Teodomiro del Toro Urrutia Ceuta 1.745-1.803 ¿? teniente coronel

Teodomiro del Toro nació en Ceuta el 30 de junio de 1745, siendo bautizado en la Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, al día siguiente de su nacimiento, fueron sus padres don Antonio del Toro y Casanova y doña Tomasa de Urrutia Intubauztiz, ambos naturales de Ceuta

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Ataque inglés a Puerto Rico 17 de abril de 1797

Don Antonio del Toro participó en el sitio de Ceuta de al-Yazid (1790-1791) como teniente del regimiento fijo de Ceuta.

Teodomiro del Toro ingresó en el ejército como cadete en 1762, su primera acción militar fue con el regimiento de infantería de Navarra en la campaña de Portugal, que sería conocida como la Guerra Fantástica o de los Pactos de Familias (1762-1763), en 1768 fue ascendido a subteniente pasando al regimiento Toledo, en 1771 teniente ayudante de milicias y en enero de 1786 obtuvo el empleo de capitán de infantería. Siendo destinado a Puerto Rico, en dicho destino en 1795 fue promovido a teniente coronel.

Breve historia de Puerto Rico

La isla de Puerto Rico con las isletas de Culebra, Vieques, Caja de Muerto, Mona, Monito, Desecheo e islotes menores próximos a su costa, pertenecían a España desde que el 16 de noviembre de 1493 Cristóbal Colón descubrió la isla que los indígenas denominaban Borinquén. Colón desembarcó el día 19 en la costa oriental de la isla y la abandonó el 22 de noviembre después de haber fundado una pequeña aldea con el nombre de San Juan Bautista.

En 1508 Juan Ponce de León pidió permiso al Gobernador de La Española, para armar una carabela con la que reconocer e iniciar los asentamientos en la isla. Ponce fue nombrado Gobernador de Puerto Rico en 1510 y estableció en la costa norte el primer asentamiento español permanente denominándolo Caparra, que se convertiría pasado el tiempo en un barrio de San Juan, la capital de la isla.

NOTA. En 1508 era Gobernador, el Comendador Nicolás de Ovando, gobernador de las Indias.

Ataque inglés a las Islas de Trinidad y Puerto Rico 1797

Prolegómenos

Con el tratado de Basilea del 22 de junio de 1795 se puso fin a las hostilidades franco-española. Tras dicho tratado Francia y España firmaron una alianza, el tratado de San Idelfonso firmado el 18 de agosto de 1796.

El tratado de San Ildefonso de 1796 fue una alianza militar firmada entre España y Francia, en el marco de las guerras napoleónicas. Según los términos del acuerdo, ambos estados convenían en mantener una política militar conjunta frente a Gran Bretaña, que en esos momentos amenazaba a la flota. Manuel Godoy en nombre de Carlos IV de España, y el general Catherine-Dominique de Pérignon, enviado por el Directorio francés, ajustaron el tratado el 18 de agosto de 1796 en el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso.

Tras estos tratados Gran Bretaña, en represalia, mandó una flota la Caribe con la orden de invadir las islas de Trinidad y Puerto Rico. Estas fuerzas iban comandadas las de tierra o de desembarco al mando del teniente general Ralph Abercromby y la naval por el almirante Henry Harvey.

Dichas fuerzas estaban compuestas por 6.700 soldados; 9 navíos; 3 fragatas y 5 corbetas y bergantines.

Ataque a la Isla de Trinidad 17 de febrero de 1797

La guarnición española de Trinidad era la siguiente: 230 soldados, 2 morteros y la naval de 4 navíos, una fragata y 20 cañones.

Sebastián Ruiz de Apodaca reunió a sus comandantes, y decidieron que, en las condiciones que se encontraban, era imposible enfrentarse a los ingleses. Por ello, para evitar el apresamiento de las naves, deciden quemarlas, y dirigirse por tierra para reforzar las defensas de Puerto España. Se procedió por tanto a incendiar los barcos, se abandonó la isla de Gaspar Grande después de haber clavado la artillería, inutilizándola, y se dirigieron por tierra a Puerto España.

Los ingleses, a la vista del fuego en los barcos, enviaron sus chalupas para intentar rescatarlos. Consiguiendo salvar y apresar el San Dámaso y el bergantín Galgo. A continuación avanzaron hacia Puerto España, tomando las alturas próximas sin oposición.

El Gobernador Chacón (José María Chacón y Sánchez de Soto), viendo que solo contaba con 190 soldados, muchos de ellos enfermos y con poca munición, y que la población indígena y extranjera de Puerto España se niega a participar en la defensa de la ciudad, por miedo a que resulten dañados sus bienes, acepta la capitulación que le ofrece Abercromby, entregando la isla a los ingleses. En esta operación el ejército inglés tuvo siete muertos, y el español un herido.

