«Sostenibilidad y economía tienen que ser dos caras de una misma moneda»
II CONGRESO CIUDADES TRANSFRONTERIZAS SOSTENIBLES
Clara Arpa Azofra, presidenta del Pacto Mundial de Naciones Unidas en España, inaugura este viernes el II Congreso Ciudades Transfronterizas Sostenibles con la ponencia ‘Retos y oportunidades de la sostenibilidad’
Clara Arpa Azofra, presidenta del Pacto Mundial de Naciones Unidas en España, será la encargada de ofrecer la ponencia inaugural del II Congreso Ciudades Transfronterizas Sostenibles que acoge hoy el Hotel Puerta de África. Hablará sobre los ‘Retos y oportunidades de la sostenibilidad’ para dejar claro que el mundo ya ha llegado a un punto de no retorno en el que la “sostenibilidad ya no es una opción” y para mostrar las oportunidades que ofrece este sistema. Rentabilidad, construir entornos más inclusivos y desarrollados y generar resiliencia son algunos de los aspectos que destaca la fundadora del Centro de Innovación para el Desarrollo Sostenible.
• Pregunta.- ¿Cuáles son las principales oportunidades que ofrece la sostenibilidad?
Respuesta.- Me gustaría contextualizar que la sostenibilidad ya no es una opción. El estado de nuestro planeta, nuestras economías y sociedades hace que ser sostenible sea un sinónimo de supervivencia. Pero esto no significa que, además, no implique importantes oportunidades. A nivel general podríamos hablar de tres oportunidades principales: en primer lugar, hablamos de rentabilidad. Este es un concepto que debe permear en todos los actores. La sostenibilidad es rentable, como demuestra el hecho de que los ODS podrían abrir oportunidades económicas por valor de al menos 12 billones de dólares y generar hasta 380 millones de empleos al año para 2030.
En segundo lugar, la de construir entornos más inclusivos y desarrollados. No puede haber negocios prósperos, ni gobiernos prósperos, sin entornos que también lo sean. Y la sostenibilidad tiene por objetivo impactar de manera favorable en las personas, las economías y el planeta garantizando un desarrollo equilibrado.
Por último, la oportunidad de generar resiliencia. Con la crisis de la COVID-19 hemos podido sentir la fragilidad de nuestro sistema y la necesidad de reconstruir nuestra forma de vida sobre pilares más sólidos. En este sentido, la sostenibilidad nos otorga la estabilidad que demandamos, es una apuesta de futuro que vela, tanto por las personas como por la economía y el medioambiente y que, sin duda, hará que estemos más preparados ante futuras disrupciones.
P.- Y, ¿desde el punto de vista económico?
R.- Sostenibilidad y economía tienen que ser dos caras de una misma moneda. Y sobre todo en el caso de las empresas, con quienes trabajamos desde el Pacto Mundial de la ONU. En el ámbito económico hay numerosas oportunidades: acceder a nuevos mercados, como las energías renovables o la economía ecológica, ámbitos con un gran potencial de crecimiento; reducir costes, pues es bien sabido que la integración de modelos sostenibles como el modelo circular promueve la reducción de costes y aumento del aprovechamiento de los recursos de la empresa; generar alianzas con otros actores, incluidas grandes empresas que buscan proveedores sostenibles; acceder a contratos con el sector público; mejorar la reputación de la empresa y responder a las demandas de sus grupos de interés, cada vez más concienciados con el cuidado del planeta y el respeto de los derechos humanos; y por último, pero no por ello menos importante, adelantarse a nuevas normativas, facilitando la adaptación de la empresa a nuevas legislaciones del mercado, que se van aumentando, tanto en el entorno nacional, como europeo.
P.- ¿Está España preparada? ¿Ceuta?
R.-A día de hoy, ningún país ha logrado los ODS y España no es una excepción. Lo que hay que hacer es acelerar los pasos para avanzar hacia un futuro más sostenible a todos los niveles. La pandemia ha frenado muchos aspectos del desarrollo y tenemos que pasar a una acción urgente y efectiva. Para esto hay que identificar los retos más acuciantes, fijarse objetivos claros, colaborar entre administraciones y sector privado.
P.- ¿Cómo se aterrizan los Principios, los relacionadas con el medio ambiente, a la economía de una ciudad y a sus empresas de forma concreta?
