El Gobierno vigila el aumento de llegadas a un CETI al límite

MIGRACIÓN

Una técnica del Ministerio de Migraciones visitó este miércoles el centro para conocer la situación. Las cifras oficiales apuntan a 800 residentes en un recinto que tiene plazas para 512. Decenas de personas duermen en la calle, aunque reciben atención básica.

Migrantes durmiendo en los aledaños del CETI este miércoles. / FOTO REDUAN
Migrantes durmiendo en los aledaños del CETI este miércoles. / FOTO REDUAN

El verano suele traer la llegada de centenares de migrantes a Ceuta. De los menores se hace cargo el Gobierno local, pero de los adultos responde el Ejecutivo central, que gestiona en la ciudad autónoma un Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) al borde del colapso. La visita este miércoles de una técnica del Ministerio de Migraciones -una presencia habitual cada dos meses- ha confirmado a la Administración central la situación límite que se vive en el centro: con 512 plazas, alberga a unos 800 residentes, además de quienes no pueden acceder por falta de espacio y duermen en la calle, en escenas que recuerdan a crisis anteriores. Aun así, fuentes consultadas por este diario insisten en que todas las personas extranjeras están “atendidas y respaldadas”, a la espera de traslados a la península que permitan descongestionar el recinto.

La actuación de la Guardia Civil y de las autoridades marroquíes durante el verano no está logrando frenar el número de entradas diarias de migrantes magrebíes a nado y de subsaharianos a través del perímetro fronterizo. El esfuerzo es patente a ambos lados, pero la imagen de tiendas de campaña, mantas y personas a las puertas del CETI evidencia una presión que sobrepasa los recursos de un centro que organiza salidas semanales a la península, aunque incapaz de compensar las nuevas llegadas diarias.

El silencio y la falta de respuestas desde la Delegación del Gobierno obligan a los medios a acudir al CETI para constatar la situación. Aunque es cierto que quienes llegan a Ceuta deben pasar por la comisaría para obtener una ficha -requisito indispensable para acceder al centro-, durante los fines de semana es habitual ver a migrantes a las puertas del recinto esperando poder completar el trámite en días laborables.

Varios migrantes a las puertas del CETI. / FOTO REDUAN
Varios migrantes a las puertas del CETI. / FOTO REDUAN

Al igual que ocurrió en el verano pasado, la presión migratoria habitual en estas fechas está llevando al límite la capacidad de acogida del CETI, que ya no distingue entre ciudadanos marroquíes o subsaharianos como en etapas anteriores. Tal es la saturación que este mismo miércoles seguía habiendo personas acampadas a las puertas del área gestionada por la Secretaría de Migraciones.

Las derivaciones de adultos a la península son mínimas: entre junio y agosto, el Gobierno traslada cada semana entre 20 y 50 personas. Un volumen insuficiente ante un flujo constante que no se contiene con reubicaciones puntuales.

Según la información recabada por este diario, los migrantes que permanecen a la intemperie están siendo atendidos con recursos estatales. Además de la visita de la técnica de Migraciones, reciben asesoría a las puertas del centro, así como kits de asistencia y aseo, mientras se resuelve la situación de unos jóvenes que, tras lograr entrar en Ceuta de forma irregular, tienen como objetivo continuar hacia la península o hacia otros puntos de Europa donde cuentan con familiares o conocidos.

¿Inédito?

A pesar de algunas versiones, ver a migrantes acampados frente al CETI no es una escena nueva en Ceuta. En el verano de 2024, el centro superó su capacidad -aunque en menor medida que ahora- y cerró temporalmente a nuevos ingresos. Decenas de personas acamparon entonces en la puerta, en una imagen que salpicó a la Delegación del Gobierno: calor intenso, mantas y cartones reflejaban una situación impropia de una ciudad española.

La presión fue tal que el entonces director del CETI, José Durán, presentó su dimisión después de que el Ministerio ordenara la paralización temporal de nuevas admisiones. Tras varios meses en funciones, llegó a Ceuta Antonio Bautista, guardia civil cuya gestión está siendo investigada por la Secretaría de Estado de Migraciones, entre otras cosas por no activar protocolos tras un altercado entre un residente guineano y una enfermera. Según adelantó este medio de comunicación intentó disuadir a la sanitaria de presentar denuncia pese a la gravedad de los hechos. Este diario preguntó hace días a la Secretaría de Estado de Migraciones en qué punto se encuentra la investigación, sin obtener respuesta.

Este diario preguntó hace días a la Secretaría de Estado de Migraciones en qué punto se encuentra la investigación, sin obtener respuesta.

Posible traslado el jueves

Fuentes consultadas plantean que, posiblemente, este jueves se efectúe otro traslado de migrantes a la península, tras la visita de la representante de la Secretaría de Migraciones y ante la saturación del centro.

Un repaso a las últimas salidas confirma la insuficiencia de estas medidas. El 7 de agosto salieron 35 migrantes, en su mayoría hombres procedentes de Argelia, Sudán y Guinea Conakry, como parte del plan de descongestión semanal. Una semana después se reubicaron 48, procedentes de los mismos países. El 28 de agosto se derivaron 25 migrantes hacia comunidades como Andalucía, uno de los territorios con mejor coordinación con el Ejecutivo local de Juan Vivas.

Se esperan nuevas salidas en los próximos días, aunque el volumen de llegadas diarias unido al ritmo de traslados mantiene el problema intacto. Mientras tanto, personas de diferentes nacionalidades siguen durmiendo en la calle, comiendo y aseándose con recursos básicos. Delegación y Gobierno local, de momento, guardan silencio.

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