Manuel de Guevara Vasconcelos y Pedrajas Ceuta 1739-1807 Caracas (Venezuela) (I)
Gobernador y capitán general de Venezuela

Manuel Guevara Vasconcelos nace en Ceuta el 20 de julio de 1739, siendo bautizado al día siguiente de su nacimiento en la Parroquia de Nuestra Señora de África, eran sus padres don José Pedro de Guevara coronel de ingenieros y doña María del Pilar Pedrajas.
Ingresa en el ejército como cadete en el regimiento de Infantería de Ceuta en 1755, va ascendiendo en el escalafón y en el año de 1758 tenía el grado de teniente sencillo. En 1761 participó en la expedición contra Portugal, estaba como dragón de edecán del mariscal del campo don Miguel de Irumberri perteneciente al ejército de Extremadura. En 1766 sería ascendido al grado de teniente de granaderos, y dos años más tarde graduado de capitán y en 1770 capitán vivo.
En 1778 S.M. le concede una compañía en el Regimiento de Infantería de la Corona. En 1780 es nombrado Caballero de la Orden Militar de Santiago. En 1783 fue destinado a Puerto Rico, de Puerto Rico pasó a Cartagena de Indias y de allí a Bogotá.
En 1785 el arzobispo virrey Antonio Caballero y Góngora le nombró ayudante de campo destinándole a Guayaquil, como comandante en jefe interino y con la orden de la reorganización de las tropas de milicias. En este año le fue asignada la labor de ocuparse del cerco sanitario contra la epidemia de viruela desatada, estando en este cargo se contagió pasando un año completo en peligro de muerte. Permanecería en Guayaquil hasta finales de 1789. Año en que fue ascendido al empleo de teniente coronel. En 1790 obtuvo el ascenso a coronel de infantería.
En 1792 regresó a la Península agregado al regimiento de infantería de Córdoba.
Retornó a América y en 1793 otorgando testamento en la Ciudad de La Habana, es lo que solían hacer los militares en vísperas de entrar en combate.
A principios de 1794 regresó a España interviniendo en las batallas del Rosellón (1793-1795).
Debido a la pérdida por parte española de los combates de Tec (28 de abril de 1795); Albere (30 de abril) y Boulou (1 de mayo), los franceses entraron en España por Cataluña, las Vascongadas y Navarra, en su avance ocuparían Miranda de Ebro. España tuvo que capitular. Cayendo Manuel Guevara prisionero en Montpelier..
En una de las cláusulas de rendición se señalaba, que como garantía para la ejecución de los artículos, el general español se obligaba a dar seis rehenes elegidos entre la clase de oficiales superiores, estos fueron tres coroneles y tres tenientes coroneles que pasaron como rehenes, entre ellos se encontraba Manuel Guevara. Desconocemos la fecha de la liberación de Manuel Guevara.
En este año obtendría la graduación de brigadier, recibiendo el mando del regimiento de Infantería América.
Godoy firmó con Francia la “Paz de Basilea” el 22 de junio de 1795, en esta firma se reconocía a la República Francesa y se le entregaba a Francia parte de la Isla La Española, (actual República Dominicana y Haití). A pesar de esta trágica circunstancia le sería entregado a Godoy el título de “príncipe de la Paz”.
Durante estos últimos años su hermano José Guevara Vasconcelos (miembro de la Real Academia de la Historia, Sillón L) de gran influencia en la Corte, había solicitado en varias ocasiones un importante puesto para Manuel en América.
El día 11 de octubre de 1798 obtuvo el nombramiento de gobernador y capitán general de Venezuela, presidente de la Real Audiencia y gobernador de Caracas.
Llegó a La Guaira, Venezuela el 4 de abril de 1799 llegaba en compañía de su sobrino el teniente coronel Ramón Correa, entrando en Caracas dos días más tarde. Con él también traía su nombramiento de mariscal de campo. Este mismo día envía escrito a la corte anunciando la toma de posesión del mando. Entre sus encomiendas estaba la de enfrentar las causas de la fracasada conspiración independentista de Manuel Gual y José María España, abortada en 1797.
