Los jóvenes de la ciudad deben ser escuchados

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Almudena de Torre

Hace un par de semanas el debate en el Pleno de nuestra ciudad se centraba en la creación de un Plan contra actos vandálicos, lo que, de nuevo, ha sacado a relucir las discrepancias existentes entre los partidos políticos presentes en el Pleno.

Mientras algunos partidos defendían que el vandalismo se produce por las desigualdades, abandono y la consecuente desafección hacia la administración, otros han decidido señalar como culpable a uno de los bienes más preciados y característicos de nuestra ciudad: el mal llamado “multiculturalismo esperpéntico”. Este multiculturalismo nos lleva dotando generación tras generación de tolerancia y respeto hacia el otro, algo que nos permite desarrollarnos tanto en el ámbito personal como profesional, pero que requiere de cierto ejercicio intelectual para ser capaz de comprender y valorarlo. Pero mi intención no es criticar estas afirmaciones, sino defender una visión más amplia de los problemas que atañen a nuestra ciudad, no siendo todo, o prácticamente nada, blanco o negro.

El vandalismo, así como el abandono escolar o la desafección por la administración e incluso por la propia ciudad, no puede ser lidiado sino se sitúa a los jóvenes en el centro del escenario, ya que ellos son el futuro de la ciudad y los que tienen en sus manos la posibilidad de mejorarla en todos los aspectos posibles. Y esto me lleva a hacer una pregunta que creo que es necesaria ¿Qué oferta cultural y de ocio tienen los jóvenes de la ciudad los fines de semana? Más allá de quedarse en el barrio esperando a que pasen los días.

Contamos con el Poblado Marinero, donde no gobierna la tranquilidad especialmente, con un solo cine que ha permanecido meses cerrado y un anfiteatro con obras de dudoso interés para chavales de 14 años. Por lo tanto, la pregunta es fácil de contestar, prácticamente no cuentan con nada, y es lógico y predecible que opten por aquello que ven a su alrededor, y si es el vandalismo, no hay posibilidades de que la situación mejore sino intentamos solucionar el problema de raíz.

No contamos con exposiciones, billar, bolera, asociaciones, clubs, bonos culturales para jóvenes, conciertos de música actual, festivales, o cualquier otro tipo de actividad que fomente la cultura, la convivencia, el interés y el ocio sano, y mientras esto siga así no hay nada que ningún partido político pueda solucionar a base de Planes acordados en un Pleno con falta de representación de los jóvenes.

Claro que los jóvenes que no tienen la oportunidad de prácticamente “huir” de la ciudad para estudiar fuera optan por el vandalismo. Se acaban “contagiando” unos a otros de esa desesperanza y falta de inquietudes, que los lleva a buscar el entretenimiento en cualquier cosa.

Por ello, escuchémoslos, dejemos de lado toda la idea de la multiculturalidad o la religión, y centrémonos en los jóvenes de la ciudad, en todos, porque el futuro de Ceuta está en ellos.

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