Rotary Club Ceuta, a través de los ojos de la oftalmóloga Kumari Nanwani

La semana pasada se celebraba el cambio de collares, una ceremonia anual que constituye el cambio de junta directiva y de presidencia, y que durante el próximo año recaerá en esta melillense, hoy una ceutí más

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Rotary Club es una entidad a nivel internacional que se creó en Estados Unidos en el primer cuarto del siglo pasado. A partir de ahí ha ido creciendo, tanto que actualmente hay más de 33.000 clubs en todo el mundo. Rotary Club Ceuta se fundó en 1933 y funcionó hasta 1936. Se refundó de nuevo en 1987 gracias veintidós socios fundadores de los que hoy siguen formando parte de Rotary Ceuta: José María Campos, Paco Díaz y Javier Carroquino. Kumari Nanwani es la nueva presidenta de Rotary Club Ceuta, que será la cara visible de los rotarios durante el año que dura su presidencia.

Kumari reconoce que existe una gran confianza entre los rotarios para hacer los trámites de ayuda a otros países o incluso en el propio. “Nosotros no somos una ONG, somos un grupo de personas que nos reunimos con inquietudes sociales, pero también culturales y de amistad”, manifiesta la presidenta, que reconoce el vínculo entre los miembros y su afán de ayuda en los cinco continentes.

Kumari Nanwani estudió Medicina en la Universidad de Granada e hizo su especialidad de oftalmología en el Hospital Carlos Haya de Málaga. Ahora es una oftalmóloga de prestigio en el Hospital Universitario de Ceuta, que ha conseguido dar luz a los ojos de personas de todo el mundo. “Cuando llegué a Ceuta quise hacer algún tipo de acción social pero me di cuenta que sin una infraestructura detrás era imposible”, explica la facultativa, que tomó la decisión de formar parte de Rotary Club Ceuta en el año 2008.

Para Kumari, formar parte de los rotarios es un reto personal y profesional, de lo que se siente orgullosa y satisfecha, ya que a través de esta entidad le es más fácil llegar a diversos colectivos del mundo para poder ofrecer una ayuda especializada, para lo que ha tenido que sacar tiempo de su trabajo. Ser rotaria es una satisfacción, y así lo presume, porque es una oportunidad para llevar a cabo las acciones sociales.

La presidenta de Rotary Club Ceuta estuvo hace unos años en la India y por circunstancias personales tuvo que quedarse un mes y medio más allí, contratiempo con el que no contaba porque ya se había planificado. Sin embargo, decidió hacer algo con él y se dedicó a ser quien es, una sanitaria con vocación de servicio y este es ayudar a los ciudadanos ya sea en Ceuta o en la India. Se dirigió a un hospital oftalmológico para ofrecer su ayuda aunque allí desconfiaron porque los años de experiencia de la oftalmóloga no los podía demostrar sobre la marcha. Al ver cómo trabajaban en el hospital observó que la principal causa de ceguera era evitable, y esto es debido a las cataratas. Decidió hacer subvenciones compartidas y comprar material sanitario a través de Rotary Club. Hasta les compraron un autobús para que se desplazaran a los centros sanitarios.

En el año 2020, bajo la presidencia de José Eduardo García, llevaron muchas actividades con él al cargo. Entre ellas informatizaron el Centro de Autismo de Ceuta y ayudaron al Banco de Alimentos y a Cáritas. Para los rotarios es una prioridad ayudar a su ciudad y no irse, por ejemplo, a Costa de Marfil cuando en Ceuta se les requiere. Es lo que demostraron durante la pandemia de la Covid-19. Gracias a una miembro de Rotary, Mercedes Araujo y sus socias de Bucalclinic, los sanitarios de nuestra ciudad no tuvieron que ponerse bolsas de basura para aislarse del virus, sino que se pudieron abastecer de EPIs a todos los profesionales sanitarios de Urgencias, UCI y 061. También se dotó de medios a un hospital de República Centroafricana para que pudieran contratar a ginecólogos y matronas. “A pesar de la pandemia, hemos conseguido ser activos y estar en cualquier lugar y momento que se nos necesita”, reivindica la recién estrenada presidenta rotaria

En mayo de 2021, con la crisis migratoria del 17 y 18 de mayo también ofrecieron su ayuda y médicos de Rotary acudieron a ayudar en las instalaciones. Rotary Club se puso en marcha durante la fatídica madrugada para hacer curas a todo tipo de heridas y estar junto a madres que habían perdido a sus hijos.

La semana pasada se llevó a cabo el cambio de collares, una ceremonia anual que supone el cambio de presidencia y de la junta directiva: tesorero, secretario y macero. Se denomina de forma coloquial así porque en cada cargo pasa su collar un nuevo cargo entrante. En el caso del collar del presidente, va el nombre de los anteriores presidentes, que van cambiando una vez al año, de ahí a que se denominen rotarios. Kumari es consciente del gran trabajo que ha dejado su antecesor, aunque para ella es un reto conseguir hacer mejoras sociales bajo su presidencia. Como objetivo tienen el de ayudar al empresariado ceutí que ha salido mal parado por la crisis sanitaria del coronavirus y, si en África o en Asia requieren su ayuda, hacerlo si pueden. “José Eduardo ha sido un gran presidente y, como mínimo, quisiera estar a su altura”, subraya la presidenta.

El artista Pepe Pedrajas ha donado a Rotary Club 77 óleos pintados por él. El proyecto de la entidad es crear una página web para poner a la venta las obras y con esos fondos hacer más actividades sociales. “Con todas nuestras actividades conseguimos fondos de diferentes formas para poder ayudar ya que no recibimos ningún tipo de subvención al no ser una ONG”, aclara la presidenta.

Una de las obras de las que más se siente orgullosa Kumari con respecto a la trayectoria del Rotary Club Ceuta es a la ayuda que prestaban a los tres estudiantes que conseguían la mejor nota para acceder a la universidad. A estos se les daba 3.000 euros, 2.000 euros y 1.000 euros, más un ordenador portátil, en el orden de las notas. Es un premio que se estuvo dando durante 13 años, hasta que la Ciudad creó el premio al mejor estudiante universitario y decidieron emplear ese dinero para ayudar a otras personas ya que había un premio similar y que prestaba ayuda a las jóvenes promesas. Otra de las actividades que se realizaron hace años y que también recuerda con cariño es haber ayudado a poner vacunas de la hepatitis en Costa de Marfil.

Gracias a Rotary Club pudieron llegar a muchas mujeres de Marruecos a través de unas monjas. Consiguieron dotar a chicas jóvenes que no tenían recursos de máquinas de coser para tras dos años de formación de costureras, pudieran ejercer esa profesión. Salían con un título que acreditaba su formación, así como una máquina de coser. También había un comedor social en Marruecos al que hicieron donaciones importantes para el mantenimiento.

A partir de ahora, Kumari tiene todo un año por delante para desarrollar como presidenta aquellos proyectos que tiene en mente al lado del resto de rotarios ceutíes, que están orgullosos de tenerla al frente de la entidad por su vocación de servicio a los demás. Con la experiencia de todo lo vivido, la melillense afrontará una presidencia que la ha estado esperando durante años y que, por fin, ha llegado.

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