El movimiento revolucionario por José María España y Manuel Gual
La conspiración había sido descubierta el 13 de julio de 1797 y el entonces capitán general de Venezuela Pedro Carbonell, este ordenó la captura de las personas implicadas, pero Gual y España lograron salir y pasar a colonias extranjeras cercanas.
José María España el 27 de enero de 1798 regreso a Venezuela y se trasladó a Macuto, donde permaneció un tiempo, siendo capturado el 28 de abril de 1799.
El 6 de mayo se dictó sentencia por un tribunal encabezado por el capitán general de Venezuela Manuel Guevara.
Sentencia a muerte contra José María España
“En la ciudad de Caracas a 6 de mayo de 1799: Los Señores Presidente, Regente y Oidores de la Real Audiencia, teniendo presente los autos formados con motivo de la sublevación que se intentó en esta Provincia, y se descubrió en la noche de 13 de julio de 1797, y señaladamente las muchas graves repetidas providencias que se han dado, diligencias hechas en estas Provincias, y eficaces oficios que se han pasado a las islas extranjeras para aprender a las personas de José María España, reo principal de la causa, hasta la declaración de su proscripción, ofreciendo crecidos premios a cualquiera persona que lo entregase vivo o muerto; sin embargo de lo cual, y el haber tenido el mismo reo noticias puntual de todo, ha permanecido obstinado en horroroso designio de llevar adelante la conjuración hasta consumarla, sin perdonar este detestable fin los pasos y continuas diligencias que manifiesta él mismo en su confesión expresiva de lo que ha hecho en las islas de Curazao, Guadalupe, San Bartolomé, San Thomás, Santa Cruz, Martinica y Trinidad, desde la cual viendo frustrados sus esfuerzos, no dudó volver temerariamente al Puerto de la Guaira, en el cual ha permanecido desde los últimos días del mes de enero de este año con cuantas precauciones pudo tomar para no ser descubierto, pero adelantando el plan de la rebelión, formando instrucciones revolucionarias para excitar y conmover los ánimos de los vasallos de Su Majestad a romper el juramento de fidelidad, y a trastornar el sistema establecido y las leyes de la Monarquía, con resolución incontestable de trastornar el orden público, sin detenerse en la consideración de los males gravísimos que debía esperar de semejante empresa, el derramamiento de mucha sangre inocente, los robos, los incendios, la ruina de la familia, el desorden, la confusión y la anarquía, con todos los otros funestos males consiguientes a ella, y especialmente el agravio y menosprecio de la Religión, a todo lo cual ha preferido este reo sanguinario sus opiniones y deseos particulares en todo y casa uno de los pasos que se ha dado, las instigaciones que ha hecho para llevar adelante su traición, concluyendo él mismo por un efecto de la verdad a que no ha podido resistir, y del convencimiento insuperable que resulta contra él de estos autos, que no ha tenido causa ni motivo que le haya impelido a tantos excesos, dijeron: que en consecuencia, confirmación y ejecución de las mencionadas providencias dadas anteriormente contra el expresado José María España, debían mandar y mandaron que, precedidas sin la menor dilación las diligencias ordinarias conducente a su Alma, sea sacado de la cárcel arrastrado a la cola de una bestia de albarda, y conducido a la horca, publicándose por voz de pregonero su delito: que muerto naturalmente en ella por mano del verdugo, le sea cortada la cabeza, y descuartizado: que la cabeza se lleve en una jaula de hierro al Puerto de la Guaira, y se ponga en el extremo alto de una vida de 30 pies que se fijará en el suelo a la entrada de aquel pueblo por la puerta de Caracas; que se ponga en otro igual palo a uno de sus cuartos de la entrada del pueblo de Macuto, en donde ocultó otros gravísimos reos de Estado a quienes sacó de la cárcel de la Guaira, proporcionó la fuga; otro en la viga de Chacón, donde tuvo ocultos los citados reos de Estado, otro en el sitio llamado Quita-Calzón, río arriba de la Guaira, en donde recibió el juramento de rebelión contra el Rey; y otro en la Cumbre, donde proyectaba reunir las gentes que se proponía mandar: que se confisquen todos los bienes que resultasen ser suyos, y se ejecute: y ejecutado, tráigase el proceso para los demás que corresponda en justicia por lo respectivo a los demás reos; y lo firmaron presente el Fiscal- Guevara –Quintana – Cortinez –Asteguieta – Rafael Diego Mérida, Escribano Real –Señores Presidentes Don Manuel de Guevara Vasconcelos – Regente Don Antonio López Quintana – Oidores Don Francisco Ignacio Cortinez – Don José Bernardo de Asteguieta Está rubricado
Corresponde fielmente con la Sentencia original de su contenido, a que más remito.
