La participación de España en la Independencia de los Estados Unidos de América
La gran ayuda militar y económica aportada por España (Primera parte)

Antecedentes
La entrega de la Luisiana de Francia a España (1762).
Por un acuerdo a través de una serie de cartas preliminares (4) Francia hizo entrega de la Luisiana a España, no adjuntamos las cartas por su largo contenido. Cartas entre las siguientes personalidades.
1ª, carta fechada el 03.11.1762: Primera proposición de la Corte de Francia. Carta firmada por el duque de Choiseul y el marqués de Grimaldi.
(Étienne François de Choiseul, embajador y después secretario de Estado de Luis XV)
(Marqués de Grimaldi, Pablo Jerónimo Grimaldi Pallavicini, embajador de Carlos III en la Corte francesa de Luis XV)
2ª, carta fechada el 15.11.1762: carta de Ricardo Wall al marqués de Grimaldi. Firma de los preliminares del traspaso de Francia a España de la Luisiana.
(Ricardo Wall Devereux, firmante del Tercer Pacto de Familias con Francia (1761). Nombrado por Carlos III Secretario de Estado (1754-1763) y de la Secretaría de Guerra 1759-1762). Entre 1720-1721 había participado en la expedición a Ceuta del marqués de Lede, como ayudante de campo del marqués, con la graduación de teniente del Regimiento Hibernia.
3ª, carta fechada el 23.12.1763: carta de Fernando Magallón al marqués de Grimaldi. Firma de los preliminares del traspaso de Francia a España de la Luisiana.
(Fernando Magallón y Andrés, secretario de la embajada española en París)
4ª, carta fechada el 13.01.1764: firma de los preliminares del traspaso de Francia a España de la Luisiana. Nueva carta de Fernando Magallón al marqués de Grimaldi.
La entrega se realizó a través de un tratado o acuerdo (secreto). El Tratado de Fontainebleu, firmado el 13.11.1762 entre Francia y España, por dicho tratado Francia cedía a España el territorio de la Luisiana, este territorio ocupaba el centro de los actuales Estados Unidos, desde el Canadá al Golfo de México, así como la ciudad de Nueva Orleans. La Luisiana tenía una extensión de aproximadamente 2.200.000 kilómetros cuadrados.
En 1765 Antonio de Ulloa y de la Torre Girart fue nombrado gobernador de la Luisiana, tomando posesión en Nueva Orleans el 5 de marzo de 1766. (1766-1769).
Durante su mandato en 1768 hubo una rebelión de colonos franceses, que no querían aceptar el dominio español y sobre todo la restricción del comercio a varios puertos peninsulares. Ulloa tuvo que huir regresando a España

Dicha rebelión fue protagonizada por colonos asentados alrededor de Nueva Orleans para detener el paso de la propiedad de Luisiana de los franceses a los españoles. El Consejo de la Luisiana pidió ayuda a los británicos y a la vez envió una embajada a Francia en la que le ofrecían la reintegración de la colonia. Desoídos por ingleses y franceses, los revolucionarios proclamaron la república de Luisiana libre.
En el mes de mayo de 1769, el rey Carlos III, siguiendo el dictamen del Ministro de Indias y Secretario de la Guerra, Gregorio Muniaín, decidió escarmentar a los revolucionarios, enviando una expedición naval al mando del teniente general Alejandro O´Reilly, llegando a La Habana el 24 de junio, tras una corta escala en la Habana para recoger más tropas, zarpó el 6 de julio llegando a Nueva Orleans en agosto. Esta flota iba al mando del jefe de escuadra Juan Antonio de la Colina, con 21 barcos y 2.100 hombres de tropa, un tren de 50 cañones, municiones, víveres y hospital.
La tropa estaba compuesta por un batallón de Lisboa; otro del fijo de La Habana, 80 hombres de una compañía de granaderos, cada uno de tres cuerpos de milicias de La Habana; 150 artilleros; 40 dragones, y 50 soldados de la milicia de caballería del Monte de La Habana, con 150 fusileros.
Cuatro días después de la llegada a Nueva Orleans (24 de agosto) O´Reilly dio orden de prender a los principales jefes de la sublevación, pasando un oficio al gobernador francés para que arrestase a la persona, papeles y bienes del comisario francés que hacía las funciones de intendente, por haber tenido en su casa la junta para la expulsión de los españoles.
El día 28 desembarcó la artillería y demás pertrechos que habían quedado a bordo de los barcos.
