Uno de los tres neurólogos de baja se reincorpora la próxima semana

El único neurólogo que en estos momentos se encuentra activo en el Hospital Universitario de Ceuta (HUCE) dejará de estar solo a partir de la semana que viene, cuando está previsto que se reincorpore una de los tres compañeros que se dieron de baja en los últimos meses. Por el momento, es el jefe de servicio el encargado de asumir toda la demanda, y recibe apoyo del equipo de Medicina Interna, que atiende a parte de los pacientes que deberían ser asistidos por los especialistas en Neurología.

En paralelo, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) trabaja en la ampliación de la plantilla de médicos. Tienen previsto publicar a corto plazo una oferta laboral para contratar un nuevo neurólogo, según han informado desde la Dirección Territorial a El Pueblo de Ceuta. El servicio de Neurología se vio mermado después de que dos compañeros se dieran de baja laboral y otra solicitara la incapacidad temporal por maternidad. Esta última es la que, según ha trasladado el organismo público a este diario, se reincorporará la semana que viene.

La institución dependiente del Ministerio de Sanidad ha querido tranquilizar a la ciudadanía garantizando la calidad asistencial en el contexto actual de escasez de personal. Aseguran que los facultativos de Medicina Interna están “totalmente cualificados” para atender a los enfermos neurológicos.

Desde el Sindicato Médico de Ceuta (HUCE), que desveló la saturación del servicio este jueves al remitir una nota de prensa a los medios de comunicación, se quejaron de que los pacientes sean derivados a otras especialidades, lo cual tiene como consecuencia, según expusieron, un incremento de sus tiempos de espera y el empeoramiento de “la calidad asistencial”.

La entidad presidida por el doctor Enrique Roviralta denunció ayer que un solo médico se encarga de atender “todas las consultas externas de lunes a viernes en horario de 8.30 a 15.00 horas, asumir la práctica de pruebas complementarias como electroencefalogramas o potenciales evocados visuales y sacar adelante las interconsultas no demorables solicitadas por otros servicios, incluida las de pacientes críticos de la UCI”.

“Se acumula el trabajo, se suspende la actividad esencial y se pone en riesgo directo la salud de los pacientes”, lamentó el sindicato. Según aseguraron, se han dejado de hacer pruebas como estudios fundamentales para el diagnóstico precoz de ictus, exploraciones indispensables para el control de epilepsia o esclerosis múltiple, infiltraciones con toxina botulínica para pacientes con distonías o cefaleas severas que ya no tienen otra alternativa terapéutica. “Incluso el seguimiento de pacientes con anticuerpos monoclonales queda seriamente comprometido”, denunció la organización sindical.

El SMC ya denunció el pasado marzo que el servicio estaba funcionando al 25% de su capacidad con una sola neuróloga en servicio. El sindicato acusa al Instituto de Gestión Sanitaria (Ingesa) de haber permitido que el problema vuelva a reproducirse sin ofrecer soluciones para evitarlo. “Es el fruto de la dejadez, de la falta de previsión y de la indiferencia con la que se trata a los profesionales y, en consecuencia, a los pacientes: esta crisis no es producto de la mala suerte ni de la casualidad, sino de una gestión nefasta que pone en jaque a todo un servicio esencial”, concluyó el sindicato.

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