Tras haber conseguido los británicos una fácil victoria se dirigieron a Puerto Rico.

Ataque británico a Puerto Rico 17 a 30 de abril de 1797

Puerto Rico estaba al mando del gobernador y capitán general don Ramón de Castro y Gutiérrez, brigadier de los Reales Ejércitos. Este una vez conocida la toma por los ingleses de Trinidad, había reforzado las defensas.

Aunque Puerto Rico estaba más preparada que Trinidad, su guarnición estaba mermada, ya que una importante parte de las tropas de la guarnición estaban en La Española (actual Haití y República Dominicana), para enfrentarse al levantamiento del líder, el esclavo negro Toussaint Louverture.

Las tropas españolas y milicianos de la isla estaba formada por 70 oficiales, casi 1.000 soldados del regimiento de infantería fijo, sobre 1.600 milicianos de infantería, 350 de una compañía urbana, 150 de la de negros y aproximadamente 700 de la Armada Real Española, en el combate también participaron gentes de campo armados con lanza, así como presidiarios.

El cónsul francés, M. Agustín París, ofreció al gobernador sus servicios y los de doscientos compatriotas suyos. De Castro también aceptó los servicios de dos corsarios franceses que se hallaban en puerto, “Le Triomphant” y “L’Espiégle”. De los franceses, solamente pelearon cincuenta en el castillo de San Jerónimo, a las órdenes de M. Barón y este a las del teniente coronel Teodomiro del Toro más sesenta que maniobraban en el campo volante, teniendo por jefe al mismo cónsul de su nación

El 17 de abril fueron descubiertas las fragatas bloqueadoras, saliendo un cuerpo volante al mando de don Isidoro Linares, juntos con los también tenientes coroneles don Teodomiro del Toro y don Andrés Cayetano Vizcarrondo, apostándose Linares en la playa de los Cangrejos, Vizcarrondo en la de San Mateo y Teodomiro del Toro en la Torresilla, cada uno de ellos con cien hombres

El 18 de abril enviaron los ingleses una avanzadilla con bandera blanca con una carta en los que demandaban la rendición de la ciudad, dicha carta firmada por el almirante inglés y el general Abercromby en el navío Prince of Wales, fondeado con el resto de la flota en la bahía de Cangrejos.

A esta carta contestó el brigadier gobernador y capitán general don Ramón de Castro.

“He recibido el pliego intimándome a la rendición de la plaza de Puerto Rico que tengo el honor de mandar y defenderé como debo a mi Rey Católico hasta perder la última gota de mi sangre. Esta circunstancia me priva de admitir la generosa oferta que V.V. E.E., se sirva hacerme en él, particularmente a mí, a la guarnición y habitantes los cuales como su xefe, están dispuestos a vender caras sus vidas; y espero que en su defensa, obtendrá la Gloria que he conseguido de la nación británica en el Puesto de Village cercano a Penzacola en el año de 1.781. Nuestro Señor guarde a V.V. E.E., muchos años como deseo. Puerto Rico 18 de abril de 1.797”. Ramón de Castro.

El general Ralph Abercromby inició el ataque al mando de entre siete y trece mil hombres con intenciones de tomar San Juan y después toda la isla.

Los ingleses iniciaron el ataque y con el fin de proteger el desembarco dirigieron todos sus fuegos hacia la Torresilla al mando de Teodomiro del Toro, por lo que tiene que retirarse a unirse con Linares y ambos a Vizcarrondo, al comprobar la enorme superioridad de fuerza de los enemigos, tanto Linares como del Toro se retiraron al puente de Martín Peña y Vizcarrondo a San Antonio. Este último se atrincheró con dos piezas con idea de rechazar al enemigo y proteger la retirada de del Toro y Linares, reunido los tres dejaron inutilizada las dos piezas.

En la misma mañana Vizcarrondo con 50 hombres del fijo de la plaza y milicias, así como varios franceses y treinta caballos se dirigieron a la plaza de San Mateo, desde donde tirotearon a las avanzadillas enemigas. Vizcarrondo hubo de retirarse, siendo perseguido por los enemigos, estos fueron rechazados debido al fuego dirigido desde el fuerte de San Jerónimo al mando de Teodomiro del Toro.

Cuando del Toro vio que se aproximaban a la playa cuatro grandes lanchas llenas al completo de tropas inglesas enarbolando una de ella el pabellón inglés. Al momento inicia el fuego con el mayor acierto, por lo que los ingleses con gran cantidad de bajas se vieron obligados a retirarse

Algo más tarde estos vuelven a intentarlo con mayor número de lanchas y con la protección de fuego desde sus barcos, logrando los ingleses desembarcar alrededor de tres mil hombres

Los fuertes de San Antonio y San Jerónimo que eran los que defendían el acceso a la capital que fueron atacados por los ingleses, pero las tropas del San Jerónimo al mando de Teodomiro del Toro, con algunos franceses resistieron obligando a los enemigos a retirarse.

