No es broma

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Sabemos, o deberíamos saberlo, que Marruecos no va a reconciliarse con España, porque lo que pretende es que nuestro país avale su ocupación del Sahara occidental. Ya ha comparado ese contencioso con el asunto de Cataluña, cosas desde luego incomparables y amenaza con asilar o apoyar a los líderes independentistas catalanes. No sé qué pensaran ustedes, pero no veo yo a Oriol Junqueras predicando el izquierdismo separatista desde Rabat, no fuera a ser que los rifeños le hicieran caso y se la liaran al señorito de Marruecos. Ya hubo terroristas por esas tierras y los sigue habiendo, ahora de otra ideología, radical-religiosa, y la cooperqción hispano-marroquí ha funcionado muy bien para ambos paises. Los radicales tampoco se lo pensarían mucho a la hora de cambiar el régimen de Rabat.

El gobierno marroquí parece no entender que España no puede ser manipulada respecto de cuestiones de política exterior, porque esa política es compartida con el resto de miembros de la Unión Europea y avalada por naciones unidas. Tampoco parece comprender muy bien que en las democracias existe algo llamado división de poderes, por lo que a un juez de nuestra Audiencia Nacional, le importan un bledo los intereses marroquíes. Además , Marruecos está tocado como país, por la aberrante utilización de menores al estilo japonés en el final de la segunda guerra mundial. Tal es su descrédito internacional, que ahora, su majestad dice que repatriará a todos sus menores, pero que España no se confunda, porque el lío va a seguir.

Está por ver que ese gobierno deslegitimado cumpla su palabra respecto de los menores, pero que sus intenciones hacia España son aviesas, parece que va en serio. Tal vez no permita el uso de menores para seguir extorsionándonos, pero lo hará con mayores, con subsaharianos y con cualquier contingente que sirva a sus intereses, aunque , en la práctica, eso suponga la inmoral utilización de los vulnerables como balas de cañón.

Volverá a hacer una campaña fiera y desmedida contra lo que ellos denominan “la ocupación” de Ceuta y Melilla. Desde luego que ocupadas están, por sus legítimos dueños: los españoles, y así seguirán tantos años y mil más como los que lleva ondeando el pendón de Portugal y de Castilla.

Pero habrá consecuencias derivadas de tanta contumacia marroquí, y por ello España debe dar respuestas claras con hechos, similares a las palabras del Presidente Sánchez, quien está actuando hasta ahora con inteligencia. Uno de esos hechos debería concretarse en un auténtico blindaje de nuestras fronteras, que son las europeas. Dos espigones que pueden burlarse casi andando, no pueden seguir siendo nuestra esperanza. Alárguelos señor Presidente. Alárguelos tantos metros como sea necesario. Ese mensaje sería más tajante que mil palabras. Incluso podremos decir que lo hacemos para ayudar a nuestro insigne vecino.

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