Gobernadores ceutíes en la Isla de Santo Domingo Sebastián Kindelán O’regan Ceuta 1757-1832 La Habana, Cuba

Gobernador y Capitán General de la Isla de Santo Domingo (1818-1821) (Parte II y última)

Foto, Santo Domingo Siglo XIX. / FOTO CEDIDA
Foto, Santo Domingo Siglo XIX. / FOTO CEDIDA

En la primera parte del escrito de título “LA ANEXIÓN DE SANTO DOMINGO”, señalábamos que dos ceutíes habían sido gobernadores de la isla. El primero de ellos fue Sebastián Kindelán.

Antes de dar algunos datos sobre su gobernación en Santo Domingo (actual República Dominicana), adjuntamos diversos apuntes sobre su vida hasta 1818 que tomó el mando de dicha isla.

Sebastián Kindelán nace en Ceuta el 29 de diciembre de 1757, siendo bautizado al día siguiente de su nacimiento en la Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, eran sus padres D. Vicente Kindelán, comandante del segundo batallón del regimiento Irlanda y Dª María Francisca O´Regan,

Ingresó en el ejército como cadete en el año de 1768, dos años más tarde asciende a subteniente, y en 1771 teniente, pasando con sus padres y hermanos a La Habana (Cuba), en 1782 obtiene el grado de teniente de granaderos, al año siguiente capitán graduado y en 1786 capitán efectivo del regimiento fijo de México.

El 3 de mayo de 1788 le fue concedido el hábito de Santiago.

En junio de 1792 obtuvo el empleo de teniente coronel, siendo promovido a coronel en septiembre de 1795.

El 21 de agosto de 1798 fue nombrado gobernador político y militar de la isla de Cuba.

Al poco de tomar el mando en septiembre de 1800, ya empieza a encontrarse en problemas por motivos del líder, antiguo esclavo negro haitiano Toussaint Louverture.

Decía Kindelán:

“Según todos los avisos que he dado a V.S. anteriormente, parece que Tusaint anima a la independencia auxiliados por los Yngleses y si resulta efectivo, tal vez su ambición no se limitará no solo a la posesión de la Ysla de Santo Domingo quando se halla con suficiente Exto, para intentar otras conquistas. ¿y qual mejor que la de esta Ysla tan inmediata a aquella?. Se hallara en tal caso con ….puertos abiertos que lo reciban y auxiliares en nuestras posesiones como es prudencia creer lo sean todos los esclavos de ellas que se les unirán para asegurar su libertad, para obtener empleos honoríficos entre las Tropas Etiopes, para oprimir a sus propios dueños y para enriquecerse con el pillage”.

Luego pasa a detallar otras cosas que Toussaint Louverture encontraría en Cuba.

Despreciables fortificaciones contra ataques terrestres, débil. Ninguna guarnición en esta abierta Plaza, dudoso el valor de sus naturales, hora sean considerados como soldados o como paisanos, un conocimiento íntimo de nuestra constitución dado al enemigo por los muchos que entran y salen de este País…Todo esto dijo, eran ”. (Literal) (El rumor de Haití en Cuba, raza y rebeldía, 1798-1844).

Sebastián Kindelán solicitó en 1800 permiso para contraer matrimonio, pero existía una ley en que los gobernadores y mandos tenían prohibido contraer matrimonio con señoras del distrito de su misma jurisdicción. El 18 de noviembre de ese mismo año, el rey le dispensa de dicha ley, por lo que puede casarse con Doña Ana Manuela Mozo de la Torre, esta era hija del coronel del batallón de Milicias Blancas de Cuba y Bayano, D. Antonio Mozo de la Torre y de doña María Ana Garvey, descendientes como Kindelán de irlandeses, el permiso le fue refrendado por el capitán general de Cuba el 12 de septiembre de 1801. La boda se celebró el 11 de diciembre de ese año en la Catedral de Santiago de Cuba, al casarse Sebastián Kindelán contaba con 43 años de edad y su esposa 21, de este matrimonio nacerían siete hijos, tres niñas y cuatro niños, uno de los niños, Sebastián murió recién nacido.