Al atardecer de este 20 de abril se arría la bandera francesa que lucía junto a la española en el fortín de San Jerónimo, por la presencia de los ciudadanos franceses del capitán corsario Antoine Daubón que como hemos señalado se pusieron bajo el mando del teniente coronel Teodomiro del Toro en la defensa de dicho fortín. La presencia de las dos banderas causaron curiosidad en la flota británica y Harvey escribe una carta preguntando contra cual de las naciones se estaba batiendo. El Gobernador de Puerto Rico, el brigadier don Ramón de Castro le respondió tajante en otra misiva en la que aprovechó para recordarle las anteriores victorias de las “Armas Españolas” sobre la nación británica. Tras este último intercambio de correspondencia se dio paso a las armas y “al valor de los soldados que defendían a San Juan de Puerto Rico”.

Los británicos volvieron a atacar el fuerte de San Jerónimo con los fuegos de las baterías del Rodeo, que dirigía tanto a él como al puente. El teniente coronel Teodomiro del Toro esforzaba los trabajos para reparar con sacos y barriles de arena el descubierto que experimentaba en su castillo por la parte que miraba a la citada batería enemiga; y para precaver los daños de las bombas y granadas que caían en él con frecuencia, hizo llenar de arena las azoteas que correspondían al cuerpo de guardia y demás cuartos inferiores. Era incesante el trabajo que ofrecían aquellos castillos a sus comandantes para remediar las ruinas a que el fuego enemigo los tenía reducidos.

El fuerte resistió el bombardeo inglés y forzó la retirada de los invasores. Según la tradición, del Toro reconstruía de noche lo que los ingleses destruían de día.

Al llegar la noche del 29 de abril, las tropas españolas atacaron frontalmente a todas las posiciones ocupadas por el enemigo, el ataque fue realizado por ochocientos hombres de las milicias disciplinadas de infantería y dos compañías de las disciplinadas de caballería. Obligando a Abercromby a retirarse teniendo que embarcar tan precipitadamente, que en su huida abandono en la isla la artillería, municiones, víveres y tropas a las que no se paró de recoger por estar dispersas.

Después de la batalla el parte de baja inglés fue de:

200 muertos, 9 oficiales prisioneros, 286 soldados prisioneros y 400 desertores.

El parte de baja español fue de:

42 muertos, 156 heridos y 2 desaparecidos.

La ciudad de San Juan estuvo bajo el fuego de las armas inglesas hasta el día 30 de abril. El 2 de mayo la flota inglesa levó anclas abandonando derrotada Puerto Rico.

Ese intento de invasión está considerado como uno de los mayores a los territorios españoles en las Américas. Esta victoria dejó asegurada la isla por cien años.

En recompensa de sus servicios el brigadier de Castro fue ascendido a mariscal de campo, y muchos de los demás jefes militares merecieron ascensos en sus grados.

Teodomiro del Toro que tenía la graduación de ayudante mayor teniente coronel de Milicias obtuvo el ascenso a coronel y la sargentía mayor de la plaza.

DECRETO:

Don Carlos por la Gracia de Dios, Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, etc. etc.

Por cuanto atendiendo al mérito, y servicios de vos el coronel Don Teodomiro del Toro ayudante mayor de las Milicias de Puerto Rico; he venido a elegiros y nombraros, como en virtud del presente os elijo y nombro sargento mayor de la referida plaza cuyo empleo se halla vacante por retiro de Don Estaban Desonanso.

San Lorenzo 27 de octubre de mil setecientos noventa y siete.

En reconocimiento de la fidelidad, amor y patriotismo de los vecinos de esta isla, se concedieron ocho gracias especiales. Se le otorgó a la ciudad el derecho “...de orlar su escudo de armas” con estas frases “POR SU CONSTANCIA AMOR Y FIDELIDAD ES MUY NOBLE Y MUY LEAL ESTA CIUDAD”. Entre otras concesiones fue la de declarar a San Juan puerto franco y libre para el comercio por veinte años.

Don Teodomiro del Toro y Urrutia, Coronel de infantería y sargento mayor de la Plaza de Puerto Rico.

