La Capilla de la Almadraba
Más de ocho décadas contemplan a los ceutíes acercarse cada 16 de Julio a esta capilla para honrar a la virgen del mar, la Virgen el Carmen, que le da nombre y se muestra como un faro para todas las gentes marineras.
Durante este tiempo, las actividades y los oficios del mar se han ido diluyendo en la sombra y despareciendo, pero la tradición y los recuerdos permanecen vivos. Además, Ceuta sigue ligada al mar, y no sólo por su geografía, sino porque son barcos los que la unen a la península, y también son distintos tipos de embarcaciones, las que hacen que miles de ceutíes encuentren en el mar la posibilidad de practicar deporte, en particular la pesca deportiva o la vela, de vivir su ocio y de respirar paz y aire puro.
Todos esos ceutíes, que son la mayoría, tienen su referencia de ancla en esa pequeña capilla de la Almadraba, refugio para todos los que aman la mar y sede de su mejor compañera frente al infortunio. Unos con más fe, otros con menos, pero igual respeto, y otros, con otras creencias bien distintas, pero todos unidos por la defensa de nuestro patrimonio espiritual y cultural, rico, diverso y maravilloso.
Cuando llega el gran día de la Virgen del Carmen, la zona de la Almadraba en la que está ubicada la capilla, se llena de caballas que se acercan por tierra y por mar, acompañando a su Faro, que se acerca a los más humildes, a los enfermos y que es aclamada con júbilo por su presencia allí, justo allí, a la orilla del mar nuestro.
La capilla, el edificio físico, ha resistido mal el paso del tiempo, pero las cosas que se oyen por parte de las autoridades, tanto civiles como eclesiásticas, evidencian una falta de sensibilidad impropia de quienes están para servir. Se ha deslizado hasta la posibilidad de cambiarla de ubicación. ¿A dónde? Sí, es pequeña, sencilla, pero contiene millones ecos de oraciones de personas que la vieron allí siempre, desde que nacieron, y no quieren pensar que en pleno siglo XXI, en esta ciudad que algunos quieren que sea la más tecnológica del sur de Europa (ojalá), no se encuentre una solución para mantener ese símbolo de la libertad en pie. María, en este caso del Carmen, fue una mujer que luchó frente a la injusticia, compañera de todas las que ahora se enfrentan a la incomprensión. Y esa capilla dedicada a su recuerdo, es un referente tan colosal como diminuta es su figura.
Dejen ya de especular con ella, por favor, y hagan lo que tengan que hacer, incluido Monseñor, porque aunque no forme parte de los grandes bienes inmatriculados, ni parezca el palacio de ningún príncipe, es el sueño hecho realidad por muchas manos humildes, que no quieren perder ese lugar mágico en el que se funden el mar, el cielo y la tierra, y en donde cada mañana todavía se dibuja con cada salida del sol, ese pequeño tabernáculo que se asienta tímidamente frente al levante y nos dice sin palabras, que todas las cosas son posibles para los que tienen esperanza.