Sospechosos habituales de película

Abel Martínez

Sala de interrogatorios en una típica comisaría de Los Ángeles. A un lado de la mesa, el pequeño estafador lisiado Roger “Verbal” Kint, interpretado magistralmente por Kevin Spacey, comienza su declaración en retrospectiva sobre los acontecimientos que desencadenaron un tiroteo y una masacre dentro de un barco apostado en el puerto.

La película de 1995 bajo la dirección de Bryan Singer, cuenta un elenco de estrellas (Kevin Spacey, Gabriel Byrne y Beniccio del Toro entre otros) a los que la crítica atribuye en parte, el éxito de este clásico del séptimo arte.

Como todo lo que tiene éxito, la película ha intentado ser plagiada, con mayor o menor éxito, por sus predecesores. Pero si algo nos ha demostrado esta vida es que la realidad siempre supera la ficción y el caso del fútbol ceutí no podía ser una excepción.

Como es de todos sabido, tras los últimas noticias publicadas, el “director” del fútbol caballa maneja de manera “sospechosa” una entidad con un presupuesto anual de casi tres millones de euros, el cual en su mayoría proviene directa o indirectamente del erario público.

La pregunta que todo el mundo se hace es la misma ¿cómo ha llegado ahí? Y la segunda que se plantea es ¿cómo sigue ahí? Para terminar con la misma reflexión ¿por qué no lo echan?

Para responder a esta pregunta es imprescindible saber cómo funcionan las

Federaciones. Son asociaciones con una finalidad de carácter deportivo que deben de tener un carácter democrático por imperativo legal. Deben ser elegidas, en definitiva, por el “fútbol ceutí”.

Es en este punto donde cobra importancia el “reparto” de esta película, ese elenco de estrellas que se llama Asamblea y que es el órgano supremo de la federación. Es el que “pone”, “mantiene” y “echa” al presidente.

La asamblea de la federación de fútbol de Ceuta está formada por cuatro estamentos (clubes, jugadores, entrenadores y árbitros) con un total de 40 miembros. Un número elevado de miembros, a priori, que se desnaturaliza si profundizamos en la identificación de cada uno. Apenas son cinco o seis personas los que indirecta o directamente manejan o representan esos clubes, jugadores y entrenadores. Recordemos que los árbitros dependen directamente de la federación. En definitiva, son estos asambleístas los “sospechosos habituales” de la película.

Si tiene algún contacto con el mundo fútbol caballa, su nombre ya le habrá rondado por la cabeza, sí, esos son. Algunos son muy propensos a publicar hazañas y comentar en redes sociales. Últimamente y tras los hechos acontecidos guardan silencio, este silencio es la forma de apoyar lo que no tiene apoyo expreso posible. Al fin y al cabo, todo lo que ocurra en la Federación es responsabilidad suya.

Atento porque llega spoiler:

La película finaliza con la escena del pobre tullido saliendo de la comisaría, dejando de fingir su parálisis cerebral. Se sube a un coche esperando conducido por “Kobayashi”, alejándose mientras Kujan (el policía) sale, buscando en vano. Entonces una voz en off del pobre tullido cita a Charles Baudelaire: “El mayor truco del diablo fue convencer al mundo de que no existía”.

Al contrario que ocurrió al pobre Kujan, la Asamblea ha conocido al auténtico Keyser Söze a tiempo, en sus manos está poner un final feliz a esta historia o continuar siendo los SOSPECHOSOS HABITUALES.

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