Así es imposible

Visto el pleno de hace unas horas, cuesta imaginarse una Ceuta próspera. El partido que ganó las elecciones generales ha decidido “marcar”, al estilo nazi, a los que considera malos españoles. El problema es que al paso que lleva, va a acabar señalando a casi toda Ceuta. Sólo van a quedar ellos como guardianes de las esencias hispánicas.
Cualquier propuesta de un grupo político, incluido el PP, que no empiece diciendo ¡viva España! y acabe penalizando cualquier forma de entender la vida que no encaje en el modelo propugnado por los reyes católicos, es para Vox la prueba indubitable de la traición, de la promarroquinidad. Vox confunde unidad con uniformidad y autonomía con independencia. Confunde también religión con nacionalidad e izquierda con caos. Repugna la prudencia, a la que confunde con complejo, a pesar de ser una virtud cardinal y sólo reconoce el ataque como superior forma de relación con los demás. A decir soflamas lo llama decir la verdad y a la impudicia del insulto la define como valor.
No es el mejor momento, desde luego, para que Ceuta muestre ese botón que no sirve para abrochar nada, pero es lo que hay, aunque no lo único, porque el desliz de Caballas apostando por una frontera sin papeles para los residentes en la provincia de Tetuán, está muy lejos de mirar por el interés supremo de Ceuta. Esa propuesta fue válida mientras Marruecos respetó la integridad territorial de España, pero ahora que ha promovido el mayor ataque a nuestra soberanía de la historia reciente, así como un pronunciamiento que roza el analfabetismo de la Liga Árabe, lo que toca es ser firme y apoyar al Gobierno. Pero no pienso de Caballas lo que piensa y dice vox, sólo discuto la idoneidad de una propuesta sin caer en la bajeza de despreciar al proponente. Por eso lo de Vox es mucho más grave, porque nos arroja a un enfrentamiento civil, no a una discusión democrática.
El Presidente de Ceuta debe seguir haciendo su trabajo, por insufrible que le resulte el entorno. Es preciso que PP, PSOE, Gobierno de España y Gobierno de Ceuta, saquen adelante propuestas de futuro para todos los ceutíes, que andan angustiados, desorientados y atónitos ante tanto ruido político, tanto y tan innecesario.
Si el Gobierno de España tiene un plan ya preparado, adelante, que no espere más y que lo ejecute mano a mano con el Gobierno de Ceuta, porque nuestra ciudad necesita estabilidad y horizonte y no soldados templarios.
Y no debo tampoco callarme el flaco favor que algunos políticos del PP le hicieron a la sociedad, cuando intentaron blanquear a Vox, seguramente porque creyeron que podrían domesticar a la fiera y tal vez también, por intereses políticos personales. Dialogar, pactar e incluso ceder, son los genes de la democracia, pero soportar la infamia es el síntoma de que un virus ha causado una infección.
Vox sólo puede tener alguna ventaja si el PP y el PSOE le dan argumentos. Por eso hay que actuar con mucha pulcritud en la toma de decisiones. Si se evidencian debilidades, si se defiende lo particular frente a lo común, Vox crecerá. Si es Ceuta y los ceutíes sin distinción lo que importa, Vox no tendrá nada que hacer.