El Desnarigado

Breves apuntes sobre el Desnarigado y el fuerte de su mismo nombre

Castillo del Desnarigado. / FOTO CEDIDA
Castillo del Desnarigado. / FOTO CEDIDA

Lo primero que hemos podido localizar sobre el pirata el “Desnarigado” es a través de Don Jerónimo de Mascarenhas en su libro “Historia de la Ciudad de Ceuta”, escrito en 1648, páginas 118-119.

En el mes de mayo de (1417) se quiso informar al conde (don Pedro de Meneses) del sitio y disposición de un Aduar (pequeña población mora) que estaba en tierra de Benaçaide. Envió a Diego Vázquez de Puerto Carrero en un bergantín bien armado para que lo reconociese, y tomase lengua, y así lo ejecutó, y cautivo uno, y porque no pudo tomar otros, estando para volverse, vio una vela latina que reconoció y dándole caza la rindió. Haciendo ocho esclavos y buena presa de mercadería. Dos días después armaron los moros tres Fustas (barco a remo y vela de entre 12 y 18 hombres por banda) gobernadas por un valiente corsario que llamaban el Desnarigado, y vino a la Almina una noche, con una Fusta de quince bancos por banda, otra de trece y la menor de doce, y de madrugada desembarcaron en una cala que la Almina tiene por la parte de Levante. Dormían los escuchas, y pudieron ejecutar lo que pretendían, sin ser sentidos, cogiéndolos por la mañana, y a otros cuatro hombres que iban a llevar unas redes, y a muchas más gentes cautivaron descuidadas, si las voces de los primeros, y segundos no avisaran a otros, que se caminaban a pescar, y a otros ejercicios. Estos dieron rebato a la ciudad, y acudieron muchas gentes Fernán Barreto, a quien aquel día tocaba la guardia de la Almina, más no llegó a tiempo, que ya las Fustas se habían alargado con la presa.

Este caso fue tan sentido en Ceuta, que siempre fue conocido por el nombre de “Desnarigado”, el punto donde desembarcaron los moros capitaneados por el corsario así llamado.

El conde (Don Pedro de Meneses), que no perdía ocasión en que pudiese conservar la reputación adquirida, hizo que al punto saliese Diego Vázquez de Puerto Carrero en una Fusta a entretener a los enemigos, mientras se preparaban otras para pelear, salió este valiente caballero sin dilación, y en breve dio con las Fustas enemigas, procurando solamente entretenerlas, y no venir a las manos, mientras no pudiese hacerlo más a su salvo. Tras él despachó el conde otras dos Fustas de Juan Pereira, y muy buena gente, entre ellas Fernán Gonçales de Arca, y Martín de Castro, y luego salió Mosén Martin con la suya, y tras él Mosén Juan, y Juan de Vega con su Bergantín, y otras cuatro barcas pequeñas, y muy valientes soldados, deseosos de la venganza, Diego Vázquez no cesaba de entretener a las Fustas enemigas, llegando con ellas a una angra, que está a la parte de Berbería, hasta que las otras embarcaciones impensadamente llegaron. Era ya nuestro poder superior, y sintiéndolo los moros huyeron si el corsario que los gobernaba, no les alentara a la pelea, con que hicieron rostro, aunque por breve espacio, porque dos de las Fustas apretadas de las de Ceuta embistieron con la playa, salvándose la gente, y en la una mataron los cautivos los moros, antes de salir, los de la otra tuvieron mejor suerte, porque no hubo tiempo para que se ejecutase con ellos lo mismo. La tercera se metió en el río Bernamaden, donde fue amparada por una multitud de moros, que habían bajado a su socorro. Recojieronse los nuestros con reputación, y ganaron los dos barcos que fueron de utilidad en otras ocasiones.

De Historia de Ceuta del presbítero don Lucas Caro, con transcripción, introducción y notas de Don José Luis Gómez Barceló, página 236

El costado Norte de la Almina está guarnecido por algunos buenos castillos y baterías que defienden bastante su ensenada, siguiendo una muralla hasta el Castillo de Santa Catalina. El primer baluarte que se encuentra al salir del puente de San Sebastián, es obra nueva para facilitar el desembarcadero. Más adelante se halla la batería de San Pedro con la artillería necesaria, al resguardo de la bahía; inmediata a esta hay otra batería de seis cañones de 24 y dos morteros de 12 pulgadas, después el Castillo de San Amaro y batería de Torremocha, otra batería llamada Pineo Gordo, otra llamada del Sousiño, otra llamada de Valdeaguas, el Castillo de Santa Catalina, hasta el fuerte y batería de las Cuevas, el fuerte de la punta de la Almina; y dando la vuelta a la montaña se encuentra el Castillo del Desnarigado, fortaleza antigua pues en aquellos tiempos se llamaba de Finisterre y de allí se baja a un paraje que se llama la Torrecilla en donde hay una pequeña batería rasante puesta en la playa para defender el corto embarcadero que allí hay.

