Tu hijo ha hecho

Javier Chellarám

Con los tiempos que corren hoy día la juventud está pendiente de una pantalla, si la pantalla de un móvil y quizá esa entrada por las redes sociales les hace perderse también a los padres lo que acontece alrededor, porque salvo que te manden una foto de sus hijos haciendo algo, en los tiempos actuales también los padres están mirando una pantalla.

La Plaza de los Reyes de hace cuarenta años, la que hoy día añoramos la que vemos en postales de antaño y decimos esa era nuestra Plaza de los Reyes, y en esa plaza antes las madres por las tardes se sentaban al fresquito con el ruido de los chorros de agua de la majestuosa fuente así como la iluminación nocturna que hacía lucir las mejores galas de aquellas noches de verano.

Y de paso los que aspirábamos a ocupar un puesto en la parte alta de la Plaza, podíamos comprobar como estaban los que jugaban la Champions , la Uefa , la Recopa , o la Intertoto en términos futbolísticos se traducía los que eran el gallo del corral en los ligoteos y pegarse el lote, los que fumaban los canutos esos jugaban en otra división.

Había una mamá y la pobre quizá con el rumbo de su brújula perdida siempre esperaba a mi madre como diciendo antes que me preguntes por mis hijos, te voy a decir que : “ tu hijo ha hecho esto, tu hijo ha hecho hesto y la dicho lo otro, así como se ha clasificado para la Uefa y estaba besándose con su ligue.

Con el subidón de la testiculina todos sacaban pecho asomados a la muralla o la baranda mirando a los demás colegas que estábamos triunfando que ya éramos machitos y que teníamos a las jovencitas suspirando por nuestros huesos.

Pero había el lado oscuro y eso si que daba pavor, el rincón de los canutos, la esquina de los porros y ahí si estaban paseando los hijos de fulanita ,la que decía oye tu hijo ha hecho.

Si mi madre lo encajaba mal esperaba a la noche, entonces llegaba mi padre encendido y molido del trabajo, era la época de los paraguayos y lo ponía hasta el gorro y eso se traducía en coger una zapatilla y arrearte unos zambombazos y dejarte calentito esa noche.

Llegó el momento de marcharnos a las casas del Polígono y ya entonces había que presumir más, la participación más intensa en el deporte y el desarrollo juvenil nos hizo ponernos mas mozos y más guapos pero había que mantenernos y eso era coger la cuchilla y quitarnos la carrera de hormigas debajo de la nariz.

Ponerte las gafas de sol y salir a pasear todas las tardes y eso cabreaba a los nuevos amigos, los nuevos vecinos y para remate total, ya nos asomábamos al vestuario del Ceuta a ver salir a los jugadores y eso era salir duchados, con las chanclas el pelo mojado y las gafas de sol con el zapatillero Adidas en la mano.

Había que imitarlos y a las niñas nuevas del barrio les molaba aquello y estaba ya destacando para tener nuevas novias que entonces eran ligues pero a los chavales nuevos ya aquello parecía que eso era de maricón.

Nos pegamos muchos años sin hablarnos con algunos que casi no se porque sería la testosterona de la época quizá, le habría quitado a alguna supuesta novia y eso en los ochenta donde no había móviles ni treinta canales de televisión, era estar en la calle , en el barrio en la playa o verbenas todas las horas ociosas del día.

El tiempo, los años y quizá los avatares de la vida nos hizo seguir caminos distintos a todos y los que estaban en lo que pusimos como nombre, “ la maldita pared “ les consumió el sol hasta las neuronas y entrañas por cosas de la vida.

Hoy día cuando paso para cubrir al Ceuta nos saludamos, nos miramos y nos contamos chascarrillos y cosas populares así como , Javi como ha quedado el Ceuta ¿

Ya la vida nos ha puesto a cada uno en su sitio y Dios en la de todos pero siempre uno recuerda a la María de aquellas tardes en la Plaza de los Reyes, la que decía , “ tu hijo ha hecho “.

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