R.- El ejemplo más claro lo encontramos en el Principio 7 del Pacto Mundial, que dice textualmente “Las empresas deberán mantener un enfoque preventivo que favorezca el medioambiente”, pero también en el Acuerdo de París, centrado en el clima. En este caso, la manera que tenemos las empresas de incorporar este principio en nuestras operaciones es analizando el impacto de las mismas sobre el medioambiente y minimizándolo y posteriormente, neutralizándolo. Aquí es donde encontramos iniciativas de reducción de emisiones de CO2 como la utilización de energías renovables, movilidad sostenible, minimizar la utilización de recursos y materias primas, así como los residuos, etc. Todas ellas aplicables tanto por los gobiernos locales como por las empresas.
P.- ¿Qué coste tiene el cambio hacia un desarrollo sostenible?
R.- Personalmente no pienso que coste sea el término correcto, yo hablaría de inversión. Inversión porque estamos apostando por un modelo rentable y porque también estamos impulsando el ahorro de costes como hemos visto en las oportunidades. Probablemente lo más difícil sea hacer un cambio de cultura ciudadana y corporativa, porque es lo primero que hay que hacer. Hay muchas acciones para empresas grandes y pequeñas que no conllevan demasiado coste y que son necesarias para alcanzar modelos más sostenibles.
P.- ¿Se puede realizar de forma inminente? ¿Qué plazos tiene?
R.- La categorización de ciudad o empresa sostenible, por decirlo de algún modo, no se consigue de un día para otro. En primer lugar, hay que analizar la situación de partida y los impactos que tenemos sobre nuestro entorno y las personas, para trazar una estrategia con objetivos cuantitativos que le hagan frente y para llevarlo a cabo. No existen unos plazos determinados o estandarizados para este proceso, dependerá del tamaño de la entidad o ciudad y de la ambición.
Sin embargo, para lo que sí tenemos un plazo es para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. En concreto, nos quedan tan sólo 8 años. Es cierto que a nivel país, como he comentado antes, ya se están dando pasos para avanzar en este sentido, pero la dimensión de la Agenda 2030 demanda más ambición y más colaboración por todos los actores. Por ello, como presidenta del Pacto Mundial de la ONU España, aliento tanto a los gobiernos locales como a las empresas españolas a trabajar conjuntamente para lograr estas metas y posicionarnos como un país de referencia en sostenibilidad.
P.- ¿Desde qué enfoque se debe abordar la sostenibilidad? ¿Local o internacional?
R.- La mejor forma de lograr los retos globales es aterrizándolos a nivel local. De ahí nuestro lema: global goals, local business. El contexto de operaciones nos dirá cuáles son las urgencias y las áreas donde tenemos más capacidad de impacto positivo. La agenda de desarrollo es global, pero a ella también se contribuye con la acción local. Por eso todas las personas y todas las empresas, independientemente de su tamaño o sector, tienen un papel muy importante.
P.- ¿Qué papel juegan las fronteras, como es el caso de Ceuta, y la relación con otros países en esta forma de desarrollo?
R.- La Agenda 2030 llama fundamentalmente a la cooperación transfonteriza, por ejemplo en la gestión del agua, en la creación de infraestructuras fiables, en la reducción de las desigualdades dentro y entre países, el logro de paz y de unas instituciones sólidas. Son roles muy importantes para la economía y para los derechos humanos. En este sentido, Ceuta se puede ver aludida en estos puntos, pero también en la importancia que tienen los océanos y la economía azul.
P.- ¿Puede haber una ciudad transfronteriza sostenible? Si es así, ¿cómo?
R.- Por supuesto. El hecho de encontrarse en una situación territorial determinada no impide que una ciudad pueda lograr ser sostenible. Simplemente para lograrlo es probable que tenga que abordar desafíos diferentes a los de otras ciudades, como los que hemos comentado anteriormente, así como otros comunes a todas como los que tienen que ver con la movilidad sostenible, la educación, el transporte o la gestión de residuos.
En esta misión las empresas también tienen una gran responsabilidad. Una ciudad no puede ser sostenible si no cuenta con un sector empresarial sostenible y por ello, animo a todas las empresas ceutíes a transformar sus modelos de negocios e integrar en ellos el marco de los ODS de Naciones Unidas y los Diez Principios del Pacto Mundial de la ONU.