Una vez calmada la revuelta en este mismo año (1769) O´Reilly fue nombrado gobernador de la Luisiana en sustitución de Ulloa. A principios del año siguiente sería sustituido como gobernador por Luis de Unzaga y Amézaga, coronel, que había llegado en la expedición de O´Reilly, y que permanecería en el cargo hasta 1777, año en que le fue asignado el gobierno a Bernardo de Gálvez. Gálvez en 1776 había alcanzado la graduación de coronel del regimiento fijo de Luisiana. En 1779 obtendría el empleo de brigadier.
Desde septiembre de 1776, España ayudo a los ciudadanos rebeldes de las Trece Colonias con dinero, armas, municiones, uniformes militares y artículos de campaña. Destacamos algunos personajes que intervinieron.
Diego Gardoqui y Arriquíbal:
La primera misión llevada a cabo por Gardoqui, fue en una reunión entre Arthur Lee, el enviado por las Trece Colonias, en Burgos (4 de marzo de 1777) y Jerónimo Grimaldi, ex ministro de Estado y embajador en los Estados Pontificios. Como Arthur Lee no hablaba español y Grimaldi desconocía el inglés, se agregó un intérprete, Diego de Gardoqui, comerciante bilbaíno, redactor de la carta que se había enviado a Burgos para Lee.
En dicha reunión se llegó al acuerdo del envío de armas, municiones, vestuarios y pertrechos para la guerra. Como se trataba de una ayuda, en principio secreta, esta ayuda sería a través de la empresa de Diego de Gardoqui.
Relación de parte de la ayuda prestada por España a los rebeldes americanos.
216 cañones, 209 cureñas de cañón, 30.000 mosquetes con bayonetas y fundas, 512.314 cajas de munición, 300.000 libras de pólvora, 12.868 granadas, 30.000 uniformes, 4.000 tiendas de campaña, 27 morteros, 29 afustes o armazones para morteros, 12.826 granadas o bombas, 51.134 balas de mosquetes más una gran cantidad de plomo para fundir balas de fusil, 9.000 yardas de tela azul, 1.710 yardas de material para ropas, 2.992 yardas de lona, 7 cajas de botones de metal, 2 cajas con quinina de 6 arrobas de peso, 300 rifles con bayonetas y fundas.
El 2 de octubre de 1784, Diego de Gardoqui fue designado encargado de negocios del rey en los Estados Unidos. Un año más tarde fue nombrado primer embajador español en la nueva nación (21.05.1785 a 03.10.1789). Sería sustituido por José Ignacio de Viar y más tarde por José de Jaudenes y Nebot, ambos empleados de Gardoquí y &.
La amistad de Gardoqui con George Washington llegó al punto de que el 30 de abril de 1789, al tomar Washington el cargo como primer presidente de los Estados Unidos, Gardoqui ocupó un sitio de honor al lado Washington.
Al margen del material bélico enviado a los norteamericanos, fue de gran importancia el económico.
Según un informe de Aranda, los patriotas americanos recibieron además 2.000.000 de libras esterlinas para los gastos de campaña.
Con el dinero enviado desde España, los famosos Spanish dollars, (moneda de 8 reales de plata con el rostro de Carlos III) se acuñó la primera moneda estadounidense, el dólar.
El símbolo del $ (dólar), es la representación del escudo español, las columnas de Hércules con sus dos barras verticales con la banda Plus Ultra, que forma la S
Debido a lo aportado por España, el ejército norteamericano que derrotó a los ingleses en la batalla de Saratoga (19.09.1777), estaba enteramente equipado con material español.
Entre septiembre de 1778 y finales de 1779, el general Washington trató con sus colaboradores sobre la ayuda naval que podrían hacer Francia y España hostigando a los ingleses.
Tomamos unos datos de (“La contribución de España y sus colonias a la revolución americana”). Frank Varona/Libertad USA.
Del general Washington “Si los españoles hubieran unido su flota a la de Francia y emprendido hostilidades, mis dudas hubieran disminuido…” El 11 de noviembre de 1778, el general escribió al presidente del Congreso Continental en Filadelfia lo siguiente: “Actualmente, los ingleses son enormemente superiores a los franceses marítimamente en América, y lo seguirán siendo en todos los aspectos, al no ser que España se interponga…”
El 14 de noviembre de 1778, el general Washington escribió a John Laurens: “La verdad de la posición depende exclusivamente de los acontecimientos navales. Si Francia y España se unieran y obtuvieran una superioridad decisiva por mar, una reunión con Inglaterra sería de poco provecho…”
El 22 de junio de 1779, por el Tratado de Aranjuez, España y Francia declarando la guerra a Inglaterra, esta guerra será conocida como la guerra Anglo-Española.