Gobierno de Don Sebastián González de Andía y Rarazábal Álvarez de Toledo y Henrique de Guzmán, marqués de Valparaíso y vizconde de Santa Clara. Gobernador 1692-1695. (Historia de Ceuta de don Alejandro Correa de Franca, página 307, nº 672).

El 1º de diciembre de 1692 tomó posesión del gobierno de la plaza, don Sebastián González de Andia, al poco llegó a ella procedente de Orán don Lorenzo de Ripalda. Haciéndose cargo de rematar el Castillo del Desnarigado poniéndole artillería, obra que había iniciado el anterior gobernador don Francisco Bernardo Barona, (gobernador 1689-1692.

Gobierno de Ceuta de Don Gonzalo Chacón y Orellana-Mendoza Toledo de Sandoval y Rojas, Caballero de la Orden de Santiago 1709-1715. (Historia de Ceuta de Don Alejandro Correa de Franca página 351, número 766).

Los corsarios ibicencos y de Gibraltar habían hecho presa de dos barcos del tráfico de nuestra plaza y nosotros no descuidábamos en embarazar el comercio de Tetuán, reduciéndolos al estado de necesitar embarcaciones de fuerzas superiores o que lo hiciesen de noche. Hallábase mandando el Castillo del Desnarigado el alférez don Francisco Vicentelo, y la noche del 3 de mayo de 1710 reconoció pasaba frente de su castillo una embarcación; con tal acierto le descargo un cañón que le puso a pique. Esta noticia se comunicó al gobernador y, no persuadiéndose a creerla, hizo poco caso. Pero a la mañana se vieron sobre el agua algunos bultos, a que se encaminaron con barquillas, y se pudieron recoger trece fardos de diversos colores de paños finos de Inglaterra que, endulzados, aprovecharon bien Los demás retiró la corriente y otros fueron a fondo. Después se supo era embarcación ricamente interesada, que de Gibraltar pasaba a Tetuán, y que la gente se salvó con el bote en la playa de los moros.

Gobierno de Ceuta de Don Luis Rigio Branquiforte, príncipe de Campoflorido 1719-1720. (Historia de Ceuta de Don José A. Marquez de Prado, páginas 183-184).

El príncipe de Campoflorido. Activamente, se ocupó de la reparación y desarrollo de las defensas de la Almina, agravando por ello las contribuciones que pagaban los árabes tetuaníes.

El príncipe artilló y municionó en 1719 los fuertes de San Amaro, Santa Catalina, El Desnarigado y el Sarchal, cerrando todos los puntos accesibles a desembarcos, atrincherando las calas, y a fin de que la caballería corriese con más velocidad una línea tan extensa, se hicieron trabajos para la habilitación de un camino en medio de las riscosas y perpendiculares rocas de aquel recinto

Gobierno de Ceuta de Don Pedro de Vargas Maldonado, marqués de Campofuerte 1739-1745. (Historia de Ceuta de Don Alejandro Correa de Franca, páginas 444-445, número 915)

El 12 de junio (no se especifica el año), contrajo matrimonio en la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, ante el presbítero don Juan Pinto (con despacho del previsor don Diego Correa, que dispensó las amonestaciones), don Juan Carrión, cirujano del Regimiento de Murcia, con doña María de la Paz, que se había criado en el expresado cuerpo y subsistiendo en el más de diez años y al presente domiciliada hacía nueve meses en esta ciudad. Este hecho suscitó nuevas diferentes alteraciones en competencias de jurisdicción. Enterado el teniente de vicario general militar del caso, mandó el día 13 del enunciado mes fuesen examinados los contrayentes, que declararon ser cierto haberlos casado el presbítero don Juan Pinto con licencia del previsor, con cuya diligencia y otras se practicaron está averiguación, ordenó fuese arrestado Carrión en el Castillo del Desnarigado, sin permitírsele comunicar de palabra con la que creía su propia mujer y fue conducido a prisión con la precaución de que no se le consintiese hablar más que con quién le llevase el alimento

Sigue el gobierno de Don Pedro de Vargas Maldonado (Historia de Ceuta de Don Alejandro Correa de Franca, página 470, número 940-941).

Sobre la epidemia de “peste” en Ceuta, junio 1743 a septiembre de 1744. Algunas observaciones sobre el tiempo de contagio.

