¿Qué es lo que ocurre aquí?

Buen día, gente.

Ya saben ustedes, queridos e hipotéticos lectores, que soy muy dado a escribir lo que pienso y si bien ha pasado mucho tiempo sin hacerlo ha sido por las circunstancias que ocurren a lo largo de ese tiempo inactivo.

Volver a escribir en estos tiempos no me resulta agradable. Después de pasar lo que podemos llamar “una odisea personal”, con tanto dolor como uno pueda imaginarse, es bastante incómodo cuando tratamos de nuestro semejantes atacados por un bicho que resulta ser mucho más potente de lo que muchos científicos y doctores creían.

Las escenas dentro de los hospitales, en el tiempo en que estuve, se me han quedado grabadas y a veces se tornan en pesadillas… gente intubada de manera increíble; cadáveres amontonados en una sala en espera de ser trasladados; médicos, enfermeras y demás personal sanitario con el terror implantado en sus miradas… paremos aquí.

Verdaderamente no entiendo que sean los políticos los que dirijan los protocolos asistenciales en esta pandemia. Debería ser un equipo médico formado especialmente para eso, que tomen decisiones firmes y que el Gobierno las respalden con rotundidad.

No entiendo que el Gobierno deje en manos de las Comunidades, en los políticos, las decisiones que afectan gravemente a los ciudadanos cuando tenemos un país de autonomías con diferentes matices políticos que siempre están a la greña, unos y otros y contra el Gobierno central, en cuanto a los protocolos.

Sin contar con los sinvergüenzas que aprovechan la ocasión para vacunarse cuando no les corresponden, estos merecen un artículo aparte…

También quiero mencionar a esos empresarios, “hobbies” capitalistas y similares, que aprovechan la grave situación que ha establecido la pandemia, compinchada con la climatología, para sacar provecho económico de manera cruel y sin escrúpulos. Como la subida de la luz en momentos tensos, poner precios increíblemente impopulares a determinadas cosas… cuando todos sabemos que se aprovechan de los recursos de la naturaleza de manera impune en lo fiscal.

No voy a escribir de esos otros sinvergüenzas, de supuesta alta alcurnia, que se aprovechan de posición para enriquecerse de manera increíble sin atisbos de frenar su ambición, a esto yo lo llamo enfermedad del dinero.

¿Qué es lo que pasa en este país?... gente que pasa de las normas sobre salud; gente negacionista que no creen en la existencia de un bichito mortal que se reproduce a velocidad vertiginosa y cambiando su sistema viral cada momento; políticos que no hacen absolutamente nada por luchar contra la pandemia y encima atacan a quienes tratan luchar contra ella, caso del PP, Vox y Ciudadanos; militares de alto rango y cargos políticos que prefieren anteponer su seguridad sanitaria al del resto de la población… imagino que serán los que se escondan en tiempos de guerra y que se mueran los otros.

Lo último: un PP movido por la ambición monetaria que quiere activar las Comunidades Autónomas donde mandan, preparando sus propios Comités de Expertos con vistas a los fondos europeos que se entregarán a este país. No veo una razón clara en ese oportunismo… si sabemos que las vacunas son pagadas desde el Gobierno central… y hablando de vacuna, veo que sucede en este país una cosa insólita: desparecen lotes enteros de vacunas dado que no se ponen el 100% de ellas a la población y los porcentajes publicados en los medios de comunicación son ridículos en relación a la distribución efectuada. ¿Dónde están esos lotes?

Si tenemos en cuenta la presión que están haciendo las farmacéuticas, en relación a los pedidos ya pagados y no entregados, con el objetivo de ganar más (Israel destaca porque pagan las vacunas más caro de lo que piden las farmacéuticas)… demuestra la avaricia, la codicia de los mandamases de esas industrias. Un capitalismo feroz al que poco le importan las vidas humanas dado el número de muertes acaecidas por la pandemia.

En fin, la vida sigue y yo también, confiando una vez más en que nuestros políticos sientan de una vez la cabeza y vlen por la salud universal.