Foto, Santo Domingo Siglo XIX. / FOTO CEDIDA
Foto, Santo Domingo Siglo XIX. / FOTO CEDIDA

El 22 de septiembre de 1811 fue nombrado gobernador de la Florida Oriental, ascendiendo al grado de brigadier. Tomo posesión del cargo en junio de 1812 en San Agustín de la Florida.

Ese mismo año los georgianos hambrientos de tierras, llamándose así mismo patriotas, intentaron apoderarse de La Florida con la idea de transferirla a los Estados Unidos. Los Semínolas con sus vasallos negros acudieron en ayuda de España, Sebastián Kindelán, apostó miembros de las milicias negras en las aldeas Semínolas, los jefes de esta etnia Payne y Bowlegs enviaron algunos guerreros a luchar al lado de los españoles como gesto de buena voluntad. Kindelán manifestó su complacencia cuando el propio jefe Bowlegs le llevó doscientos hombres para luchar a su lado en el río St. John, pero Kindelán se quejaba de que cada vez que los Semínolas capturaban un esclavo, un caballo u cualquier otra cosa de valor dejaban el campo de batalla buscando asegurar lo capturado en su aldea, por lo que su aprovechamiento era solo momentáneo. Kindelán utilizó traductores negros, como el miliciano libre Benjamín Wiggnin o el esclavo Tony Proctor, considerado el mejor traductor de lenguas indias de la provincia

En 1815 cesa en el gobierno de la Florida. Siendo nombrado en este mismo año teniente del rey del gobierno de La Habana, Cuba. Donde permaneció dos años.

Finalizando 1817 obtuvo el nombramiento de gobernador capitán general e Intendente de la isla de Santo Domingo, tomando posesión el 6 de enero de 1818 en el ayuntamiento de Santo Domingo, a las ocho de la mañana, con presencia del teniente de gobernador Núñez de Cáceres, José Heredia y Campuzano, alcalde de primer voto, y ante el resto del cabildo, sustituyendo a Carlos de Urrutia y Matos.

Su llegada coincidió con el deterioro de la situación económica y política que vivía el territorio, que con el tiempo se convertiría en la República Dominicana, no podía aguantar más la situación. A pesar del estado en que se encontraba la población, Kindelán fue recibido calurosamente en la ciudad donde gobernó la nueva colonia surgida del movimiento denominado como La Reconquista, acabando con la época francesa en el país.

Creo emisiones monetarias con el fin de poder pagar a funcionarios y militares. Solicitando a la corona la apertura al comercio extranjero en todos los puertos de la isla de Santo Domingo, solicitud que fue aprobada por la corona. Con esto se logró una gran mejoría económica, especialmente al poder exportar tabaco desde el Cibao (la parte norte del territorio de Santo Domingo), y la madera desde el sur.

El 21 de junio de 1819, Kindelán escribe al secretario de Estado y del Despacho de la Guerra, comunicándole la llegada de un almirante inglés con tres fragatas, Solicita información al no saber en ese momento como se encontraban las relaciones entre España e Inglaterra, ya que no se fiaba de los ingleses tras las hostilidades que tuvieron durante su mandato en la Florida.

El 12 de diciembre de 1819 le fue concedida la Cruz de San Fernando de tercera clase, por méritos conseguidos rechazando a los americanos como gobernador de La Florida Oriental.

En 1820 el Rey Fernando VII fue obligado, a jurar y hacer cumplir, los principios liberales de la Constitución de Cádiz. Llegando a finales de marzo la orden a Santo Domingo en la que se mandaba a las autoridades a jurar y hacer cumplir las disposiciones. Por lo que hubo cierta agitación, viéndose obligado Kindelán a intervenir, dictando un BANDO.

“Sabéis muy bien, que nuestra población se compone de gente de varios colores y condiciones, hay blancos, hay pardos, hay morenos, y en estas últimas dos clases hay libres y esclavos. Los genios perturbadores, aprovechándose de esta variedad, han comenzado a sembrar la cizaña a la sombra de los derechos de la libertad, igualdad e independencia, que la Constitución asegura a todos los ciudadanos españoles, y por error o malicia persuaden a los menos instruidos que ya se acabó toda diferencia entre blancos, pardos y moreno y entre libres y esclavos…Hay una diferencia reconocida en la Constitución, entre los españoles, porque unos son libres, otros libertos, y otros ciudadanos en el libre uso y ejercicio de sus derechos, y según el artículo 23 solo los que sean ciudadanos podrán obtener empleos municipales, y elegir para ellos en los casos (sic) señalados por la ley y ved como aquí sin destruir el principio de la igualdad hay unos españoles capaces de aspirar a los cargos de la república, y otros destituidos de esa prerrogativa.

