ALGO MÁS QUE PALABRAS
Ante el océano de la vida; trabajar juntos en la sanación
Ayer por la mañana me llamó una compañera del Clara Campoamor indignada por la acumulación de basura en los aledaños del instituto. Como docentes, nos exigimos a nosotros mismos en una lucha constante educar desde el civismo. Nos comprometemos con un entorno limpio, con la responsabilidad del reciclaje y del compromiso ecológico. Un entorno sucio no es el indicado para plantear seria y dignamente el proyecto de la habitabilidad del espacio. Es imposible acometer este reto si los que tienen la obligación de dar ejemplo hacen de su capa un sayo y se lanzan las culpas a pedradas unos contra otros lavándose las manos y esgrimiendo todas las escusas del mundo.
Respecto de mi argumentario, y abundando en el tema, me encontré esta reflexión en redes sociales: “El entorno de un centro escolar es fundamental para garantizar la igual de oportunidades. El centro comienza en el exterior del edificio propiamente conocido, comienza en las barriadas y en sus alrededores. A quien le compete que solucione este grave problema que llevamos con él todo el curso académico. En los alrededores tenemos el colegio Severo Ochoa, el Federico García Lorca y el instituto Clara Campoamor”.
No podemos salvar el planeta si los que son los encargados de prestar las más mínimas condiciones de salubridad cierran los ojos ante las montañas de escombros, basuras, enseres arrojados sin impunidad en las puertas de las casa y en las entradas de los Centros Docentes. Los vertederos se aproximan en progresión geométrica.
Explicar Lengua, matemáticas, Educación para la Ciudadanía mientras miramos por las ventanas y contemplamos un paraíso de desolación. No nos arrebatarán la dignidad, aunque tengamos que movilizarnos con los alumnos y comenzar a adecentar con nuestras propias manos toda la amalgama de suciedad que dibuja este paisaje urbano. Las brigadas verdes ya pueden estar saliendo al auxilio, al SOS activado por padres, profesores, alumnos y vecinos. Más que nunca, debemos recapaciclar. Lo mismo tenemos que enseñar a los roedores que nos visitan diariamente. Cosas veredes.
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