El 3 de septiembre de 1779, después de recibir noticias de la declaración española de guerra contra Gran Bretaña, el general Washington le escribió a John Sullivan “Tengo el placer de informarte que España, al fin, ha tomado una parte decisiva… Se espera que esta formidable bifurcación de la Casa de los Borbones no falle en establecer la independencia de Norteamérica en corto tiempo…” (Hasta aquí del escrito de Frank Varona)
También en este año George Washington escribió a Juan Miralles Trayllón. El 21 de enero de 1778, Miralles había sido nombrado : “Me prometo el evento más feliz del espíritu conocido de su nación. Unidos con las armas de Francia, tenemos todo lo que esperar por encima de las armas de nuestro enemigo comunitario, los ingleses”.
Aparte de Gardoqui, hay otros tres personajes que es imprescindible nombrar porque cumplieron importantes misiones en el aprovisionamiento, con recursos monetarios y en el espionaje, entre otras acciones: el mencionado Juan Miralles, un comerciante de origen español, afincado en La Habana desde 1740 y gran partidario de la causa norteamericana, y el encargado financiero de la guerra y firmante de la Declaración de Independencia y Robert Morris. El otro, Francisco Saavedra, del que escribiremos más adelante.
Miralles fue representante de la corona española ante los rebeldes y el artífice de que España atenuase o suprimiese algunas de las severas restricciones en cuanto al comercio, con especial beneficio para los rebeldes.
El mismo Miralles fue el encargado de organizar las donaciones de armas, pólvora o medicamentos, entre otras cosas, para las fuerzas del general Washington, la mayor parte por la ciudad de Nueva Orleans
También obtuvo que las naves de una escuadra norteamericana que se dirigía a Francia, fuesen carenadas, artilladas y abastecidas. El Arsenal de La Habana se puso a disposición de los sublevados. Igualmente por sus gestiones, los corsarios norteamericanos se refugiaban en La Habana, donde se aprovisionaban y vendían sus presas.
Con Washington, Miralles estableció una importante relación personal, al punto de que cuando se enfermó gravemente, el general lo albergó en su casa, lo atendió su médico y lo cuidó su esposa Martha. Allí falleció el 20 de abril de 1780. (Cuba, si contribuyó a la Independencia de los Estados Unidos / Delfín Xiqués Cutiño, en archivos Granma, Cuba)
Juan Miralles falleció de pulmonía. En su entierro se le rindieron honores militares como si fuese un jefe de Estado, como ejemplo la carta que envió Washington a la viuda de Miralles.
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Miralles fue enterrado en el cementerio presbiteriano de Morristown. En el verano de 1780, sus restos fueron trasladados y depositados en la cripta de la iglesia del Espíritu Santo en La Habana
Los servicios prestados por Miralles fueron claves para la independencia de las Trece Colonias.
En 1778 el general Washington escribió al comisionado español en Filadelfia, Francisco Redón. “Deseo el feliz éxito de las operaciones (contra Pensacola) que me anuncia, tanto por el interés que pueda resultar a favor y gloria de España, como por el honor y ventajas que su consecuencia proporcionará a estos Estados Unidos en las partes del Sur”
El ejército del general Washington estaba formado por pocos hombres, entre 14.000 y 16.000 incluyendo milicias, ropas inadecuadas y pocas armas, si es que las había. Con estas pocas fuerzas, no podrían luchar contra los británicos que también poseían una poderosa armada.
En 1780 fue enviado Jean-Baptiste Donatien de Vimeur, Conde de Rochambeau, teniente general francés, al mando de unas fuerzas de 6.000 hombres, con el fin de ayudar a los rebeldes americanos dirigidos por George Washington, para ir contra las tropas británicas.
Al llegar, Rochambeau se encontró con el ejército continental con muy poca efectividad militar. Así como una población debilitada y un ejército plagado de bajas, que por si fuera poco acababa de sufrir una epidemia de viruela.
La situación penosa de las tropas norteamericanas fue descrita en una carta del general de división e intendente general de los ejércitos de los Estados Unidos, Nathanael Greene del 7 de diciembre de 1780, donde expresó lo siguiente: .

En abril de 1781 el general Washington escribió, . España envío ayuda desde Nueva Orleans mediante barcos que surcaban el Misisipi, con esto pudo paliar la falta de armamento, pólvora y otros pertrechos militares. El Congreso Continental no tenía dinero para pagar a la tropa. Por lo que se dedicó a imprimir papel moneda.
