Juan Joaquín Moreno de Mondragón D´Hourlier y Belthier Ceuta 1735 - 1812 Cádiz
Teniente General de la Real Armada Española. Principales batallas en la que intervino (Primera parte)

Juan Joaquín Moreno nace en Ceuta el 24 de septiembre de 1735, siendo bautizado en la Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios al día siguiente de su nacimiento, fueron sus padres don Francisco Moreno de Mendoza, capitán de granaderos del 2º Batallón Fijo de esta plaza, natural de Ronda, y doña Catalina D´Hontlier y Belthier, natural de Bruselas, en Flandes. Casados el 15 de marzo de 1729.
Doña Catalina de Hourlier y Berthier, era hija de don Juan D´Hourlier de la Motte, comisario ordenador, veedor y contralor de la artillería de Ceuta, nombrado intendente de Ceuta en 1734.
Sobre nuestro personaje Juan Joaquín Moreno ya hemos escrito en otras ocasiones, ahora nos centraremos en las batallas más importantes en las que intervino.
Batalla del Cabo de San Vicente, 14 de febrero de 1797
El 18 de agosto de 1796 se firmó el Segundo Tratado de San Ildefonso, entre España y Francia, que fue ratificado en París el 12 de septiembre, y el 5 de octubre se produjo la declaración de guerra de España contra el Reino Unido.
La flota española al mando de Juan de Lángara y Huarte en octubre de 1796 se unió en Tolón a la flota francesa, al mando del contraalmirante Pierre Charles Silvestre de Villeneuve, quedando la flota combinada compuesta por 34 barcos.
Los barcos franceses al mando de Villeneuve fueron enviados en ayuda de los rebeldes irlandeses contra los ingleses, fracasando, partiendo para Francia, permaneciendo en Brest.
El almirante inglés John Jervis llegó a Gibraltar con una flota el 1 de diciembre.
La flota española llegó a Cartagena el 6 de diciembre, para reparaciones, siendo Lángara sustituido en principio por Mazarredo y este más tarde por el almirante José de Córdova y Ramos.
Dicha flota zarpó de Cartagena el 1º de febrero de 1797 al mando del teniente general José de Córdova y Ramos, como comandante en jefe. Faltaba poco para la llegada a Cádiz cuando fueron sorprendidos por un gran temporal, no pudiendo entrar la flota en el puerto. Dirigiéndose al cabo Espartel (Tánger), debido al fuerte viento, la flota estuvo capeando el temporal durante siete días, llegando cerca del cabo de San Vicente, en Portugal. Al tiempo, la escuadra inglesa, al mando del almirante John Jervis, comandante en jefe de la flota inglesa en el Mediterráneo, interceptaba a la escuadra española.
La batalla del Cabo de San Vicente fue un combate naval frente al Cabo de San Vicente, en el extremo occidental de la costa portuguesa del Algarve, el día 14.02.1797.
Composición de la escuadra española:
Divisiones
Cuerpo principal
Primera columna, central.
Los navíos: Santísima Trinidad, de 130 cañones; Mexicano, de 112 cañones; Soberano, de 74 cañones; San Nicolás, de 80 cañones; San Isidro, de 74 cañones; Salvador del Mundo, de 112 cañones, y San Ildefonso, de 74 cañones.
Segunda columna, a la derecha central.
Los navíos: Concepción, de 112 cañones; Santo Domingo, de 60 cañones; Conquistador, de 74 cañones; San Juan Nepomuceno, de 74 cañones, y San Genaro, de 74 cañones.
Tercera columna, a la izquierda central.
Los navíos: Glorioso, de 74 cañones; Atlante, de 74 cañones; Firme, de 74 cañones, y San José, de 112 cañones.
A sotavento y como vanguardia del cuerpo fuerte de la escuadra.
