Una pequeña reflexión

Malika Ali

Hubo un tiempo en que la izquierda fue patriota (que no patriotera) e internacionalista, pero esos tiempos pasaron y fascinada por los cantos de sirena del nacionalismo, comenzó a vivir instalada en una contradicción, en un bloqueo del que no supo salir. Hubo un tiempo en que la izquierda era internacionalista a fuer de ser patriota, porque concebía el destino de pueblos y culturas en el diálogo y el entendimiento para forjar civilización. Hoy, sin embargo, “empequeñecida” por los tics ideológicos del nacionalismo autista y monologante no se atreve a decir España, por ejemplo, sino ‘el Estado’ y baila el agua del nacionalismo centrífugo apoyando la entelequia del manoseado ‘derecho a decidir’. Hubo un tiempo en que la izquierda hizo empeño en una empresa común, la transición política, la redacción de la Constitución, etc. y otorgó que era el ‘pueblo español’ el sujeto político que decidía, hoy, a pesar de ello, vive enredada en los dimes y diretes’ que una ideología ‘irracionalista’ como el nacionalismo le ha contado. La izquierda aún no ha crecido intelectual y políticamente y vive presa de pies en el pasado, desplazando al ciudadano y al asalariado de su centralidad para ocuparla con desatinos. La izquierda no tiene demasiado tiempo para seguir dudando entre su mejor historia y los cebos con anzuelo que le tiende el nacionalismo. Si la izquierda socialdemócrata con aspiraciones de seguir en el gobierno pierde la ocasión de plantar cara al nacionalismo en el conjunto de España, y especialmente en Cataluña, habrá perdido ésta para los catalanes y para el resto de los españoles. Ésto quiere decir tanto como perder opciones creíbles de ser una alternativa seria, pues supondría una catástrofe política para todos. Como Ulises, tendrá que hacer oídos sordos a los cantos de las sirenas nacionalistas y ser fiel a sus genuinas ideas y a su compromiso histórico, pues Itaca no se encuentra en el pasado de privilegios y parques antropológicos de identidades congeladas en el tiempo, sino en un futuro con menos fronteras y más fraternidad. El futuro no es la secesión sino la unidad de las gentes.