Tula Fernández Maqueira y sus ‘Cinco cartas portuguesas’
CULTURA
La escritora jerezana, aunque afincada en Ceuta, vuelve con una nueva obra inspirada en la ‘revolución de los claveles ‘portuguesa del 28 de abril de 1974

Hay veces en que la historia y el sonido se entremezclan. Puede ser en momentos dramáticos: tal era la admiración que Giuseppe Verdi merecía a sus compatriotas que durante los días en que su final se antojaba como irreversible, se hizo todo lo posible para que ningún ruido perturbara las últimas horas de vida del genial compositor italiano. O a principios del siglo XIX cuando un solo hombre, Isidro Llusá, hizo retroceder a las tropas napoleónicas: era el tamborilero del Bruch, que se escondió en las entrañas del Monasterio de Montserrat y comenzó a tocar el tambor, consciente de que el ruido haría pensar que la resistencia española era mucho más grande. Por no hablar del poder de la radio: Orson Welles se presentó al mundo con una radionovela, ‘La Guerra de los Mundos’, tan bien interpretada que la gente comenzó a armarse de provisiones y escopetas, a huir de sus casas, para hacer frente a la invasión extraterrestre.
Pero si hay un momento que verdaderamente cambió la historia, fue en 1974. Radio Emissores de Lisboa emite, a las 23.55, ‘E despois de adeus’, que había representado a Portugal en Eurovisión ese año. Era la primera señal: la segunda, y definitiva, llegaría en Radio Renascensa (propiedad de la Iglesia) a las 00.25 horas. Sonaba ‘Grandola, vila Morena’, de Zeca Afonso: una canción censurada al ser considerada -con razón- de inspiración comunista. ¿Qué pasó en esa media hora?. Que la emisión de ambas canciones significaba que todo estaba listo, y que el Golpe de Estado que acabaría con el régimen primero de Salazar y segundo de Marcelo Caetano estaba en marcha. Horas después, se vieron las icónicas imágenes de las mujeres colocando claveles en los cañones de los fusiles. Era la ‘Revolución de los claveles’: pueblo y Ejército hastiados, perfectamente coordinados, hasta que la dictadura pasó a la historia.
La revolución portuguesa ha inspirado miles de documentales, articulos, poemas, libros. El último es de una de esas ceutíes que, como dice el himno, forma parte de esas regiones de España que encuentran aquí su nido. María José ‘Tula’ Fernández Maqueira se ha inspirado, precisamente, en ese momento para escribir su tercer libro: ‘Cinco cartas portuguesas’. “No son cinco cartas escritas en aquel contexto, sino es un homenaje a un libro anterior escrito justo en la caída de de la dictadura que se llama Nuevas Cartas Portuguesas. Es un libro muy feminista, muy reivindicativo. De hecho, las autoras de ese libro terminan en prisión, lo que pasa es que, bueno, el golpe de Estado triunfa y evidentemente hay una amnistía y ellas pueden salir de de de prisión y librarse de ese delito. Y, a la vez, ese Nuevas Cartas Portuguesas es un homenaje de un libro anterior, de una monja Sor Mariana Alcoforado, que tituló el libro Cartas Portuguesas, Era monja y estaba enamorada de un soldado francés, fue muy humillada. Me sentí un poquito en la obligación de seguir esa cadena de homenaje, y y tuve muy claro que la novela se tenía que llamar ‘Cinco cartas portuguesas’.
El libro se llama ‘Cinco cartas portuguesas’ porque sla novela está dividida en cinco partes. Cada una de ellas es una carta, que le manda el protagonista de de la novela, que es Pedro Araujo, a su amor, que es María Paula Cortés”. Dos personajes completamente ficticios, aunque aparezcn algunos reales. “Hay también un,guiño a Salazar que sí aparece en la novela, y con una serie de palabras que sí que son reales, son forman parte de sus discursos, y pero sí que los acontecimientos sí son históricos, es decir, está basado en acontecimientos históricos que luego yo he, evidentemente, he tenido que ficcionar la novela”.
En cuanto al papel de la mujer en la ‘Revolución de los Claveles’, considera que “fue un movimiento muy popular porque partió del Ejército, que ya evidentemente comprendió que ese posicionamiento de la dictadura de Salazar y luego, en la época de Caetano, era una sangría lo que se estaba produciendo en Portugal.Tenían que mantener esas guerras coloniales, que se habían levantado, luchando por su independencia, y aquello era una sangría ya de gente joven que ya el mismo ejércitotuvo que parar, Pero el ejército no se levantó solo, sino que el pueblo se levantó con su Ejército y fue en la medida de lo, bueno, dentro de lo que cabe fue un movimiento pacífico. Hubo una serie de tiroteos en un momento muy delicado de la noche, pero fue un movimiento pacífico y popular, y entre ellos también llas mujeres, de igual a igual. Ya había un movimiento feminista en Portugal también muy reivindicativo, muy paralelo a a lo que sucedió en España”.