La servidumbre personal o esclavitud, aparece con bastante claridad en el cuarto miembro del artículo 50 que dice: : y todos saben que libertos son aquellos que salen o se redimen de la esclavitud por cualquiera de los medios legítimos. Los hombres libres y los libertos, sean pardos, sean morenos, son españoles, pero no ciudadanos, mientras no obtengan de las Cortes las cartas de tal, por las causas y en los términos que expresa el artículo 22, y los esclavos no son españoles ni son ciudadanos” (Literal)

Este es un corto resumen de su gobernación en Santo Domingo, hoy República Dominicana

Sebastián Kindelán sería relevado en el mando por el brigadier Pascual Real que asumiría el mando el 16 de mayo de 1821, su gobierno fue corto siendo derrocado por José Núñez de Cáceres, quien declaró el 30 de noviembre la independencia de Santo Domingo como Haití Español.

En 1821 Sebastián Kindelán obtuvo el mando como gobernador jefe superior político de la Habana, cargó que ocupó entre el 19 de julio de 1822 al 2 de mayo de 1823, aunque desde 1822 era capitán general interino de Cuba.

El 17 de abril de 1824 fue nombrado Caballero de la Gran Cruz de Isabel la católica.

Existen indicios de que en 1825 le fue concedido el grado de mariscal de campo. En su genealogía aparece con este grado.

Sebastián Kindelán falleció el 3 de junio de 1826, a la edad de 68 años, su causa fue una repentina enfermedad, siendo enterrado al día siguiente en la Catedral de Santiago.

Entre sus descendientes directos, encontramos a su bisnieto D. Alfredo Kindelán.

D. Alfredo Kindelán Duany (Santiago de Cuba, 1879-1962, Madrid) militar y aviador español considerado el fundador del actual Ejército del Aire de España, teniente general, marqués de Kindelán, título creado por Francisco Franco el 1 de octubre de 1961.

Sobre don Sebastián Kindelán ya hemos escrito en este diario en diversas ocasiones.

Fotografía de cuerpo entero de Carlos de Vargas y Cerveto, tercer gobernador durante la Anexión a España. / Colección José Gabriel García.
Fotografía de cuerpo entero de Carlos de Vargas y Cerveto, tercer gobernador durante la Anexión a España. / Colección José Gabriel García.

Carlos de Vargas Machuca Cerveto Ceuta 1803-1879 Madrid Gobernador y capitan general de la isla de santo domingo (1863-1864)

Carlos de Vargas nace en Ceuta el 8 de septiembre de 1803, eran sus padres D. Vicente de Vargas Machuca, teniente coronel y capitán del regimiento Voluntarios de Carmona, natural de Ibiza, y doña María Tomasa de Cerveto y Peseto nacida en Cartagena.

Ingresó en el ejército en 1808 como cadete menor de edad, permaneciendo hasta el 8 de septiembre de 1815 con educadores en el regimiento de Carmona, al que pertenecía su padre, pasaría de servicio ordinario a los regimientos de Ronda y Pontevedra y posteriormente en el de Segovia hasta 1826. En este año pasa a la Guardia Real con la graduación de teniente.

En 1827 fue destinado al Ejército de Observación del Tajo al mando del teniente general, el también ceutí D. Pedro Sarsfield (Ceuta, 28 diciembre de 1781)

En 1830 es ascendido a capitán de infantería, graduado de teniente coronel. Un año más tarde le fue concedida la cruz de San Fernando de 1ª clase.

Al inicio de la primera guerra carlista (1833-1839), una parte del ejército no estuvo de acuerdo con la Pragmática Sanción de 1830, por la que Fernando VII nombró heredera al trono a su primera hija, Isabel (futura Isabel II), en detrimento del que hasta el nacimiento de Isabel había sido el heredero al trono, su hermano, Carlos María Isidro de Borbón, entre los oficiales que se pasaron al ejército de don Carlos estaba Carlos de Vargas.