Los Navíos: Príncipe de Asturias, de 112 cañones; Conde de Regla, de 112 cañones; San Fermín, de 74 cañones; San Antonio, de 74 cañones; San Francisco de Paula, de 74 cañones, y Oriente, de 74 cañones.
A barlovento y retaguardia del cuerpo fuerte de la escuadra.
Los navíos: Infante Don Pelayo, de 74 cañones; San Pablo, de 74 cañones, y la fragata Santa Matilde, de 74 cañones.

Fragatas sueltas, con las Urcas y demás buques del convoy: Fragatas Nuestra Señora de la Paz, Nuestra Señora de las Mercedes, Perla y Santa Brígida, de 34 cañones, fragata Nuestra Señora de Atocha y Ceres, de 40 cañones, fragata Diana, de 30 cañones; Bergantín Vigilante, de 12 cañones; Urcas, Santa Balbina y Santa Justa, de 18 cañones, Urca Anunciación, de 28 cañones. En total 24 navíos, 7 fragatas, 4 urcas y 1 bergantín.
En la primera columna central, se encontraba el navío Santísima Trinidad, hasta entonces el mayor buque de guerra del mundo, con una potencia de fuego de 136 cañones, a la vez que era el único con cuatro cubiertas de artillería. En este navío-insignia: el comandante en jefe de la escuadra, teniente general José de Córdova.
En la segunda columna, a la derecha central, vanguardia, el navío Purísima Concepción- insignia: el teniente general Francisco Javier Morales de los Ríos.
A sotavento y en vanguardia del cuerpo fuerte, el navío Príncipe de Asturias-insignia: el teniente general Juan Joaquín Moreno. (Defensa.Gib.es-El combate de San Vicente y sus consecuencias/ José Ignacio González-Aller Hierro, contraalmirante, fallecido)
Composición de la escuadra británica
Buques de primera clase (2):
Victory y Britannia, de 100 cañones
Buques de segunda clase (4):
Blenheim, Prince George, Namur, de 90 cañones y Barfleur de 98 cañones.
Buques de tercera clase (9):
Culloden, Orion, Colossus, Irresistible, Egmont, Goliath, Captain y Excellent, de 74 cañones, Diadem de 64 cañones.
Buques de quinta clase (4):
Minerve, de 38 cañones, Lively, Niger y Southampton, de 32 cañones.
Balandras de guerra (2):
Bonne-Citoyenne, de 20 cañones y Raven, de 18 cañones
Cúter. Fox, de 10 cañones.
En el buque de primera clase Victory-insignia: Sir John Jervis
En el buque de tercera clase Captain: comodoro: Horacio Nelson.
Clasificación de la Marina Real británica
Nota: Los buques de primera clase, eran navíos de línea, de 100 a 120 cañones; los de segunda clase, eran navíos de línea, de 90 a 98 cañones; los de tercera clase, eran navíos de línea, de 64 a 80 cañones; los de cuarta clase, eran navíos de línea, de 48 a 60 cañones; los de quinta clase, eran fragatas, de 32 a 44 cañones; las balandras, de 16 a 20 cañones; los Cúter, de 6 a 14 cañones.
Nada más amanecer, el 14 de febrero, la escuadra británica navegó en dos columnas en orden cerrado.
Nelson había llegado a la escuadra británica el día 13 procedente de Gibraltar en el buque de quinta clase Minerve, izando su insignia en el Captain, de tercera clase, dirigiéndose a la retaguardia española, desobedeciendo las órdenes de la línea inglesa, maniobrando para acorralar al mayor número de buques españoles, Nelson dejó la formación para perseguir al grupo mayor.
Sir John Jervis, aunque vio a Nelson desobedecer las órdenes, ordenó el envío de nuevos buques en su apoyo. Exclamando al ver a Nelson >
El navío Excellent, atacó al San Nicolás, y después se situó a contraviento del Santísima Trinidad que estaba siendo atacado por el Blenheim y el Orión, que lo cañoneaban por todos los lados.
