Advierten que se corre el riesgo de confundir el covid persistente con otras patologías más graves

COVID PERSISTENTE

El responsable del Servicio de Medicina Interna del HUCE avisa de que los síntomas del covid son “abigarrados” y “variables” y “no existe ningún marcador biológico”

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El reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del covid persistente y en consecuencia su definición como “la condición que ocurre en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por SARS-CoV-2, generalmente 3 meses después del inicio, con síntomas que duran al menos 2 meses y no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo”, ha facilitado la vida de muchos. Sobre todo a la hora de que los médicos puedan dar la baja laboral a sus pacientes cuando están incapacitados para mantener una actividad laboral normal.

“El problema de esta patología es que es muy inespecífica, abigarrada y variable de una persona a otra”, advierte Jesús María Santiago Toscano, responsable del Servicio de Medicina Interna del HUCE. Y por tanto, se puede confundir y pasar por alto otros problemas más graves.

Valora que se haya reconocido como una enfermedad porque “si alguien no puede trabajar, evidentemente, sea cual sea la causa, hay que dar la baja”, y esto agiliza y facilita todo el tema legal y normativo. Pero, el diagnóstico del covid persistente “está sujeto a interpretación y es un tema con el que hay que tener cuidado”, avisa. “No existe ningún marcador biológico o analítico que nos pueda decir si es covid persistente o no. Y la sintomatología es muy abigarrada porque va desde cefalea, dolores articulares, abdominales, torácicos, etc. Es un síndrome que está sujeto a interpretación y como tal también está sujeto a confusión con otras patologías con las que hay que andar pendiente”, explica el peligro de meter en el mismo saco síntomas que no se explican a priori por enfermedades conocidas.

“Se puede estar poniendo la etiqueta de covid persistente y saltarse otra patología que puede ser más grave”. La forma de evitar que esto ocurra es “estudiar cada caso”. En definitiva, a pesar de que ya exista este diagnóstico, no sirve con despachar a cada paciente con una baja por covid persistente.

“Puede ser una patología autoinmune, una patología tumoral, una patología infecciosa de otra etiología”, enumera Santiago solo algunas de las opciones que se pueden esconder detrás de unos “síntomas muy confusos y fáciles de malinterpretar“.

“Cuando tienes una pancreatitis sabes que te va a doler la barriga. Con el síndrome post covid te puede doler la barriga, la rodilla, la cabeza, el pecho… Y no todo al mismo tiempo. Cada persona va variando de manera que es difícil poner una etiqueta”, insiste en la complejidad de este virus.

En este sentido, recuerda que el conocimiento de está patología todavía es muy superficial. “Lo importante es que se entienda que esto puede pasar y que cuando se prolonga una sintomatología después de cualquier enfermedad, hay que ir al médico”.

“Cualquier estrés puede causar trastornos menstruales”

Entre los efectos del coronavirus, más allá de la tos o dolores musculares, muchas mujeres han advertido cambios en su ciclo menstrual. Más abundancia de sangre y reglas más largas, o bien todo lo contrario, ausencia de sangrado. El internista, Jesús Santiago, aclara que todavía “no está bien estudiado qué es lo que crea las alteraciones menstruales”. “Es un asunto complejo porque cualquier estrés emocional en una mujer puede provocar trastornos en los ciclos menstruales”, explica la complejidad de definir si realmente se trata de un efecto del virus. “No está estudiado si hay una agresión autoinmune a las glándulas que producen las hormonales sexuales femeninas”, insiste. Aún así, no descarta esta hipótesis ya qué “todavía está sin definir qué es el covid persistente”.

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