En 1834, por su valor en las batallas de Abárzuza y Eraul, también en la de Arrieta, donde por méritos fue ascendido a teniente coronel, siéndole concedida la cruz de San Fernando de 2ª clase, en este mismo año obtuvo el ascenso a coronel.

En 1835 fue nombrado ayudante del general Zumalacárregui, siendo ascendido a brigadier. Al fallecer Zumalacárregui de herida de bala, que fue mal curada, este murió en los brazos de Vargas y de un cura llamado Zabal.

Los dos ayudantes de Zumalacárregui, Vargas y Arjona, fueron nombrados por Carlos María Isidro (Carlos V), para asistir al entierro y cerrar el ataúd con el sello real.

Vargas fue herido en varias ocasiones, intervino en las acciones de Arlabán en el mes de mayo de 1836, siéndole concedida la cruz y placa de San Fernando de 3ª clase pensionada.

Tras el convenio de Vergara (31.08.1839), el pretendiente al trono Carlos María Isidro y gran parte de su ejército salieron de España, entre ellos Carlos de Vargas.

Carlos Vargas permanecería diez años en Francia desde septiembre de 1839 a diciembre de 1849, durante su estancia en Francia, en 1842, publico en Burdeos la obra titulada “Mémoires historiques militaires de L´armes basques-Navairre”.

En 1849 se acogió a la amnistía. Regresando al ejército isabelino, donde al igual que a todos los acogidos a dicha amnistía, se les respetaron los cargos y condecoraciones recibidas en el ejército carlista.

El 27 de abril de 1850 contrajo matrimonio en Madrid con doña Enriqueta Van-Halen Lasquetty, hija del general Antonio Van Halen, conde de Peracamps

En octubre de este mismo año fue destinado a las órdenes del capitán general de la isla de Cuba, como comandante general del departamento oriental de la isla, Santiago de Cuba.

El 20 de agosto de 1852 a las 8:36 AM (14:05 UTC) se produjo un terremoto en la región suroriental de Cuba. Gracias a la gestión de Vargas, Santiago dejó de ser una ciudad destruida y casi abandonada. D. Carlos Vargas realizó un plan de obras públicas.

No detallamos las obras que se ejecutaron durante su mandato, ya que nos ocuparía más de una página, por otra parte, ya lo detallamos en escritos anteriores en este mismo diario. Se le conoce en Cuba como “el constructor”, aún hoy existe una calle (Vargas) en la ciudad de Santiago y también el Faro de Vargas en la provincia de Granma.

Está considerado por varios historiadores cubanos como el mejor gobernador en Cuba de la época colonial.

En 1855 le fue concedida la gran cruz de Isabel la Católica y benemérito de la Patria por la defensa contra piratas en 1851.

En agosto de 1858 recibió la Cruz y Placa de San Hermenegildo.

A mediados de 1861 fue nombrado segundo cabo en comisión a la capitanía general de Puerto Rico. Estando en este destino se produjo el ultraje a nuestro pabellón por parte de la República de México.

El 22 de mayo de 1862 D. Carlos Vargas fue nombrado 2º cabo (actual segundo jefe) de la capitanía general de Santo Domingo.

El 15 de junio de 1863 salió en comisión para la Habana. Regresando el mismo mes a Santo Domingo, junto a veinte mil soldados procedentes de Cuba, de Puerto Rico y de la Península. Al poco, se reunieron en la isla un total de 35.000 soldados españoles, apoyados por unos cinco mil dominicanos leales comandados por el general Santana, para hacer frente a la guerra.

En agosto recibió la Gran Cruz de Carlos III, a la vez que era ascendido al grado de mariscal de campo. Por los méritos contraídos en la expedición a México y otras acciones de guerra.

El 4 de octubre de este año Vargas fue nombrado gobernador y capitán general de la isla de Santo Domingo y comandante en jefe de las tropas.

Carlos Vargas se hizo cargo del mando el 23 de octubre, al día siguiente de su toma de posesión hizo dos sendas proclamas. Una, dirigida al pueblo y otra al ejército y reserva dominicana, no las adjuntamos por su largo contenido.

Sus tropas vencieron a los insurgentes en varias batallas. Con grandes pérdidas por ambos lados.