Washington temía un motín, esto podría hacer que el ejército se derrumbara. Por lo que escribió el 27 de agosto de 1781 al encargado de finanzas Robert Morris: .
La contestación del intendente Robert Morris fue:
El historiador estadounidense Stephen Bonsal, resumió así aquella dolorosa situación:
16 de julio de 1781, había arribado a la colonia francesa de Cabo Haitiano una flota procedente de Brest, integrada por 23 fragatas bajo el mando del Almirante François Joseph Paul De Grasse.
En Haití intentó recaudar fondos, pero no tuvo éxito. Aunque ofreció tasas de interés de hasta un 25 % por los préstamos otorgados, no recibió respuesta. Los ciudadanos desconfiaban de las arcas del rey de Francia, que ya asumían vacías.
El Almirante De Grasse había logrado reclutar unos 3 000 hombres entre Puerto Príncipe y Cabo Haitiano. Pero nada de dinero.
Entre la correspondencia que le entregaron–todas fechadas en junio de 1781–, encontró (De Grasse) tres cartas selladas IMPORTANT:
El general Rochambeauc le pedía que reclutara tropas y las trajera consigo para reforzar al Ejército Continental de Washington. Y que el desembarco se efectuara por donde él estimase más conveniente.
Urgía al Almirante De Grasse a recaudar la enorme suma de 1.200.000 libras, para cubrir los gastos del combate de la aldea de Yorktown, como única forma de obtener la victoria sobre el enemigo.
Ponía al corriente al Almirante aspectos generales de la estrategia militar que se había planificado. Expresaba, además, su preocupación por la cuestión financiera:
Grasse desesperado pidió ayuda a La Habana. Desde la isla de Cuba, previamente había recibido suministros, así como la reparación y mantenimiento de sus barcos. Pidió a las autoridades españolas un préstamo de 500.000 pesos.
Acuerdo Saavedra-Grasse
El primer contacto entre ambos fue el 17 de julio de 1781,
SAAVEDRA: Francisco Saavedra de Sangronis, Oficial de la Secretaria de Estado y del Despacho Universal de Indias. Comandante del Caribe y Comisionado español del Caribe.
GRASSE François Joseph Paul, marqués de Grasse Tilly, conde de Grasse, almirante de la Armada Francesa
El acuerdo estaba compuesto de tres objetivos principales:
1º España aportaría fondos para que pudieran continuar las operaciones del ejército franco-estadounidenses y poder aislar a las tropas británicas en Virginia.
2º Una flota española partiría para defender los puertos franceses en el Caribe.
3º Potenciar el envío de una importante flota, que iría al mando de Grasse, que llevaría los fondos enviados por España, como también un fuerte envío de tropas de unos 5.000 soldados.
Para financiar la fase 1ª, Saavedra obtuvo 100.000 pesos del tesoro español en la vecina Santo Domingo. Los españoles habían planeado financiar a los franceses y norteamericanos con pesos enviados a través de Veracruz desde las minas de México. Los barcos no habían llegado, y luego, al ver que la mayor parte del dinero del Gobierno de La Habana había sido enviado a España.
El 15 de agosto Saavedra había llegado a La Habana, ni los generales, ni el intendente, ni el Tesorero Real pudieron aportar nada. Pregonó un empréstito y escribió a las personas más acomodadas, logrando reunir, con la colaboración con las Damas Habaneras, en seis horas los 500.000 pesos, que hizo llegar a Grasse, fondeado a la altura de Matanzas, Cuba.
Francisco Saavedra buscó la solución, para evitar conflictos diplomáticos, involucrando a España directamente en la recaudación. Evitó que esta colecta la hicieran ciudadanos españoles directamente. Y la planteo como una ayuda popular.
La enorme cantidad de dinero que salió de Cuba iba acompañado de una sencilla nota, de las Damas Habaneras. .
Gracias a esto, la flota francesa, los refuerzos y el dinero para pagar a la marinería francesa y a las tropas del general Washington, así como las del teniente general francés Rochambeau, pudieron partir para Chesapeake, Virginia.
La escuadra de Grasse tuvo una gran importancia en la batalla de Chesapeake (5 de septiembre de 1781), tras vencer a la escuadra británica, logró el aislamiento por mar de las fuerzas británicas de tierra, lo que fue de una gran importancia para, primero, asediar Yorktown y más tarde vencer a los ingleses en este lugar. (28 septiembre a 19 de octubre de 1781).
Continuará en una segunda parte.