COLABORACIÓN
La saga de los García Conde (Parte segunda y última)
José María Fortes Ramos
Es la tercera vez que reitera el más ínclito caradura y embustero del campo de Gibraltar, Juan Pedro Ávila (más conocido por esta zona como “Juanillo el Mentira”) la frase de “yo no puedo entender que haya caballas de nacimiento y caballas de corazón”. ¡Sí!, yo entiendo que haya caballas de corazón y le voy a poner el ejemplo de dos amigos a saber: Don Julio Gallardo Bote (Q.E.P.D.), extremeño de nacimiento (más amigo de mi padre, por pertenecer ambos a la junta directiva que presidió don José Benoliel en la Sociedad Deportiva Ceuta, y como socios del Centro de Hijos de Ceuta. Legionario de honor, que trajo por su cuenta y riesgo las tejas del antiguo cuartel de Dar Riffien y que actualmente están ubicadas en el tejado del mesón de la Posición A. Además, junto al señor Benoliel, fundó el Club de Baloncesto en 1948, el club federado más antiguo de Ceuta. Otro que aún sigue con nosotros (y espero que por muchos años), es don Andrés Gutiérrez Lara, natural de Tarifa, pero más caballa que el Foso Real. Estudió en el Colegio de San Agustín. Exdiputado en el Parlamento Europeo y Expresidente de la Federación Española de Caza, entre otras cosas más. Don Andrés, no gozará de sus simpatías en cuanto le diga que fue diputado por el PP, siglas que usted odia a muerte y más desde que un pepista, que encima se llama Pepe, se ha convertido en su peor pesadilla. Ya puesto, le voy a contar otro caso, mi abuelo, José Fortes León, más conocido como el “Chache” (es protagonista en el libro “EL LEVANTE DEL LOBO” de don Julio Gómez, aunque confunde Chache con Cache). Recuerdo que solía decir: “aunque nací en Cabo de Gata, ya soy un africanito más”. El término “africanito”, era muy popular en los inicios del siglo XX, así eran conocidos a los nativos de Ceuta, por los que llegaban de la Península. Esto son ejemplos de lo que yo considero “caballas de corazón” y ahora voy a exponer la clase de caballas que sois todos vosotros y expondré uno hechos acaecidos en el mes de agosto del pasado año, cuando la expedición de “caballas de corazón” procedente de la Casa de Ceuta en Algeciras, hicisteis actos de presencia.
El día tres, las casas regionales estaban citadas en una caseta de la feria y a cada representante se le hizo entrega de una placa, en total fueron cuatro representantes y cuatro las placas a repartir, ambas con el mismo texto. Y usted, con la cara tan dura que le caracteriza, pone en su escrito que un tal Cristóbal Tineo Soria con DNI 45… alega que en la vitrina de esta entidad existe una placa que fue otorgada por el Gobierno de Ceuta que agradece y reconoce el trabajo y dedicación a la Casa de Ceuta en Algeciras. Como si fuese un premio en exclusiva. No tiene usted la cara más dura, porque es imposible. La misma placa le fue entregada a Melilla, Sevilla, Barcelona y Alhaurin de la Torre. Yo estuve presente en el acto, usted no.
Al día siguiente, día 4, tuvimos una reunión con don Alejandro Ramírez, Consejero de Fomento y Turismo y doña Tamara Guerrero, Directora General de Turismo y Planificación de Inversiones, donde acudimos, usted, su hijo como presidente, el señor concejal de Algeciras don Jorge Juliá Aguilera, mi esposa y yo. Yo era la primera vez que asistía a una reunión entre el clan y los políticos de Ceuta. Pensaba solicitar los libros que se publicaron en el último año al mismo tiempo que los videos. No pude abrir la boca, el ínclito (como es su costumbre) no dejó de hablar al hijo ni a nadie, su objetivo era solicitar la entrada gratis para el presente año, de la expedición de Algeciras, al Parque del Mediterráneo. Cuando don Alejandro dijo que lo estudiaría, de inmediato solicitó la subvención de una carroza, para las fiestas patronales de Algeciras. Sentí verdadera vergüenza, más que unos dirigentes de una casa regional, eran unos repugnantes pedigüeños. ¿O no es verdad lo que digo? Pongo por testigo a los dos políticos ceutíes y al concejal de Algeciras.
Menudo negocio haría el ínclito caradura si en su oferta de viajes a Ceuta en agosto, incluyera la entrada gratis al Parque. Pero ese apartado lo dejaremos para otra ocasión.
Ese mismo día por la tarde, en la ofrenda de flores a la Patrona, Nuestra Santísima Virgen de África, las demás casas regionales estuvieron al completo y por Algeciras su hijo el presidente, mi esposa de Ceuta y otra nueva socia llamada Isabel de segundo apellido Lladó miembro de la expedición algecireña y la única ceutí. Usted, su esposa, la secretaria y el resto del clan, estaban en el Parque del Mediterráneo, dando muestra de los que son los caballas de corazón.
El día 5, festividad de Nuestra Patrona y Madre, en la misa solemne en su honor, en el banco que le correspondía a la Casa de Ceuta en Algeciras, solo estaba mi esposa, que llamó a su hijo a través de un Whats App y le contestó que estaba en el templo, pero en un rincón (algo difícilmente de creer, cuando una de sus grandes debilidades, es figurar), apareció al final de los actos (lo vieron salir del hotel un rato antes).
Cuando da inicio la procesión, hace acto de presencia y forma grupo con los demás presidentes de las diferentes casas. Al llegar a la Plaza de la Constitución, como es costumbre (aunque antes se hacía al regreso y este año en la ida), la Santa Imagen la ponen de cara al Estrecho y le rezan una Salve. En ese momento, Alejandro Ávila, presidente de la Casa de Ceuta en Algeciras, se sale del cortejo y se dirige al Parque donde le esperaba el resto del clan de los Ávila. El descontento y desagrado entre los demás miembros de las diferentes casas, se hizo evidente, brillando con frecuencia el comentario ¡claro! No es de Ceuta.
Usted se declara caballa de corazón y al único acto que asiste es a solicitar la entrada gratis al Parque y la subvención de una carroza en la feria de Algeciras, para que se suban las vecinas de su barrio que son adictas al clan. Mire, usted es un sinvergüenza que, de caballa, no tiene absolutamente nada de nada. Ni de corazón, ni de tripas. Usted es un vividor que ha tenido la suerte de hacerse con una casa regional de una ciudad llamada Ceuta, que le importa tres pitos el nombre de la Ciudad, su historia, tradiciones e idiosincrasia, como queda demostrado en su actuación junto a su hijo en las Fiestas de agosto, pero que si sabe aprovecharse de los beneficios que el nombre de la Casa le pueden aportar.
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