A primero de 1864, Vargas solicita el cese de su cargo en Santo Domingo.

Real Decreto del 21 de febrero de 1864:

En atención a las razones expuestas por el mariscal de campo D. Carlos de Vargas y Cerveto, y de acordado con lo propuesto en su consecuencia por mi Consejo de Ministros, vengo en relevarle de su cargo de gobernador y capitán general de la isla de Santo Domingo, quedando satisfecha del celo y lealtad con que lo había desempeñado.

Dado en Palacio a veintiuno de febrero de 1864- Está rubricado de la Real mano.

De acuerdo con el parecer de mi Consejo de Ministros, vengo a nombrar para dicho cargo al general D. José de la Gándara y Navarro.

A las dos de la tarde, de día 31 de marzo de 1864, pasó a bordo del vapor de guerra Isabel la Católica, que debía de transportarle a Cuba, casi solo, porque adelantada la hora del embarque, no lo supieron ni la mayor parte de las autoridades, ni el gran número de amigos que allí dejaba. (Esto último de “Historia de la dominación y última guerra de España en Santo Domingo”/ Autor D. Ramón González Tabla).

Del mismo libro adjuntamos parte del prólogo:

No puede negarse que la reversión de la isla de Santo Domingo ha sido un suceso de gran bulto por sus consecuencias. Allí hemos ido solicitados y rogados por una grey desdichada; allí hemos invertido en corto plazo más de 300 millones de reales; allí tuvimos que combatir por la honra de la bandera nacional, más de 30.000 soldados, que fueron diezmados por el rigor del clima y de allí, donde siempre fuimos vencedores, nos hemos retirado por conveniencia dejando el campo a un enemigo inferior y débil.

D. Carlos Vargas sabía que la anexión de Santo Domingo llegaba a su fin, por el número de víctimas y el enorme gasto de mantenimiento. Fue por lo que solicitó su cese.

Esto es comprobable, ya que cuando solo llevaba en el mando su sucesor don José de la Gándara algunos meses ocurrió lo siguiente:

A finales de 1864 el gobierno de Narváez tomó la decisión de que España se retirase de Santo Domingo, un territorio que, además de constituir una sangría humana y económica, se consideraba imposible de mantener. La reina Isabel II se resistía al abandono. Así pues, el gobierno dimitió en diciembre de este 1864. Aunque no llegó a tomar posesión, la reina pidió a Iztúriz que formase otro gobierno.

La lista propuesta por Istúriz estaba compuesta casi al completo por miembros de la Unión Liberal. Probablemente por esta causa, la reina no aceptó este gobierno, y decidió que continuase el anterior de Narváez, por supuesto que aceptando la retirada de Santo Domingo y en 1865 Isabel II revocó la anexión, devolviendo su independencia a la pequeña nación caribeña

A su regreso D. Carlos de Vargas permaneció de cuartel en Madrid hasta octubre de 1867 en que fue nombrado capitán general de las provincias Vascongadas y Navarra.

Al salir de España, la reina Isabel II, por motivos de la revolución de septiembre de 1868, acompaño Vargas a la reina, estando en París se presentó al pretendiente al trono de España, Carlos María de Borbón y Austria-Este, (Carlos VII), (tercera guerra carlista, 1872-1876), quien le nombró presidente del Centro Militar carlista de Madrid, que dirigía la organización militar, sus achaques debido a la edad le privaron de entrar en campaña. (Esto último tomado de Historia del Tradicionalismo Español, tomo IV).

Revista de Historia Militar “Los ejércitos carlistas en el siglo XIX” (2ª y 3ª guerra carlista).

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D. Carlos de Vargas Cerveto=75 años=infantería=cuartel real=Amnistiado en 1849

D. Carlos de Vargas Machuca Cerveto falleció en la Corte el 10 de octubre de 1879: Caballero, Gran Cruz de las Reales Órdenes de Carlos III pensionada, Cruz y Placa de San Hermenegildo, Gran Cruz Isabel la Católica, tres cruces de San Fernando, la primera de 1ª clase, la segunda laureada de 2ª clase y una de tercera clase, condecorado con varias cruces de distinción por acciones de guerra, Mariscal de Campo de los Reales Ejércitos.

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