No se puede vivir de prórrogas

1398_foto-editorial
1398_foto-editorial

Se le acaba el tiempo a Pedro Sánchez y a su Gobierno para presentar los Presupuestos Generales del Estado de 2026. La situación es, cuanto menos, preocupante: la debilidad parlamentaria del Ejecutivo y los escándalos de corrupción que lo rodean hacen presagiar un nuevo bloqueo. Si los PGE no llegan al Congreso antes de noviembre, España entrará en una anomalía democrática difícil de justificar: tres años consecutivos con las cuentas prorrogadas. Y lo que el presidente trata de disfrazar como “normalidad” es, en realidad, un claro síntoma de parálisis política.

El problema no es únicamente de gestión macroeconómica, sino de impacto directo en territorios como Ceuta, que depende en gran medida de la financiación estatal para avanzar en infraestructuras y proyectos estratégicos. La frontera inteligente, las fases pendientes en la N-352 o la ansiada Comandancia de la Guardia Civil quedarán en un limbo si no se activan partidas nuevas. Gobernar con presupuestos prorrogados equivale a congelar inversiones, ralentizar obras y perpetuar retrasos que llevan años acumulándose.

No vale escudarse en los fondos europeos. Por mucho que el presidente repita que el “Next Generation” es la palanca de modernización, esos recursos no sustituyen la capacidad de un Gobierno para planificar y ejecutar políticas propias. La realidad es tozuda: sin nuevas cuentas, el margen de maniobra se reduce al mínimo y se hipotecan decisiones que afectan tanto a la vida diaria de los ciudadanos como al futuro de las ciudades periféricas.

El PP, con Juan Bravo al frente de la crítica económica, recuerda con razón la incongruencia del propio Sánchez, que en su día acusaba a Rajoy de falta de responsabilidad por demorar los Presupuestos. Hoy, sin embargo, se muestra cómodo gobernando sin ellos. Ese doble rasero mina la credibilidad del presidente y refuerza la percepción de que el Gobierno ha perdido iniciativa.

En Ceuta lo saben bien: cada prórroga significa proyectos que se aplazan, obras que no llegan y necesidades que quedan en espera. Los Presupuestos son el espejo de la voluntad política de un país; no tenerlos es reconocer que se vive al día, improvisando. Y España, con sus urgencias sociales y económicas, no puede permitirse seguir instalada en la prórroga permanente.

También te puede interesar

Lo último

stats