Ceuta en mi memoria, por Ángel Ortega Romero

De la perla del Mediterráneo tengo que decir que ya no es tan blanca como la espuma del mar, por eso, como escribió Gustavo Adolfo Bécquer, creo que no volverán las oscuras golondrinas…

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La ciudad que conocí como perla del Mediterráneo cuando llegué a esta ciudad en el año 1977, fue impactante. Primero por la blancura de sus casas, su gente amable, sus playas de Poniente y de Levante y su clima mediterráneo. Al ser tan marinera, el mercado de Abastos estaba siempre surtido de toda clase de pescados y mariscos, pues la flota de pesca se componían de traíñas y vacas de arrastre lo que se subastaba diariamente en la lonja, barcos como el Luis y Pepita, Cordobés, Torero, Pirri, la Bella, los Mellizos, el Perro, entre otros.

Respecto a los barcos de transporte resaltaban aquellos como Capitán Mayoral y el Santa Teresa, este último fondeado frente al club Infanta Elena. La ciudad, al ser puerto pesquero, muy conocidos eran sus marineros, entre ellos los Mellizos, Gay-Gay, Villanúa, R. Mérida, el Campana etc.

La Dúcar suministraba combustible a los barcos que pasaban por el estrecho, una vez llegué a contar hasta veinte barcos fondeados en la bahía esperando el preciado combustible.

La fábrica de hielo abastecía a las flotas que venían de Bermeo y Barbate y como se dice popularmente , “los marineros se marean más en tierra que la mar”.

En todas las barriadas se festejaban verbenas, las cuales eran muy famosas en la ciudad me gustaría destacar el Sarchal, la de San Amaro, Almadraba, San José, Polígono, Benzú, San Antonio, O’Donnell, etc. En todas y cada una de ellas resaltaban las Orquestas y animadores que actuaban, siempre en un ambiente familiar y agradable.

Los hospitales en esas fechas eran el Hospital Militar y la Cruz Roja, con el padre D. Eraclio, persona muy entrañable en la ciudad.

Si una cosa le caracterizaba a Ceuta por encima de todo era por sus numerosos bares y restaurantes, sobre todo el Pescaíto Frito, los Pulpos, el Espigón, la Barraca, Chorlito, el Maca, Paco bigote, Casa Ortega, la Fuentecita, el Ahorcao, Jimmys, el Boquete, California, Bar Ceuta, Flor, la Perla, J. Arroyo y cien más. En Restaurantes como la terraza, vicentino, San Marcos, la mazmorra, la fragua, delfín verde o Casa Fernando, se podían degustar una gran gastronomía para todos los gustos.

Otro de los lugares que no se podrá borrar de mis recuerdos es el Paseo de las Palmeras, súper conocido en la península, debido a la gran cantidad de bazares que había, donde diariamente venían los matuteros y paraguayos, como se les llamaba cariñosamente, junto con los familiares de soldados que hacían el servicio militar en los diferentes acuartelamientos de la plaza y si coincidía con una jura de bandera, el gentío se multiplicaba.

Aquellas tardes de levante, cuando el sol se iba acercando a la silueta de la Jbel Musa (Mujer Muerta), recuerdo con gran añoranza, cuando tocaban marcha (paseo) a la tropa se montaba la gran algarabía de uniformes militares de todos los colores incluyendo a la P.M. (policía militar). Los bares a tope y para el asueto discotecas como la Cueva, Whisky a Gogó, Atlante, ArcoIris, River, Lord Byron y locales con más caña tipo Whiskería Sáhara, Tamo, Mediterráneo, la Sirena, los Faroles, el Caballo Blanco, el Terry, Pipper y el cabaret conocido como el Constantinopla regido por Anuska, el señor Murillo y Chicha en la puerta con orquesta y cantantes femeninas como Paquita la de Jerez.

En dicha época, también se regentaba diferentes clubs como por ejemplo el Club Natación Caballa, el CAS, y clubs militares como Infanta Elena y Jardines de la Hípica con la fiesta de las viudas.

Cuando se acercaba el calor y entraba el verano no se podía pasar por alto pasar un rato agradable rodeado de amigos y conocidos en Las casetas de las playas en la Ribera, zona de Benítez. Otro aliciente más era la de Ingeniero, Regulares, la Legión, Artillería entre otras. No se me pueden olvidar aquellas tardes de verano donde se podía disfrutar de cine al aire libre, conocido como cine de verano en la sala de cines Terramar. También habían otros cines como el Astoria o Avenida.

Si había algo que destacaba también en la ciudad era los diferentes comercios que abastecían a los caballas en gestión de alimentación como fueron Almacenes Amaya, Chano, España Vinícola, Zapico y Ríos, Alamino, Godino. Eso sí, no se podía pasar por alto la venta de coches, tabaco, gasolina y las bebidas alcohólicas, ya que tenían un precio más barato que en la península.

En aquella época, existían en nuestra ciudad tres comisarías de policía, unas se encontraban situadas en la periferia de la ciudad como eran la del Príncipe y la de los Rosales y luego había otra que estaba en pleno centro y era la de la Plaza de los Reyes. En cuanto a la Guardia Civil cuatro eran los cuarteles que habían instalados en la ciudad, ubicados en en San Amaro, San José, Príncipe y Benítez.

Tengo tantos recuerdos en mi memoria que sería muy largo para poder relatarlo, pero tengo que reconocer que Ceuta ha cambiado mucho, tanto para bien como menos bien, pero los tiempos vividos por mí en esos años fueron maravillosos. De la perla del Mediterráneo tengo que decir que ya no es tan blanca como la espuma del mar, por eso, como escribió Gustavo Adolfo Bécquer, creo que no volverán las oscuras golondrinas…

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Dedicado a mi amigo Javier Spiteri.

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