Educar es invertir
Cada inicio de curso escolar trae consigo la ilusión de los más pequeños y la nostalgia de las familias, pero, sobre todo, nos recuerda el papel esencial que desempeña la educación en la construcción de nuestro futuro colectivo. La vuelta al colegio en Ceuta, con miles de alumnos regresando a las aulas, no puede entenderse únicamente como la recuperación de una rutina, sino como el comienzo de un camino en el que se forman ciudadanos, se transmiten valores y se abren oportunidades que marcarán la vida de las nuevas generaciones.
La educación es mucho más que un calendario escolar o un horario a cumplir. Es la herramienta más poderosa de cohesión social y la base para reducir desigualdades en una ciudad diversa como la nuestra. De ahí que cada septiembre sea también un recordatorio de las carencias que persisten: ratios elevadas, infraestructuras pendientes y un déficit de recursos que limita la capacidad de los docentes para atender con eficacia a todos los alumnos, especialmente a aquellos con necesidades especiales.
La vuelta al cole debe ser, por tanto, algo más que un acontecimiento anual. Es el momento de exigir que se cumplan compromisos largamente postergados, como la construcción del Centro Integrado del Brull o la mejora de los complementos retributivos de los docentes. Porque no se trata de reivindicaciones sectoriales, sino de condiciones imprescindibles para que el derecho a la educación se ejerza en igualdad de oportunidades y con la calidad que merecen los alumnos de Ceuta.
En este contexto, la responsabilidad de las administraciones es clara: invertir en educación es invertir en el futuro de la ciudad. Ni las familias ni los profesores pueden seguir soportando en solitario el peso de unas deficiencias estructurales que se repiten año tras año. El esfuerzo de los alumnos merece corresponderse con el compromiso político de garantizar que cada centro cuente con los medios adecuados.
La vuelta al cole simboliza siempre un nuevo comienzo, un horizonte lleno de expectativas. Hacer de la educación una prioridad real es la única manera de transformar esa ilusión inicial en resultados duraderos. Ceuta no puede permitirse que cada septiembre sea únicamente el retorno a la rutina; debe ser también la reafirmación de que el futuro de la ciudad se construye, día a día, en las aulas.