El teniente general Juan Joaquín Moreno, en el navío Príncipe de Asturias, el mando del brigadier Escaño, con el Conde de Regla, el San Fermín y el San Francisco de Paula, trató de reunirse con el general en jefe y auxiliarle en la retaguardia, que estaba siendo doblada, también la segunda columna al mando del conde Morales de los Ríos había virado y se dirigía en socorro del Santísima Trinidad al mismo tiempo que lo hacían el Don Pelayo y el San Pablo, ambos de la retaguardia del cuerpo fuerte de la escuadra.
La verdad es que el navío Santísima Trinidad se salvó no solo por el esfuerzo singular del Príncipe de Asturias, sino por la colaboración de varios buques, el San Pablo, al mando del brigadier Baltasar Hidalgo de Cisneros, Infante don Pelayo, al mando del capitán de navío Cayetano Valdés, pertenecientes a la retaguardia del cuerpo fuerte de la escuadra, el Conde de Regla Insignia del jefe de escuadra, Claude Francois Renard de Fuchsemberg, Conde de Amblimont, que murió en el combate, y el propio Príncipe de Asturias, insignia del teniente general Juan Joaquín Moreno, al mando del brigadier Antonio Escaño y García.
Al quedar el Santísima Trinidad casi completamente desmantelado, el teniente general José de Córdova fue transbordado a la fragata Diana, la intervención de los barcos de Moreno hizo que los ingleses retrocedieran, dando punto final al combate, con una gran andanada del navío Conde de Regla.
A pesar de esta acción, la batalla del Cabo de San Vicente acabó con derrota de la armada española. Aunque como hemos señalado, la armada contaba con 24 navíos de línea, 7 fragatas, 4 urcas y 1 bergantín, no todos entraron en el combate, perdiéndose cuatro navíos que fueron apresados, estos fueron: San José, Salvador del Mundo, San Nicolás de Bari y San Isidro. Como hemos señalado, también estuvo a punto de perderse el navío insignia de la escuadra “Santísima Trinidad”.
Sobre el salvamento del Santísima Trinidad.
Los ingleses ensalzaron el comportamiento del general Juan Joaquín Moreno; Nelson, comodoro del combate, le dirigió una carta en la que dice:
“El comandante en jefe, Sir John Jervis, ha querido remita a V.E. una Gaceta en la que se de noticias del navío de V.E. afirmando que V.E., fue quien aquella tarde salvó al Santísima Trinidad, y Sir John Jervis está pronto a confirmar que un navío de tres puentes enarbolando la insignia de almirante de línea emprendió la bizarra acción de atravesar la escuadra inglesa entre el Victory y el Egmont.”
La carta termina: tengo el honor de ser con el mayor respeto su más humilde y obediente servidor, -Horatio Nelson. -Sr. Teniente General D. Juan Moreno.
Carta del teniente general Moreno a don José de Mazarredo>.
Nota: José Domingo Mazzarredo-Salazar había sido nombrado comandante general de todas las fuerzas del océano, tomando el mando a su llegada a Cádiz el 8 de abril.
La carta enviada a Nelson dice.
También dijo Nelson sobre el general Moreno: “hizo todo lo que un buen oficial podía hacer para intentar atravesar la línea británica”.
Tras la batalla que se desarrolló durante todo el día 14 y acabó con derrota de la armada española, varios barcos españoles escaparon a Cádiz, otros a Algeciras, pero el grueso de la escuadra entró en Cádiz el 3 de marzo, debido a esta derrota el jefe de la escuadra D. José de Córdoba hubo de enfrentarse a un Consejo de Guerra.