Caracas 11 de junio de 1799 años. Rafael Diego Mérida (Literal)
Rafael Diego Mérida. Escribano de Cámara de la Real Audiencia de Caracas.
(Documentos para la vida pública del Libertado, Caracas- T-1 PP 345-346/ José Félix Blanco y Ramón Azpurua)
NOTA: La conspiración de Gual y España es el nombre con que se conoce en la Historia de Venezuela al movimiento revolucionario que buscaba independizar Venezuela de España, había sido iniciado en La Guaira, en el Estado de Vargas, a mediados de 1797 finalizando el 8 de mayo de 1799. Es considerado como uno de los antecedentes más cercano a los sucesos de abril de 1810. Primer paso para la independencia.
Principales acusados.
Manuel Gual: capitán de infantería y hombre de refinada cultura, hijo del coronel español Mateo Gual.
José María España: ocupaba el cargo de teniente justicia mayor de Macuto, en Vargas, estado de La Guaira.
Otro implicado fue el mallorquín, Juan Bautista Picarell, educador y escritor, condenado a cadena perpetua en la cárcel de San Carlos en La Guaira, fue el principal partícipe en la conspiración de San Blas en Madrid en 1795 para derrocar al rey y restaurar la República al estilo de la francesa.
La conspiración de Gual y España acaba, pero a la vez nacía otra. (La conspiración de Maracaibo)
La conspiración delatada en mayo de 1799 por el cabo primero Tomás Ochoa, perteneciente a las milicias de Pardos de Maracaibo. El plan pretendía contar con la participación, fundamentalmente, de mulatos y negros libres, en alianza con esclavos indígenas.
Entre los principales conspiradores se encontraba el subteniente Francisco Javier Pirela adscrito a una compañía de milicias Pardas, así como los mulatos haitianos, capitanes Juan y Agustín Gaspar Bocé y el negro José Francisco Suárez, quienes con el apoyo de los capitanes y la tripulación de dos buques franceses, “Bruto” y “La Patrulla” y una goleta inglesa “El Arlequín” supuestamente apresada por los franceses, invadirían la ciudad proclamando desde el principio, la abolición de la esclavitud y la aplicación de la “La ley francesa”.
Según Brito Figueroa, (Federico Brito Figueroa fue un historiador y antropólogo marxista venezolano) basado en un análisis comparativo de las declaraciones de los prisioneros con las acusaciones de los funcionarios y la carta del general Guevara Vasconcelos, el programa de la conspiración era el siguiente:
1º Ajusticiar al gobernador Guevara, los altos funcionarios y blancos propietarios.
2º Ajusticiar a las autoridades eclesiásticas, con excepción de dos curas considerados como necesarios para desempeñar las funciones relacionadas con el culto y los sacramentos.
3º Ocupar militarmente los castillos, artillería y almacenes de pólvora.
4º Enviar emisarios a Cartagena de Indias para solicitar ayuda a los conspiradores de abril de 1799.
5º Avisar a los indios guajiros para invadir la ciudad.
6º Enviar emisarios a Maracaibo en solicitud de pertrechos.
7º Proclamar la inmediata libertad de los esclavos y combatir con las armas en la mano para implantar la República, la total igualdad y libertad absoluta, utilizando toda clase de tácticas, no descartando los incendios y otros medios.
Para el 12 de mayo seis días después de la llegada de los barcos extranjeros a Maracaibo. Pirela debía de reunir 200 hombres de las Milicias; en caso de triunfar la revolución, sería nombrado gobernador de la Plaza, se le entregarían 9.000 pesos para gastos de tropas y libertad para adueñarse de todo lo confiscado como botín de saqueo.
