«Esto no va de hombres contra mujeres o viceversa, esto va de hombres y mujeres trabajando por una sociedad más justa»
ELLAS MANDAN / POLÍTICA
Fátima Hamed, líder del MDyC, reconoce que en en política ha sentido el intento por invisibilizarla o por obviar su trabajo. “Las mujeres aún nos enfrentemos a grandes retos como es el llegar a tener la oportunidad de presidir y de gestionar”, añade

CEUTA.- Fátima hamed está en lo alto de la política local. Preside su propio partido y es la única candidata a la presidencia de Ceuta. Por su trabajo en política, pero también en el ámbito jurídico, está acostumbrada a tener que imponerse y hacerse oír. Ella es una mujer que manda. EL PUEBLO habla con ella, con motivo del 8M, sobre las dificultades que a veces tienen las mujeres cuando alcanzan altos cargos, sobre si todavía hay discriminación en política y sobre cómo se combate el síndrome de la impostora. “Creo que casi todas las mujeres, en algún momento de nuestras vidas profesionales hemos sentido ciertas dudas acerca de nuestra capacidad”, admite. Contesta que a las mujeres “nos sigue costando llegar y estar en primerísima línea” y que se sigue confianzo más en los hombres, simplemente “porque la población aún no ha tenido la oportunidad de ver y conocer a muchas mujeres al frente de altos cargos”. por eso pide que la dejen demostras que que una mujer puede dirigir esta ciudad igual o mejor que un hombre.
• Pregunta.- ¿Las mujeres se tienen que pelear más en política para conseguir los mismos resultados que ellos?
Respuesta.- Personalmente concibo la política como espacio para el debate y la confrontación de ideas, de modelos de gestión no como un espacio para pelear. Cuestión distinta es que como digo a veces, las mujeres tengamos que trabajar el doble para llegar sólo la mitad de lejos. Tengamos en cuenta que nuestro sistema democrático es joven, como es también relativamente novedosa la participación de mujeres en puestos de decisión y de responsabilidad política hasta el punto que aún no hemos tenido ni una presidenta del gobierno de la Nación ni una alcaldesa. La mayor “pelea”, si quiere utilizar el término, la tenemos a veces con nosotras mismas por ser perfeccionistas y por ser excesivamente autocríticas.
P.-¿Alguna vez se ha sentido discriminada por ser mujer en su trabajo?
R.-Si hablamos de mi trabajo como abogada la respuesta es que no, en el ámbito jurídico hay grandes mujeres en nuestra ciudad que son todo un referente para muchas de nosotras. Personalmente no he sentido nunca un trato desfavorable por ser abogada. Si hablamos de la política, que es mi vocación, sí, más que discriminada he sentido el intento por invisibilizarme o por obviar mi trabajo y ningunearme como seguro que le ha pasado a muchísimas mujeres en distintos ámbitos.
P.- ¿Ha sufrido brecha salarial?
R.- No, no puedo relatar ningún capítulo de brecha salarial pero evidentemente eso no significa que no exista, tanto es así que en la actualidad está situada por encima del 28% en nuestro país y debe ser una cuestión a erradicar ya que es inaceptable que por ser mujer te paguen menos realizando el mismo trabajo.
P.- ¿Ha sentido alguna vez el síndrome de la impostora? ¿Cómo lidia con él, si es que lo ha tenido? Y en caso de que la respuesta sea no, ¿qué consejo daría a las mujeres que lo sienten?
R.- Creo que casi todas las mujeres, en algún momento de nuestras vidas profesionales hemos sentido ciertas dudas acerca de nuestra capacidad ante un nuevo reto profesional a pesar de estar cualificadas para desempeñarlo. Suele afectarnos especialmente al comienzo de nuestros trabajos pero lo único que se necesita para superarlo es confiar en nosotras mismas, en nuestra capacidad de trabajo y en nuestra preparación para ello. En la sociedad actual se confunde a veces la seguridad que mostramos las mujeres con prepotencia o soberbia, pero considero que no hay que tener ningún miedo a actuar con firmeza y seguridad, más bien todo lo contrario.
P.- Es la única mujer presidenta de un partido en Ceuta, pero también de las pocas a nivel nacional, ¿cómo lo valora?
