Los moviles entrenando

Javier Chellarám

Hace un tiempo que estoy observando un comportamiento extraño, así me hablaba el currante cuando me subía al despacho para ponerme bien las pilas o meterme en cintura, habida cuenta que nunca fui ni chivato ni pelota este hombre cuando cogía la maleta para irse de viaje hacía bien en amargarme unos días para que no estuviera yo entusiasmado y eufórico.

Y cogiendo el principio de la frase últimamente estoy observando un comportamiento extraño en los entrenamientos en el gimnasio y es el uso desmesurado del teléfono móvil.

Y el personal que me lea podrá decir yo puedo hacer lo que me la real gana y efectivamente tiene toda la razón del mundo pero…es que con los momentos de pandemia , la distancia social, las medidas higienico-sanitarias y todo el bla bla bla sobre el COVID, hace que para entrenar haya que coger número para un banco o un aparato.

Cuando alguien me dice “ me queda una serie “ puedo pensar que estará viendo el Neflix o que por su buena voluntad me pagará la mitad del recibo el próximo mes por dejarle mis pesas, mis aparatos y bancos para que el deportista de turno disfrute de lo lindo.

El aparato de cuádriceps el de los muslos para que me entiendan sólo hay uno, te dejan la toalla y el usuario saca su teléfono móvil y se pone ahí al wasapeo y el palique mientras descansa sus patorras mientras puedes estar unos minutos esperando la iluminación divina .

Los bancos que se han quedado como el ambigú de un bar con los móviles, las toallas y los tarros de proteínas y alrededor la máquina de polea tras nuca, el usuario de turno con su móvil esperando a mandar algún mensaje y así quitarse el cansancio del tremendo esfuerzo de diez repeticiones.

Donde ya me llega el sofoquín dramático y podría parecerme al sargento de hierro es llegar a la sala de abdominales, elípticas, cinta de correr o bicicletas y me veo dos chavales en edad de apuntarse a un equipo de fútbol y desarrollar el aparato locomotor con el móvil andando en la cinta de correr, yo me digo mira tío eso sería mejor para mí que estoy ya mayorcito y unos diez minutos podría acondicionarme el tono muscular pero la moda es para todos y no hay tutía.

Es una reflexión personal, lo dejamos igual pero nos esforzamos en quejarnos a fin de cuentas el libro de los gustos está en blanco pero no podía despedirme sin recordar un joven el pasado lunes con el móvil justo al lado del torno de entrada y yo buscando la tarjeta para entrar, bien podría ser yo un artista de cine que el pobre joven ni se inmutó, yo me imaginaba que el tío iba a decir no se preocupe usted que yo le abro.

Me sorprende a veces cuando me ven marchar con eso del “ ya te vas “ la hora que he estado he procurado concentrarme en un grupo muscular grande alternado con uno pequeño, estiramientos y ejercicios estilo Alfonso de los Delfines saludar en un trato directo y cuando me iba abrir la mochila para ver quien me había llamado pero el entrenamiento y el tiempo que dura es sagrado, quizá los tiempos modernos es lo de menos y mejor el móvil.

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