Pero los hechos no sucedieron como se esperaba. El cabo Tomás Ochoa, quien había sido invitado por Pirela a tomar parte de la conspiración, dio detalles al gobernador, de la conjura en proceso de ejecución. Este, sin pérdida de tiempo actuó, haciendo prisionero a sesenta y ocho personas, para tomarles declaración. De esta forma, el movimiento había sido debelado. Al ser capturado Pirela fue enviado al castillo del Morro de La Habana, condenado a diez años de prisión y a no repatriarse sin licencia Real. Los barcos fueron confiscados y los capitanes integrantes de la tripulación condenados a diversas penas, La goleta inglesa fue puesta a las órdenes del capitán general Guevara Vasconcelos para ser entregada cuando creyese conveniente.
El capitán general Manuel Guevara Vasconcelos giró instrucciones para movilizar Maracaibo “El destacamento que está en la Grita si se juzga que no hace allí notable falta para que unido a las tropas que hay en la capital de Veteranas y Milicias, y a los cuarenta hombres que llevó el señor gobernador Don Fernando González. Se conservase el orden público, lealtad a la Corona y sujeción a las autoridades civiles y militares de la Provincia”.
El cabo Iº Tomás Ochoa delator de sus compañeros de armas, fue premiado con el grado de sargento.
En las instrucciones de Guevara Vasconcelos a su homólogo de Maracaibo se le encargó preguntar a los prisioneros “Si han conocido o tratado a Juan Picorell, Manuel Cortés y José María España, en donde lo trataron y que materias se movieron en sus conversaciones” (Milicias, conflictividad social y reforma militar en la región andina venezolana (1781-1810)
A finales de 1799 Manuel Guevara recibió a los sabios Humboldt y Bompland, a quienes acogió con el reconocimiento que merecían abriéndoles con generosidad todas las posibilidades, para que el viaje que realizaban tuviera el resultado merecido. Le procuró una amplia casa, desde donde había un bello paisaje que impresiono a ambos sabios, que decidieron realizar una excursión a la Silla de Caracas, que efectuaron el 2 de enero de 1800. Más tarde en 1803 recibió a la Real Expedición de la vacuna, presidida por el Doctor Balmis.
En este mismo año (1799) la Corona ordenó a Manuel Guevara estudiara la posibilidad de recobrar la isla de Trinidad, ocupada por los ingleses en 1797 y para ello enviaron 800 hombres del Regimiento de la Reina, que zarparon de Cádiz en los navíos San Idelfonso y San Fulgencio. A estas fuerzas se unirían un batallón del virreinato de Santa Fe. Guevara obro con mucha cautela y pidió informes sobre las tropas inglesas existentes a los gobernadores de Cumaná, Guayana y Margarita. Una vez recibido escribió al secretario de Estado el 21 de junio de 1799, indicándole que la isla contaba con fuerzas suficientes para su defensa y que un intento de reconquistarla era extremadamente delicado, teniendo en cuenta la situación en la que se hallaban La Guaira y Caracas después de la conspiración de Gual y España. El gobernador de Cumaná Vicente Empara le había comunicado que en Trinidad había unos 1.230 soldados, un bergantín de guerra y dos balandras artilladas, y que en el puerto había 13 cañones.
Por recomendación suya, el gobierno español desistió de sus planes para reconquistar la isla de Trinidad desde el territorio venezolano.
El 26 de febrero de 1800, después de conocer una petición del gobernador de Trinidad, Manuel Guevara gobernador y capitán general de Venezuela, comunica haber ordenado al gobernador de Cumaná, la entrega de los esclavos fugados de Trinidad que estuvieran en su territorio, exigiéndole en reciprocidad la devolución de los que de Tierra Firme hubieran pasado a la mencionada isla, solicitándole igualmente su intervención para que cesaran las frecuentes infracciones de sus súbditos en contra de los habitantes de las provincias asignadas a la Capitanía General, según las innumerables denuncias recibidas de las autoridades de Cumaná.