CERTIFICO: Que el verdadero acreedor á la gracia de dos escudos de ventaja á el Mes, que concede S. M. á Domingo Durán por el servicio de haver el día veinte y cinco de Abril del año próximo anterior, incendiado un repuesto de pólvora á los enemigos con una Bomba que dirigió el mismo desde el Castillo de San Jerónimo ( q u e tuve la honra de defender ) y me presentó Don Andrés Vizcarrondo, el que con su capitán Don José Ponce afirman ser así; y yo lo hago vaxo mí conciencia y honor; y para que tenga el debido y seguro efecto la gracia de S.M. , doy la presente en Puerto Rico a doce de marzo de mil setecientos noventa y ocho años. Don Teodomiro del Toro y Urrutia. (Literal)

Dice el historiógrafo Neumann :

“Nosotros, como puertorriqueños, no podemos menos de enorgullecernos con la gloria alcanzada en aquel memorable asedio por los hermanos don José y don Andrés Cayetano Vizcarrondo: los sargentos José y Francisco Díaz, el párroco del Pepino, don José Dolores del Toro, que peleó honrosamente á la cabeza de ciento cincuenta feligreses y los mantuvo de su peculio durante el sitio; don Francisco Andino, síndico del Ayuntamiento de la Capital, ....don Rafael Conty, hijo de Aguadilla, capitán de artillería que de acuerdo con el teniente á guerra de Bayamón, don Lucas de Fuentes, opuso, con dos cañones...manteniendo por aquella parte franca comunicación con los campos; así como la de otros inolvidables combatientes, cual aquel ingeniero don Ignacio Mascaró y Homar, tan poco apreciado, figura activa é inteligente del sitio, que todo lo preveía y á todo atendía, en quien depositó verdadera confianza el Brigadier Castro; don Teodomiro del Toro, bizarro defensor del fuerte de San Jerónimo; los hermanos Emigdio y Vicente Andino; el ayudante de campo don Manuel Bacener; don Blas López, teniente á guerra de Juncos; los artilleros González y Ortega; ....el sargento de San Jerónimo don Marcos Sosa, abuelo del benemérito puertorriqueño don Julián Blanco; .... Don José Benítez, padre de la inolvidable cantora de la Cruz del Morro, doña Bibiana, la primera dama que pulsó la lira en Puerto-Rico; ....otro José Díaz, ponceño, tenaz y resuelto en la pelea, como su homónimo el de Toa-alta é infinidad de otros coterráneos.”

Tomamos de: (La Plaza fortificada de San Juan de Puerto Rico /autor Juan Manuel Zapatero López Ayala /Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña)

Para defenderse del ataque, contaba el brigadier Castro con los factores: clima, el caño de San Antonio, y las recién terminadas fortalezas contra las que no se atrevió Abercromby. El ataque se desarrolló contra la “Primera y Segunda Línea” y los fuertes San Jerónimo y San Antonio. Aquí figurarán nombres de trascendencia impresionante: el teniente coronel, don Teodomiro del Toro, que defendió el Castillo San Jerónimo, y el capitán Ignacio Mascaró, que defendió el Puente Fortificado de San Antonio. Y también un suboficial, el sargento Díaz, que se atrevió a atravesar el Caño por sorpresa e hizo prisionero a uno de los capitanes del Estado Mayor del general Abercromby. Y los del teniente Lara de Río Piedras, con las Partidas de Voluntarios del Interior, aquel que tanta fiebre tenía por luchar contra los ingleses, que precipitó un combate que el brigadier Castro tenía aplazado. En esa precipitación estaba preciosamente la victoria, porque atacó Lara con aquellos gloriosos «Cuerpos Volantes de Río Piedras» y Ralph Abercromby cercado por el Este, Sur y Oeste, ante las magníficas defensas de los Castillos, en los que, señores, no solamente se defendían los Dominios de España. Eso era San Juan de Puerto Rico, y así hay que considerarlo. En el concepto histórico, de estos fuertes San Jerónimo y San Antonio, de San Juan de Puerto Rico, dependía el honor, la suerte y el prestigio de la Corona de España. Gracias a esos Fuertes, gracias a aquellos héroes de 1797, los españoles, y los puertorriqueños, tuvimos la suerte de estar juntos hasta el año de 1898.

Don Teodomiro del Toro estaba casado con doña Margarita de Areizaga Ferrer, natural de San Juan de Puerto Rico, nacida en 1755, desconocemos la fecha del enlace, de este matrimonio nacerían tres hijos, José María en 1.776 que en 1.792 aparece como cadete del regimiento fijo de Puerto Rico, Margarita María Celestina, nacida en 1791 y otro hijo del que no hemos podido localizar nada.

Su esposa falleció en San Juan de Puerto Rico,

Don Teodomiro del Toro regresó a España falleciendo en 1.803, no hemos podido localizar el lugar de su fallecimiento.

De don Teodomiro del Toro Urrutia ya hemos escrito en este diario, ahora lo ampliamos con nuevos datos.

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