Las vacaciones de Vivas

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Me consta que Juan Vivas, de vacaciones al cien por cien no está nunca. Como todo el mundo, utiliza unos pocos días al año para desconectar en lo posible del quehacer diario, pero siempre esta mirando desde lejos por el rabillo del ojo lo que ocurre en casa.

Ha hecho una auténtica maratón desde ese instante de ocupación ilegal de miles de personas con el permiso y el aliento del gobierno marroquí. Un periplo sin descanso por ministerios, medios de comunicación, personajes influyentes y conferencia de presidentes. Su mensaje ha sido claro: rechazo a la entrada masiva e ilegal y restauración de la legalidad vigente cuanto antes, así como un apoyo explícito, político y económico de toda la nación, expresado tanto desde el gobierno de España, como desde cualquier ámbito de influencia u opinión.

Las relaciones con Marruecos, según nuestro flamante ministro de exteriores van volviendo a su cauce, y eso debe ser bueno para todos, para España y para Marruecos y también para Ceuta, como parte indiscutible de España. Y las medidas anunciadas por Sánchez, deben visualizarse antes de que se aprueben los nuevos presupuestos generales del Estado, porque como muy bien reitera nuestro presidente, cuanto antes volvamos a la normalidad mejor. Ceuta no se puede permitir vivir en una excepción dilatada y aún menos consolidada. No hay respuesta útil si se valida el hecho que causó la inestabilidad y la angustia, o se utiliza el paso del tiempo como método para curar heridas, porque las personas no son heridas y su integración en la ciudad, cuando se trata de miles, de variopintas edades y de prolijas procedencias se antoja como una tarea que ya ni alcanza a culminar un gigante como Estados Unidos. A Ceuta no se la puede desnaturalizar por el simple hecho de ser una frontera, porque es España. Ceuta es plural, es multicultural, pero lo es porque lo son los ceutíes, no porque tenga una capacidad ilimitada de acoger e integrar extranjeros. Y los ceutíes, como el resto de los españoles, no pueden recibir más golpes ni más cargas a sus espaldas en medio de la mayor crisis de la historia moderna. Por eso urge que el Gobierno de Sánchez mueva ficha ya, agradeciendo los movimientos previos al momento actual, pero recordando los compromisos que ya toca empezar a cumplir y que con buen tino recuerda constantemente la delegada del gobierno, Salvadora Mateos.

Y e este ingente trabajo, Vivas no está solo. Me atrevo a decir que detrás de él está casi toda Ceuta, casi todos los ceutíes.

Pero si miramos a la Asamblea la sensación puede ser la contraria, porque desde las filas de VOX le colocan en la diana de la responsabilidad de todos los males que aquejan a la ciudad, y desde el PSOE, por boca del concejal Gutiérrez, señalan al gobierno de Vivas como pésimo, agotado e inútil, porque hay quejas de las barriadas sobre falta de atención. Ambos socios, el que fue y ha vuelto a ser y el que no fue para luego serlo y acabar en sonoro divorcio, son difíciles, porque no aceptan del todo su condición de socios o aliados. Y es que gobernar es lo complicado, porque cuando no hay recursos económicos suficientes, como ahora, y las demandas crecen, los ciudadanos elevan el tono de sus críticas y eso se lo quieren dejar, lo de las críticas, exclusivamente para Vivas, porque ellos, da igual quien, dicen apoyarle sólo por responsabilidad, pero no comparten, según siguen diciendo, nada con él ni con su forma de gobernar.

Es difícil justificar el apoyo a un gobierno al que se tilda o de traidor y marroquinizador por un lado, o de inútil y agotado por otro. Da la sensación de que esos “socios” andan siempre buscando la postura cómoda de influir, colocar y sacar tajada, pero sin que se note que lo pactan todo con el gobierno. O sea, lo de soplar y sorber, vamos, lo que no puede ser. Luego, en privado se justificarán de que no les queda más remedio que arrear algo de vez en cuando para que no se note mucho el arreglo que existe.

En fin, clamoroso error, a mi humilde juicio, claro; porque si algo demandan los ceutíes ahora es unidad, humildad y generosidad. Pero para poder algo así, hace falta ser humilde y generoso, grande y sencillo a la vez. Y sobre todo hace falta más que nunca decir la verdad, no pretender embaucar a nadie, no prometer imposibles, ser honesto intelectualmente y exponerse junto a los demás, junto a todos los que quieran sumar, frente a los que sólo pretenden defender sus intereses. Son muchas las necesidades de Ceuta, todas legítimas, pero tal y como están las cosas, se deberían unir más lazos para formar un cordón fuerte. Lo contrario sólo es partidismo y de esto andamos ya sobrados en Ceuta. Hay quien parece haberlo descubierto ahora, pero es más antiguo que la calle larga.

Ni de vacaciones le dejan tranquilo. A Vivas, me refiero.

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