El 9 de septiembre de 1744, se mandaron relevar los destacamentos (que se mudaban antes cada mes y se hallaban en las guardias de la Almina desde el 5 de junio de 1743, sin que hubiese dado lugar la calamidad a que se practicase como entonces). Por la noche del día siguiente se incendiaron las ermitas de San Antonio y San Amaro, las casas de don Manuel Pinto, don José Aguado, don Juan Olona, don Juan Sueiro, y otras de aquel barrio situadas dentro del cordón, sirviendo sus llamas de alegres luminarias que publicaba a la costa de enfrente , de los reinos de Sevilla y Granada, que ya en Ceuta, por la misericordia de Dios e intercesión de su patrona, quedaba extinguida la peste y que a ella podían venir con seguridad a su comercio.

El día 19 salió nuestro gobernador, cabo subalterno y todos los oficiales de los Regimientos de Murcia y Ceuta por el camino de Fuente Caballos hasta el Sarchal; los primeros pasaron al Desnarigado, y al Hacho los del Fijo; los de León, con su comandante don Pablo Sánchez, por el de la cisterna a Santa Catalina, llevando cada cuerpo por delante sargentos y cabos con instrumentos para reconocer si se hallaba soterrada alguna ropa. Registrada la montaña por los del Murcia y plaza, vinieron, con el señor gobernador y jefes, a incorporarse a la deshecha ermita de San Antonio, y de allí al Castillo de Santa Catalina con los de León; y junto se restituyeron sin haber encontrado cosa sospechosa

Hoja de servicios de Manuel Fernández Torres, nacido en Ceuta el 14.04.1731

Manuel Fernández Torres. En 1769 estaba destacado como teniente en el Fuerte del Desnarigado cuando al anochecer se sublevó la tropa a su mando, para tomar una Falúa que debido al mal tiempo había tomado fondo allí, estando a tiro de fusil del fuerte, siendo arrollado en vida, quemado por dos veces y por igual veces amarrado, soltándose, hasta que a la tercera vez se tiró por el fuerte a la mar con su fusil en la mano y un cartucho en la boca con peligro de su vida, y dificultó otra fuga, desclavando la puerta del fuerte donde estaban situados los cañones dando fuego a uno de ellos y tomando a cuatro soldados de un destacamento cercano, se volvió al fuerte con precaución, hasta que le vino socorro de la plaza, por lo que pudo detener a todos aquellos soldados, siguiéndose una causa que fue remitida a las Cortes por el Excmo. Sr. Gobernador de la plaza el marqués de Casa Framaneck (Tremañes). (Marqués de Casa Tremañes, Comendador de Mayorga en la Orden de Alcántara, Don Francisco Antonio Tineo. Mariscal de Campo y gobernador de la plaza, entre los años 1766-1770).

Ampliamos unos datos de Manuel Fernández Torres. Dos años más tarde (1771) fue destinado a América como ayudante mayor para la instrucción de Milicias, a las órdenes de don Alejandro O´Reilly, iba acompañado de su esposa y de sus dos hijos.

Posteriormente en Venezuela ya con el grado de capitán fue destinado a Puerto Rico donde perdemos su pista.

Uno de sus hijos José María Fernández ingresó en 1772 como cadete en el ejército realista en Venezuela, donde estaba destinado su padre, años más tarde ya como capitán, contrajo matrimonio en 1793 con doña Rosa Miranda hermana del “generalísimo” Miranda, precursor de la independencia de Venezuela. Tras la revolución del 19 de abril de 1810 por la independencia y después de celebrarse el Congreso Nacional del 2 de marzo de 1811, pasó José María Fernández al ejército bolivariano.

En dicho ejército obtendría ascensos hasta coronel, falleciendo en un enfrentamiento el 17 de junio de 1814, con tropas españolas comandadas por José Tomás Boves, comandante español del ejército de Barlovento y caudillo de los Llaneros, cuando se encontraba al mando del Fortín de la Cabrera, entre Carabobo y Aragua, Venezuela.(Nuestros escritos de fecha 20.03 y 06.04.2021)

Del libro de los ajusticiados de la Santa y Real Casa de la Misericordia de Ceuta, página 19.

Mariano de los Ríos, hijo de Antonio y María Gertrudis, natural de México, Arzobispado de la misma, de edad de 21 a 25 años de estado soltero, fue ajusticiado en la horca el día 12 de julio de 1780 por haber muerto con su fusil a un soldado del Regimiento de Vitoria hallándose destacado en el Fuerte del Desnarigado

En 1936 el Fuerte del Desnarigado había sido desartillado.

Tras la independencia de Marruecos, el Desnarigado pasó a ser polvorín del Fuerte de Monte Hacho. Más tarde fue abandonado, llegado el año 1983 comenzó la restauración una vez restaurado en 1984 quedó convertido en un Museo Militar “Museo Militar del Desnarigado”

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