ALGO MÁS QUE PALABRAS
Engrandecimiento del mundo y custodia de la creación
No ha pasado ni un instante de mi vida que en estos cuarenta años no haya recordado la Semana Santa de 1981, una fecha que parecía estaría escrita para vivirla con tanta Pasión para quedarse grabada en mi memoria.
Tras dos años disfrutando de salir con el Veracruz y Nuestra Señora del Desamparo aquel año parecía que estaba la situación predestinada a escuchar la frase “ no hay túnicas “ así que lo dejamos todo a una carta los chavales de la calle Consuelo así como los vecinos que tenían primos y nuestros primos, para acercarnos a la casa de Don Pepito López en el Pasaje Fernández colindante con la calle Velarde y el Paseo Colón.
Don José López era un pedidor nato era un Hermano Mayor a la antigua usanza, ni gominas ni empaque ni porte ni terno pero tuvo la brillantísima idea de acercarse donde estaban los más fuertes de Ceuta y ese sitio no podía ser otro que el Club Los Delfines de Ceuta.
“ Señores os necesito para sacar dos pasos a hombros, por vosotros se quedarán las ruedas de vuestros remolques para llevar las piraguas y las pesas de halterofilia “, “ vosotros vais a ser los pies de Dios “.
Cuando llegaban nuestras madres a pagar las ciento cincuenta pesetas por la papeleta de sitio equivalente a portar un cirio, Pepito López recordaba que las velas de la Caridad valían catorce mil pesetas ese año.
Pepito López se fue antes de que llegase el Miércoles Santo cuando iba a salir la Flagelación y aquello fue honda consternación en el mundo cofrade pero allá arriba en el cielo se puso de acuerdo con San Pedro para hacernos más divina aquella Semana Santa de hace cuarenta años.
Llegó el Miércoles Santo y el agua hizo acto de presencia porque el destino quiso que fuer así, y venga a llover y como nosotros aquellos chavales con nuestra devoción y nuestra fe y porque no había móviles ni redes sociales, nos fuimos todos con el semblante serio lleno de emoción con nuestros padres hasta la Catedral y encontramos nuestros Sagrados Titulares con las velas encendidas mirando a la calle, en las paredes de la puerta trasera, una frase que decía : “ Esta Cofradía saldrá mañana Jueves Santo “ .
El Jueves Santo amaneció con una poesía llena de luz y color y como nos inculcó Pepe Durán de salir bien planchados con porte señorial sin armar ruido así con zapatos negros llegamos a la hora de nuestra salida y por las cosas del destino y de aquellos tiempos, no teníamos Banda de Música, a la sazón Banda de Guerra del Montesa que tenía otro compromiso adquirido con otra Hermandad del Jueves Santo.
En nuestra salida por las calles de Ceuta y con el silencio de no llevar Banda de Música, la gente lo acogió con tremenda emoción explicando que íbamos de luto por la muerte de don José López.
Nuestros Sagrados Titulares llegaron a la calle Velarde , nuestra calle así como la calle de Pepito López donde el Sagrado Corazón vigilaba su camino de entrada colindante el Pasaje Fernández con el Patio Pascual, la estación de penitencia o sea nosotros íbamos camino de casa Bravo sin darnos cuenta que la poesía se tornó divina tan emotiva que ahora que la escribo no veo las teclas de la emoción a lágrimas vivas ; los costaleros salieron de las trabajaderas con brazaletes negros y se dirigieron hacia el Pasaje Fernández arrodillados ante el Sagrado Corazón de Jesús rezando por la memoria de Pepito López.
El sentimiento divino hizo una poesía celestial de aquel instante pero la pasión de aquel Jueves Santo que nos dejó la lluvia de un día antes nos tenía guarddo un momento más que precioso ;
Aquel Jueves Santo hacía por primera vez su Carrera Oficial , Nuestra Señora de la Amargura desde la Barriada de Erquicia siendo el recorrido más grande jamás realizado en Ceuta, la Amargura subía por la calle Beatriz de Silva y estaba esperando el paso de la Flagelación.
Y se corrió la voz entre los hermanos mayores nuestros cuando se escuchó : “ Señores la Amargura viene sola así que el Cristo de la Flagelación va a salir por la calle que lleva por nombre Amargura a su encuentro.
Aquello fue increíble nosotros los chavales descompuestos suspirando ver a la Amargura haciendo unas levantás a pulsos con el grito desgarrador de sus costaleros “ Viva el Cristo, Viva “ así como los de la Flagelación contestando “ Amargura guapa, Amargura guapa, guapa “.
La Carrera Oficial frente a la Tertulia Flamenca era la apoteosis ante los aplausos del público, la gente piropeando nuestro porte “ que bien planchaitos vais chiquillos “.
Saetas, levantás, aplausos, chicotás y al cielo con El , al cielo con Ella hasta su Templo, y cuarenta años después cuento esta historia de la Semana Santa a modo de chico pregón porque este que la cuenta dice con orgullo, yo salí con la Flagelación.
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