Para la escritora, “a mi esta novela me ha llevado muchísimo a la lectura, muchísima investigación, y darme cuenta de que de que la historia de Portugal y de España tienen más en común de lo que de lo que pensamos. Hay una ceguera de España o dentro de la península ibérica que no terminamos de mirarnos constantemente. En el cine, en la literatura, miramos mucho más a países nórdicos, Estados Unidos, países anglosajones, y sin embargo, no miramos Portugal y yo he querido mirar a Portugal porque es un país que me gusta, que me encanta, me ha provocado muchísima curiosidad y quería homenajear a aquel movimiento”.
‘Cinco cartas portuguesas’, de la Editorial ‘Estrella del Norte’ ya se encuentra en preventa en la web de la empresa, y será presentado el próximo 2 de octubre en nuestra ciudad, en un acto que tendrá lugar en la Biblioteca Pública del Estado ‘Adolfo Suárez’.
Las empleadas de hogar en el Madrid ‘pre-pandemia, su próximo objetivo
Este será el tercer trabajo literario de ‘Tula’ Fernández Maqueira. Una mente inquieta: apenas ha echado a andar el tercero, y ya tiene en mente un cuarto. O, al menos, su argumento.
Abordará una cuestión ciertamente interesante, y con una óptica feminista: “una red de mujeres, migrantes, tejida en Madrid en los meses inmediatamente anteriores a la pandemia de la COVID-19” protagonizará la cuarta incursión como autora de quien es, precisamente, profesora de Lengua en nuestra ciudad.
Una autora que no quiere prestar mucha atención a una característica en común que han encontrado sus lectores: un cierto ‘ritmo cinematográfico’ en sus textos. Ya hubo alguna conversación, sin fructificar, para adaptar ‘La boca de los cien besos’. “Los editores, en efecto, me dicen que ven algo de producto, de material, pero es algo en lo que ni siquiera pienso. Me quiero centrar en el libro, y que guste”, comenta al respecto.
“El sur de Europa no ha sido lo suficientemente consciente de su verdadero potencial”, dice la autora
A poco que se conozca la historia de Europa en los últimos cien años, se puede llegar a una curiosa conclusión: los procesos de descolonización marcaron también el devenir en las metrópolis. Sin Libia, Somalia o Etiopía, probablemente, no habría habido un Mussolini; sin Annual tal vez no hubiera habido una II República en España como probablemente tampoco una V en Francia sin la cruenta guerra de Argelia. Con Portugal ocurre lo mismo: países como Angola, Mozambique o Cabo Verde alcanzaron su independencia en los meses posteriores a la ‘Revolución del 25 de abril’. Fue en 1975: un año en el que la Marcha Verde y la complicada situación interna, con un Franco agonizante y un franquismo aún aturdido por el asesinato de Carrero Blanco y unos movimientos callejeros cada vez más difíciles de controlar, cambiaron para siempre la historia de España y el Sáhara.
“Es cierto que en el Sur de Europa no hemos sido lo suficentemente conscientes de que lo que nos une es más de lo que nos separa”, reflexiona la autora. Ello es debido “a que los poderes económicos no están en el Sur, sino que a lo largo de la historia, durante muchas décadas, han estado en el centro y norte de Europa y eso es lo que ha hecho que países como España, Portugal o Igalia yhayan mirado un poquito más al norte de lo que se tendrían que haber mirado unos a otros”.
Volviendo al caso ibérico “creo que el desconocimiento es mutuo. No creo que en España no miremos a Portugal y que ellos si nos miren a nosotros. A los españoles nos pasa con Portugal como nos ocurre con Cuba ¿A quien no le gusta?. ¿Quien no se siente acogido en esos lugares?. Pero si, nos ha faltado, de verdad, mirarnos más los unos a los otros de verdad”. Sobre el lugar portugués en el que se ambienta su trabajo, “la novela arranca y tiene mucha parte de su trama en Lisboa. Oporto también va a tener importancia, y sobre todo hay una parte muy importante en la novela, que es Mozambique, porque vamos a tratar también el tema colonial. Supone a Portugal un desgaste, sobre todo en gente joven que eran niños. Se reclutaban chavales de 16, 17 años, se los llevaban a las colonias y esa sangría fue la que ya el ejército tuvo que que detener. La situación era insostenible”, sostiene.
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