R.- La participación de las mujeres en política como le decía anteriormente es cada vez mayor afortunadamente, sin embargo, aun siendo esto un hecho constatable nos sigue costando llegar y estar en primerísima línea. La valoración que hago es la de encontrarme ante un reto y una oportunidad únicas para poder representar a toda la sociedad como a mí me gustaría que me representasen: con honestidad, trabajo y grandes dosis de empatía, de ponerse en la piel de los demás para tomar decisiones y para resolver los problemas cotidianos de la gente.
P.- Dentro de su propio partido, ¿alguna vez ha sentido que no estaba siendo tenida en cuenta por ser mujer?
R.- En el Movimiento tenemos en cuenta las opiniones de todos los compañeros y compañeras y existe un gran sentido de la responsabilidad y el respeto entre quienes lo componemos. Nos enriquecemos de los debates, de la diversidad de puntos de vista, aunque no se coincida siempre por parte de todos, pero se tienen en cuenta siempre todas las opiniones porque se emiten buscando lo mejor para nuestra formación y para la ciudadanía.
P.- En el MDyC, ¿cuántas mujeres y cuantos hombres hay?
R.- Un número exacto no le podría dar porque lo justo es tener cuenta a todas las personas militantes que por fortuna son cada vez más, lo que sí puedo asegurarle que está bastante igualado el número.
P.- ¿Cree que la población desconfía más de una mujer en un alto cargo que de un hombre?
R.- Creo que la población aún no ha tenido la oportunidad de ver y conocer a muchas mujeres al frente de altos cargos por eso lo que he pedido siempre es una oportunidad para demostrar la capacidad de trabajo y la valía, la confianza en que una mujer puede dirigir esta ciudad igual o mejor que un hombre y permitirme demostrárselo.
P.- Parece que es inevitable que la gente siga confiando más en un hombre como presidente o como un gestor público, ¿cómo enfocaría el discurso para cambiar esta realidad?
R.- A mí no me parece inevitable, creo que cada vez somos más conscientes de que el trabajo y el esfuerzo no es cuestión de género aunque las mujeres aún nos enfrentemos a grandes retos como es el llegar a tener la oportunidad de presidir y de gestionar; tal vez lo que ocurre es que como aún no se ha dado la situación, hay a quien le genere cierta inseguridad. Por eso digo que hay que dar la oportunidad, la confianza para que se vea el resultado y después opinar. Todos conocemos grandes profesionales de la sanidad, de la enseñanza, de la arquitectura, de la hostelería que son mujeres a las que nadie ha regalado nada, como también conocemos todos en nuestros círculos más cercanos de familiares y amigos a mujeres en las que confiamos plenamente para realizar gestiones que dejamos en sus manos, ¿por qué no en política? Demos una oportunidad sin prejuicio alguno y veremos el gran cambio que puede producirse a mejor para toda la sociedad.
P.- ¿Sigue habiendo discriminación en la política?
R.- Sí, como en otros ámbitos, porque aún hay quien asocia la capacidad a ser mujer u hombre.
P.- ¿La sociedad ceutí es feminista? ¿Qué queda por recorrer en el camino a la igualdad?
R.- Desgraciadamente en nuestra sociedad y en otras muchas se ha hecho un gran daño al término “feminismo” cuando se ha conseguido que se vea como opuesto a “machismo” y como sabe, el opuesto a este último término sería el “hembrismo”. El machismo propugna la superioridad de los hombres frente a las mujeres y el hembrismo la de las mujeres frente a los hombres. El feminismo reivindica la igualdad, una igualdad real y necesaria para poder prosperar todos como sociedad. Esto no va de hombres contra mujeres o viceversa, esto va de hombres y mujeres trabajando por una sociedad más justa para quienes la componemos. Creo que falta hacer más pedagogía en cuestiones tan sencillas como la terminológica que le acabo de exponer y a partir de ahí, implicar más a toda la sociedad en ese camino hacia la igualdad. También creo que ninguna persona debería considerarse más feminista que otra, ni creerse legitimada para juzgar a otras personas ni para regalar carnets de feminismo si no que hay que empatizar y trabajar desde la sororidad.
P.- ¿Es feminista?
R.- Creo que, atendiendo a la respuesta anterior, la pregunta sería ¿quién no es feminista?