DÍA DE CEUTA
Manifiesto del MDyC por el Día de Ceuta
En Madrid el 4-M se vota “la libertad” en España y la izquierda lo sabe. Los sociochavistas liderados por Pedro Sánchez sellan con su firma, la violencia, la desesperación por los resultados de las encuestas electorales que dan como vencedora (por goleada) a Isabel Díaz Ayuso con el apoyo de VOX. La excepción son las manipuladas encuestas flash de Tezanos, que ha convertido al CIS en una entidad sin valor y sin credibilidad a las órdenes del “Cuartel de Operaciones” de Iván Redondo. El Gobierno es capaz de todo por mantenerse en el poder, asediando cada día con una trama torticera a la oposición e impidiendo que las elecciones transcurran con normalidad democrática.
El debate a 6 en Tele Madrid, del miércoles 21 de abril, era la oportunidad de la izquierda populista abanderada por Pedro Sánchez y Moncloa para derrotar a Isabel Díaz Ayuso, todos contra Madrid. Dicen que el hombre es capaz de tropezar dos veces con la misma piedra y Redondo, es la prueba, insistiendo con su ataque a Ayuso (que se lleva del PSOE por lo menos el 10% de sus votos), y así transcurrió el debate sin pena ni gloria. El miércoles por la noche Ayuso optó por encorsetar su carácter y utilizar un perfil bajo tan sólo para defenderse de la izquierda, creo que un error. Edmundo Bal sin rumbo, si te he visto no me acuerdo, hablaba para escucharse. Rocío Monasterio llevó a cabo todo su esquema y fue la única que intervino para cortar los discursos de la izquierda llenos de datos falsos. Gabilondo se hizo un “Biden”, ido, parecía que se había tomado la pastilla para dormir, imitando el modelo "fake" de Sánchez en cuestión de pactos: primero Iglesias no y ahora sí ("Pablo, nos quedan 12 días para ganar las elecciones”), sin credibilidad para su electorado. Pablo Iglesias sacó su “hiperagresividad” y no logró revertirla en votos, su cinismo contra la Presidenta fue fallida, optó por un rol que era indigesto hasta para los de Vallecas. Mónica García, la médico(nos quedó claro), estructuró perfectamente la parte sanitaria llegando a su público, la izquierda caviar, la izquierda progre de Madrid centro y zona norte, los comunistas elitistas, no la izquierda de los barrios obreros.
En definitiva, el miércoles 21el debate lo ganó Ayuso porque Pedro Sánchez lo perdió. Si alguien rentabilizó el encuentro, en captación de votos, por un lado fue Mónica García, de Más Madrid (que se dio a conocer), que no se salió de lo que traía planificado y sus mantras (feminismo, igualdad y sanidad) empatizaban con sus votantes, los que se identifican con la sindicalista, agresiva y comunista millonaria (vive en un piso de 300m2 en Alfonso XII, alrededor de 2,3 millones de euros); y en la derecha fue Rocío Monasterio la que rentabilizó mejor su intervención, que en una muy buena actuación en tono, contenido y actitud (tranquila), defendió su postura conservadora, sin atacar a Ayuso y dándole a la izquierda donde más les duele, en sus incoherencias, luchando por la batalla de las ideas. Terrible fue el mal resultado de la izquierda en el debate a 6 y una clara prueba de ello es que Pedro Sánchez ha desaparecido del mapa nacional abandonando a Gabilondo en la debacle que le espera al PSOE el 4 de mayo.
Tras todas las artimañas coordinadas desde Moncloa que no han dado resultado, sólo les queda hacer lo que mejor saben, embarrar el panorama político y vincularse de nuevo a su matón, Pablo Iglesias, conocedores de que el personaje es capaz de todo para ganar y esperar que los suyos se lo traguen. Primero fue el “efecto llamada” de Pablo Iglesias abandonando al Gobierno y apartando a la candidata de Unidas Podemos (machismo), el de Galapagar no logró convencer “ni al tato”; continuó con los ataques de adoquines en los mítines de VOX y el apaleamiento de policías (nada le gusta más al comunista), la violencia no le funcionó; al día siguiente de las elecciones viendo su incapacidad de movilizar el voto de los suyos, desengañados por su “modus vivendi”, recibe“ casualmente”, una carta amenazante con cuatro balas “Cetme del 7,62” (vinculadas con las Fuerzas Armadas) que obviamente, nos recuerda al “caso Dina”, en la que el líder de Podemos en las anteriores elecciones iba fatal en las encuestas, como ahora, y el montaje le sirvió para victimizarse y lograr captar votos salvando su sillón. La violencia siempre se debe condenar, pero las dudas con un manipulador como Pablo Iglesias son inevitables, hasta los sindicatos de correos titubean de los hechos.
Los ataques a la democracia del 78 son el resultado del odio y la división social desde que Zapatero irrumpió en la política española con su gran montaje en el 11-M (miserable). El “modus operandi” del PSOE y Unidas Podemos es la continuación de las políticas del de “la ceja”, eliminar, callar y destruir al adversario político, imponer el pensamiento único sembrando odio y miseria. El problema de la “izquierda caviar” es que están a años luz de la realidad y los problemas de los ciudadanos. Quien siembra vientos recoge tempestades y quien hace exaltación del odio debería recibir una derrota abrumadora. Deseo que estos días tan convulsos que nos esperan con una izquierda desquiciada finalicen con los mejores resultados para los madrileños y España. El castigo sin paliativos en las urnas debe ser para una izquierda de salón y su vejación de funciones, las del Gobierno de Pedro Sánchez, sin escrúpulos, capaz absolutamente de todo.
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