Dicha batalla costó la vida a casi cuatrocientos hombres por parte española
El navío Príncipe no fue víctima, como hubiera podido serlo, porque llevaba a su bordo al teniente general D. Juan Joaquín Moreno (son palabras de Escaño), porque desde la ocurrencia de Buenos Aires se había estado preparando para como un día como el 14; porque en el interior del buque se veía el desvelo y disciplina del que lo mandaba; porque su plan de combate, muy coordinado de antemano, fruto de muchas meditaciones, ensayos y correcciones, era conocido desde el paje conductor de cartuchos, hasta el gaviero que hacía fuego en las cofas; porque los cañones listos despedían sin intermisión sus fuegos; y porque todos cumplían con su deber y sabían de ante mano el puesto en que debían de vencer o morir. Tomado solo en parte. (Elogio histórico del Excmo. Sr. D. Antonio de Escaño).
“Sentencia del Consejo de Guerra a los marinos del combate del Cabo de San Vicente”
Havia deseado S.M, vivamente desde el instante que tuvo la desagradable e inesperada noticia del combate y apresamiento por los enemigos de los cuatro navíos, Salbador, San Joseh, San Nicolás y San Isidro, que con toda posible diligencia fuesen inquiridas y judicialmente averiguadas las causa que originaron en aquel desgraciado día el ultraje de sus Reales Armas; y que juzgados los delitos y los delincuentes se diese al público con el justo castigo de estos escarmientos de aquellos, para precaver así en adelante tan infausto suceso y a fin de que también quedara quanto antes libres de la sombra de las sospechas todos los que, así Generales como Comandantes y oficiales particulares, se comportaron dignamente en aquel lance. Guiados de estos principios, ha querido S.M, enterarse por sí mismo de lo actuado en el Consejo de Grandes Oficiales reunidos con el objeto por su Real Orden de 2 de abril próximo anterior; y conformándose en todo con la Sentencia dada por este Tribunal, como más conforme y adaptada al espíritu de los artículos 2 y 6 del Tratado 8 título 7 de las Reales Ordenanzas del Exercito y del 17 del título 5º Tratado 5º de la Armada, manda S.M, imponiendo perpetuo silencio y sin admitir recurso alguno, se execute en la forma siguient

e:
Que el Teniente General de la Real Armada, D. Joseh de Córdova Comandante General de la Escuadra, como convenido que está de no haber sabido desempeñar su Real confianza en el mando de aquellas fuerzas navales, por su insuficiencia y desacierto en las maniobras y disposiciones de ataque, de que resultó principalmente su desgraciado éxito, quede desde luego privado de su empleo, sin que pueda obtener otros mandos militares prohibiéndose así mismo que resida ni se presente en la Corte, ni en las Capitales de los Departamentos de Marina.
Que el segundo Xefe de la misma Escuadra, Conde Morales de los Ríos, Teniente General de la Real Armada, por falta del cumplimiento de sus obligaciones en aquella crítica situación; por su inactividad, y por que no hizo loa que devio hacer para dirigir el Cuerpo de Vanguardia, que mandaba, al socorro de los Navíos atacados y doblados por los enemigos a Retaguardia; quede también privado de su empleo, sin que resida ni se presente en la Corte, ni en las Capitales de los Departamentos de la Marina.
Que los capitanes de Navío D. Gonzalo Vallejo, D. Juan de Aguirre y D, Joseh Torres, que eran de los nombrados Atlante, Glorioso y San Fermín, por su conveniencia desobediencia a las señales, por su falta de pundonor y espíritu marcial, su ineptitud, abandono, y mala disposición para sostener la Gloria de las Reales Armas, sean privados de su empleo; y lo mismo el Oficial de igual clase D. Agustín de Villavicencio, Comandante del San Genaro, agregándose a este, que no pueda tener otro mando militar.
Que el Capitán de Navío D. Joseh Usel y Guimborda, Comandante del nombrado San Francisco de Paula, quede en suspenso de su empleo seis años.
Que el de igual clase D. Rafael Mestre, Comandante del Navío San Ildefonso, suspenso de su empleo tres años.
