador mal ubicado impide maniobrar con su scooter. “Está tan pegado a la pared que no hay forma de entrar. Está mal instalado. Si yo no quepo, una silla de ruedas normal tampoco”, asegura.

Otro de los episodios más complicados lo vivió en el Centro del Mayor, también en la Plaza de los Reyes. Allí, durante una actividad cultural, no pudo acceder a la sala superior porque el ascensor no funcionaba. “Me tuvieron que ayudar entre varios asistentes a bajar las escaleras. Primero cargaron mi scooter y luego a mí, en una silla. Fue un lío y una situación poco digna”, recuerda.

El afectado sostiene que estas barreras arquitectónicas suponen mucho más que un obstáculo físico: “Nos obligan a depender de otros para cosas tan básicas como ir al banco, entrar a un museo o acudir a una oficina pública. Eso no es igualdad”.

Su denuncia se suma a las voces que reclaman una revisión integral de la accesibilidad en la ciudad autónoma. La Ley General de derechos de las personas con discapacidad y su inclusión social obliga a que los espacios públicos y privados de uso colectivo sean accesibles, pero la realidad, según este vecino, está lejos de cumplirse en Ceuta.

El ciudadano concluye que la falta de medidas adecuadas perpetúa la exclusión y pide soluciones inmediatas. “No pedimos privilegios, solo poder entrar y salir por nosotros mismos, como cualquier otro”, afirma.

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