También en la misma fecha, Guevara se dirigió al gobernador de Maracaibo, solicitándoles noticias concretas sobre las medidas que había puesto en práctica para “suprimir y sofocar en sus principios cualquier movimiento sospechoso de los esclavos de la Hacienda de Estanque y otros cualquiera de su clase o libres”, lo cual le encargaba hacerle llegar con la mayor urgencia, “a fin de que pueda yo dar las que considere precisas en esta materia tan delicada” (La Capitanía General de Venezuela 1777-1821, una revisión histórica)
En 1801, Toussaint Louverture llegó a Santo Domingo, proclamó la abolición de la esclavitud en nombre de la República Francesa y tomó el control de toda la isla.
(Haiti y Santo Domingo actual República Dominicana comparten, lo que fue la isla La Española descubierta por Colón el 5 de diciembre de 1492).
El capitán general de Santo Domingo Joaquín García en carta de fecha 24 de febrero de 1801 a Manuel Guevara Vasconcelos, le comunicaba lo siguiente:
Los sucesos de la isla de Santo Domingo, que estaba a mi cargo, que se han hecho bastante notorias de un mes a esta parte, han progresado hasta el extremo de haberla entregado al general Toussaint el 26 de enero próximo pasado.
Esto no se hizo sin sobrada violencia. El negocio de entrega como País cedido a la República francesa estaba suspenso por convenio, con el agente de la misma República; pero dicho Toussaint, acostumbraba a ejercer toda tropelía aún con los mismos generales de su nación, tal como el ciudadano Hédouville, y a enervar la autoridad, tal como pocos meses antes hizo con la persona del enunciado agente, reduciéndolo a un arresto en el interior de la Colonia, prevalido siempre de la turba de negros que ha disciplinado con auxilio de los ingleses, emprendió la toma de posesión sin acordarse más que de lo que puede en ciertos casos la perfidia y el atrevimiento.
Se trasladó a nuestro confín; expidió proclamaciones a los habitantes y vecinos, llenándolos de esperanzas y de terror, pero al tratar mi se dirigió con una declarada intimación cuando reposábamos sobre la fe de lo no convenido hasta la decisión de las dos soberanías.
Yo hube de entrar de artículos de entregas y lo efectué bajo unas condiciones que hizo después ilusorias su incivilidad.
Cada día se prodigaban más y más las pretensiones; procuré acelerar la salida mía y del regimiento de Cantabria; quiso y logró quedarse con el fijo con pretextos especiosos, a mi mismo me fijo el día de salir porque convenía, antes de que se alterase la buena inteligencia. Falto de auxilios, no era prudente el exponerse a una extremidad sangrienta que habría sido inevitable.
De todos modos he llegado aquí el día 27 de corriente con mi familia. Me procedió el regimiento Cantabria y sucederá, como espero, el Ministerio de la Real Hacienda, según me ofreció el negro, si es que pude esperarse de él cumplimiento de cosa alguna.
Lo que participo a V.S. para que, contándonos de este estado y en este distrito y jurisdicción, lo más fácil de pisar el dominio del Rey de España, tenga la bondad de acordarnos de ella, a nombre de la misma Majestad que representa, cuantos auxilios requiera nuestra existencia, hasta la Real resolución.
Por lo que tocó al vecindario emigrado aquí, y que irán llegando, contemplo a V.S., impuesto sucesivamente por este Gobernador, pues yo me limito a solo lo que es el ramo militar. Todos los recomiendo como vasallos del Rey a la beneficencia de V.S.
Dios guarde a V.Sms.as. Maracaibo 24 de febrero de 1801.
Joaquín García = Sr. D, Manuel Guevara Vasconcelos.
NOTA: Las personas que llegaron a Maracaibo el 22 de febrero de 1801 eran; El capitán general don Joaquín García, su señora doña Jacinta Cadrecha, su hija María de Carmen, el secretario de la presidencia don Nicolás Toledo, y seis criados, en total 10 personas, embarcaron en el pailebot danés “La Elisa” (Archivo General de la Nación, Colombia/ Boletín del Archivo General de la Nación / Toussaint Louverture)
Continuará en una segunda parte.