¿Cambios en el futuro?

Buen día, gente.

Entramos en un modo de vida cotidiana en el que nunca he estado y que supongo seguirá siendo la pauta en el futuro.

Culpa de todo esto la tiene un bichito del que los de la OMS dicen que proviene de un animal, desde el murciélago y el pangolín hasta el ornitorrinco, y que no es un producto de laboratorio. Cosa de dudo, sinceramente.

¿Por qué dudo?, simplemente porque se me hace increíble que un virus tenga la capacidad de mutar de la manera en que está ocurriendo (cepas británica, sudafricana, mexicana, etc,) si no es por un “bit” especial que prevé el futuro de manera tan clara como para ordenarle que vaya creando defensas para evitar su desaparición.

Bueno, dejo de lado lo de la pandemia porque ya hay demasiada tinta corriendo y leds iluminando en una interminable repetición de casos.

Vamos ahora por lo que quiere hacer el Gobierno actual en un futuro, cercano o lejano no lo sé, sobre modificar el Código Penal con la reforma de los delitos sobre libertad de expresión, aunque seguirá adelante con el delito de apología al franquismo.

También el portal Facebook entra de lleno en pasiones por la censura y eliminará las informaciones falsas de los negacionistas sobre el Covid-19 y sus vacunas.

Me pregunto si no es preferente derogar la “ley mordaza” antes de acometer el trillado del Código Penal.

En otro orden de cosas, tengo temor del futuro empezando por las decisiones judiciales a las que no encuentro lógica ninguna.

Me estoy refiriendo, esta vez, a la decisión del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco de permitir abrir a los bares y restaurantes de los municipios de Euskadi en zonas de alta incidencia del Covid-19.

Todo lo que suceda a partir del momento en que se haga efectiva esa decisión judicial será mirado con lupa por cuanto, en mi opinión, esos lugares son focos de infecciones por varias causas y no solamente porque se quiten las mascarillas para poder beber o comer. Desde que se sientan en la terraza desaparecen las mencionadas mascarillas. Con el agregado de los transeúntes que pasan por los alrededores de las terrazas sin guardar la distancia física necesaria.

Estoy esperando al siguiente Tribunal Superior de cualquier comunidad autónoma que siga ese sendero… creo que estamos dando demasiada libertad al bichito para que se cuele en todas partes y eso que siempre está durmiendo en el bolsillo de cualquiera o agarrado en la punta de la nariz para saltar a otra de otro en cuanto vea la ocasión.

Ya que escribimos sobre tribunales, veremos cómo irán las cosas, en referencia al PP, que van a convertir, si no está convertido ya, en el mayor espectáculo circense… para empezar, se suspende el referido a la sede del PP hasta el martes por la enfermedad de un testigo. ¿No pueden seguir y sentar al testigo cuando esté sano o recuperado?, veo que Karlos Arguiñano tiene razón al proclamar que “… los políticos no dicen la verdad ni al médico”.

Y siguiendo con el PP, lo siento, veo que hacen proselitismo barato: ahora toca al alcalde Almeida, de Madrid por si no lo saben, ha solicitado subvencionar con 12.750 euros un proyecto para renovar banderas de España en los balcones… ¿Por qué no banderas de la Comunidad de Madrid o del propio Ayuntamiento?. Eso es condicionar a la gente ya que “Tenemos la vocación clara de embellecer la deteriorada imagen de España y recuperar su esplendor tanto internacional como nacionalmente para el orgullo patrio”, rezaba la solicitud.

¿La imagen de España deteriorada? ¿Es que se han estropeado todos los monumentos, al menos de la capital?... cada vez lo entiendo menos.

En fin, la vida sigue y yo también, aunque un poco mareado de esas actuaciones, declaraciones, plantes del PP y no digamos de los del partido ultra.

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