El de la misma clase D. Antonio Beneo, Comandante del San Juan Nepomuceno, suspenso de su empleo por dos años y cumplido pueda obtener los destinos de su carrera.
El de igual clase D. Joseh Butler, Comandante del Conquistador, suspenso de su empleo por dos años y cumplidos quede havilitado para el mando.
El de la misma clase D. Salvador Medina, Comandante del San Antonio, suspenso de su empleo por un año.
A los de igual clase D. Bruno de Ayala y D. Juan Suarez, Comandantes de los Navíos Firme y Oriente, sean puestos desde luego en libertad, dándoseles por libres de todos los cargos y quedando recomendado el último de la piadosa consideración de S.M, conforme a la Sentencia del Consejo.
Que los Capitanes de Fragata D. Antonio Alos, D. Juan González de Rivera, D. Bruno Palacios (graduados de Capitán de Navío), D. Fernando Quintano, D. Gabriel Molla, D. Dionisio Candano, D. Manuel Flores (graduados), D. Joseh Zuloeta, D. Vicente Perler y D. Joseh Meléndez, Segundos Comandantes de los Navíos San Juan Nepomuceno, Atlante, Glorioso, Genaro, Conquistador, Firme, Oriente, San Francisco de Paula, San Fermín y San Antonio, sean públicamente reprehendidos por los Gefes a cuyas órdenes se hallaren actualmente, por no haber representado y reconvenido a sus Comandantes según el sentido de las Ordenanzas Generales de la Armada, para que cumpliesen con su dever en circunstancias tan importantes, maniobrando con toda diligencia para acudir al empeño y sostener en el a los Navíos batidos ventajosamente por los enemigos.
Finalmente que sean reprehendidos por el Mayor General del Departamento o Escuadra en que estuvieren, por no haver satisfecho sus respectivas obligaciones, el Alférez de Navío del San Juan Nepomuceno D. Joseh Urrecha, el de Fragata D. Ángel Cubillo del San Genaro, los Tenientes de Navío D. Antonio de Torres y D. Benito Burgues del San Antonio, el Teniente de Fragata D. Juan Barona y el Alférez de esta clase D. Luis Kestor del Glorioso.
Todo lo cual comunico a V. EXa, de Real Orden para que por su parte haga que se execute y cumpla esta Sentencia según lo mandado; de que igualmente aviso con esta propia fecha al Sr. Director y Capitán General de la Armada para que disponga se verifiquen desde luego las correspondientes anotaciones, en los asientos respectivos, borrándose de ellos privándoles del fuero y de todo distintivo militar a la que por esta Sentencia aprobada por S.M, queden privados de sus empleos deviendo recogerse asimismo todos los Reales despachos, que hubieran estendidos por sus grados en la carrera, cuyos testigos y los de todos los demás que quedan expresados quiere SM, que se hagan público en la Armada por medio de la comunicación y lectura de esta Real Orden para noticias de sus individuos y que les sirva de exemplo y escarmiento; declarando S.M, al mismo tiempo dignos de su Real aprobación la conducta y desempeño de los demás Generales y Comandantes. Dios guarde a V.EXa, muchos años-San Ildefonso, 10 septiembre de 1799-Juan de Lángara-Sr. D. Domingo Porles.>> (Literal)
Por el valor y esfuerzo en el combate, el teniente general don Juan Joaquín Moreno, fue el único de los tenientes generales que fue recomendado en el Consejo de Guerra de Generales a S.M., por lo que más tarde, al no podérsele ascender más, el rey firmó un Real decreto, haciéndole entrega de la Encomienda de Lopera de la Real Orden Militar de Calatrava, dicho decreto dice:
> (Gaceta de Madrid).
Con fecha del 28 de septiembre de 1799, al teniente general Don Juan Joaquín Moreno se le hace entrega del mando de una escuadra que estaba surta en el arsenal del Ferrol.
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Continuará en una segunda parte