La fuerza de la razón
La comparecencia del presidente Vivas, ha sido una pausada pero determinante exposición del estado de la ciudad. Toda una lección de síntesis de más de año y medio de la vida de Ceuta y de los ceutíes. Una descripción serena que contenía el relato de los momentos más difíceles de la historia moderna de la ciudad, acompañada de las reacciones desde las administraciones públicas y desde los propios ciudadanos.
Cierre fronterizo, Pandemia y los sucesos de mayo del 2021, conformaban un cuadro al que pocos gobernantes y pocos territorios han tenido que enfrentarse. Y esos momentos definen mejor que cualquier otro acontecimiento el carácter de un gobernante y de un pueblo.
Si es verdad que la virtud surge de la necesidad, esa verdad se ha hecho más patente durante esta etapa. El Presidente Vivas supo apelar a quien podía y debía dar una respuesta y buscó la unidad de todas las fuerzas políticas y sociales para hacer más efectiva esa apelación. La Ciudad desplegó como nunca su capacidad de influir y convencer y el resultado ha sido evidente: la reacción de todos los poderes del Estado, de la Unión Europea y de la Alianza Atlántica tras la última cumbre de Madrid, que garantizó la defensa de hasta el último centímetro del territorio de todos los paises aliados.
La solicitud de la implicación del Estado en un plan estratégico sobre cuyas bases la Ciudad ya había avanzado, fue decisiva, como ha reconocido Vivas, porque ese plan recoge demandas históricas de la ciudad. Y ahora toca pasar de los proyectos a las realizaciones, para culminar esa hoja de ruta diseñada por Vivas, para estabilizar la ciudad y abrir un horizonte de esperanza para todos.
No ha habido en sus palabras autobombo, sino exigencia, exigencia para todos, para si mismo y para el gobierno que preside y para que el resto de administraciones comprometidas estén a la altura de las circunstancias y del momento histórico que estamos viviendo.
Quiero destacar para finalizar, el reconocimiento, el justo reconocimiento que ha hecho al pueblo de ceuta en general y a cada ceutí en particular, que son lo mejor de todo, ejemplo ante el mundo de sensatez, calma, resistencia y capacidad de superación. Ese carácter de los ceutíes, junto con la definición de un nuevo horizonte de oportunidades, invitan al optimismo y a la esperanza. Poner a los ceutíes como los auténticos protagonistas de lo mejor que hemos hecho en este año y medio de balance, es la mayor muestra de humildad de un político al que nos hemos acostumbrado, pero que no deja por ello de ser uno de los más reconocidos en el conjunto de España, no sólo por su inteligencia, sino por su capacidad de diálogo y por su respeto y consideración hacia compañeros y adversarios. No ha buscado en esta ocasión colgarse ninguna medalla, algo tan habitual entre la clase política, sino que ha dejado claro que son los ceutíes, todos, sin distinción, los verdaderos acreedores de nuestro reconocimiento.
La fuerza de la razón ha sido el hilo conductor de toda su intervención. La razón, algo tan escaso en estos tiempos de visceralidad y de violencia.
