Voluntarios de Cruz Roja apoyan y animan a los niños hospitalizados en el HUCE
SOCIEDAD
Una vez finalizado el proyecto Atención Educativa a Infancia Hospitalaria, Salma y Hamza, voluntarios de Cruz Roja, ejecutan el Proyecto de Animación Hospitalaria en la planta de Pediatría

Pocas cosas alteran tan profundamente la dinámica personal y familiar como la hospitalización de uno de los miembros de la familia. Más allá de la preocupación y el estrés que supone que un ser querido enfrente una enfermedad que le obligue a permanecer bajo cuidado y atenciones médicas constantes, la hospitalización supone la alteración de todas las rutinas, tanto para el hospitalizado como de los otros integrantes de la familia.
Ahora imagine que el hospitalizado es uno de los pequeños de la casa, el permanecer día tras día en un ambiente que le asusta y que pocas opciones ofrece a la inquietud y curiosidad infantil, que se suma a la alteración de todas sus rutinas, incluido el proceso de enseñanza-aprendizaje al no poder acudir a sus clases como cotidianamente.
Y es precisamente para ofrecer una solución a este problema que desde hace más de trece años la Cruz Roja de Ceuta desarrolla dos proyectos en la planta de Pediatría del Hospital Universitario de Ceuta, HUCE: el de Atención Educativa a Infancia Hospitalaria y el de Animación Hospitalaria.
Sandra Mora, maestra y miembro del Departamento de Formación de Cruz Roja y responsable del proyecto Atención Educativa a Infancia Hospitalaria, SAEIH, ha conversado con EL PUEBLO sobre estos dos proyectos que desarrolla el personal y voluntarios de la oenegé, detallando cómo se ejecutan, sus alcances y beneficios

Subvencionado por el MEFP
Sandra señala que los fondos para poder ejecutar el SAEIH provienen de una subvención del Ministerio de Educación y Formación Profesional, MEFP, mismo con el que se busca “dar apoyo educativo a todos aquellos niños que por un motivo de hospitalización no pueden ir a su aula ordinaria y a su centro educativo a impartir las clases que le obligan en el currículo escolar (…) Trabajamos los contenidos que se pierden día a día en su aula, hacemos exámenes y les preparamos todos esos contenidos que pierden en su centro ordinario”.
“Al acabar el cole, acaba este proyecto y acabamos de terminarlo con la finalización del colegio, que acabó el 22 de junio, para no desatender a estos niños, se inicia el segundo proyecto, de Animación Hospitalaria, el cual lleva también Cruz Roja, encuadrado dentro de Cruz Roja Juventud.
Es un proyecto meramente voluntario, es decir, no está subvencionado, y los voluntarios que lo atienden son chicos con una mínima formación universitaria que previamente pasan una formación de Cruz Roja Juventud para que estén capacitados para poder trabajar y ser animadores hospitalarios durante el periodo en el que no está el proyecto de apoyo educativo (...) el SAEIH, tiene de periodo de duración lo que dura el curso escolar”.
Sobre el tiempo durante el cual se han venido desarrollando estos programas, Sandra refiere que “este proyecto de animación lleva lo que lleva el hospital abierto, unos 13 años. Ambos proyectos llevan ese tiempo, unos 13 años”.
Un verano animado
“Estos dos proyectos se desarrollan en la planta de Pediatría, en un aula que está perfectamente habilitada, tenemos pizarra, ordenador, una biblioteca, servicio de préstamos de juguetes, servicio de biblioteca, hacemos préstamos de todo esto. Y el objetivo de este proyecto es animar, hacerle la vida más fácil a estos chicos hospitalizados, porque no solo los hospitalizan en periodo escolar, sino que en pleno verano también tenemos usuarios hospitalizados y si no tuviéramos abierto el aula, imagínate el aburrimiento de estos angelitos, se les pasarían interminablemente las horas y en el hospital. Entonces, estos chicos lo que hacen es tareas lúdicas, tareas manuales y tareas educativas, aparte de los servicios de préstamo que te he dicho”.
“Entonces, ahora, con la finalización de este proyecto de atención a la educación en pacientes hospitalarios, comienza el Proyecto de Animación Hospitalaria. Ya hemos formado previamente a los dos voluntarios que ahora mismo tenemos, Salma Mohamed Lemmaghi y Hamza Abchir El Hommad, quienes van a estar todo el verano, hasta que empiece el otro proyecto, subiendo a la planta de pediatría”.
“El niño hospitalista, tal cual llega del médico o de urgencias, lo hospitalizan con lo puesto, no tienen ningún tipo de material. Ya a medida que ya van pasando los días, los papás y los familiares le van llevando sus cosas, pero hay niños que no tienen recursos, a los que se le hace este apoyo con nuestros recursos. Entonces, continuamente están recibiendo nuestro apoyo, nuestros servicios”
Este trabajo de animación hospitalaria lo llevarán a cabo durante todo el verano los dos voluntarios, Salma y Hamza, de lunes a domingo, de mañana y tarde.

Parón durante la pandemia
Ambos servicios de atención hospitalaria debieron ser suspendidos por las limitaciones que impuso la pandemia por covid-19 pues “se limitó la entrada al hospital, se restringió todas este tipo de actividades, se evitó el contacto, entonces ha estado paralizado hasta ahora”.
“Con la pandemia no nos permitían intervenir. Claro. Mi proyecto se desarrolló, el Apoyo Educativo y Infancia Hospitalaria, con una revisión previa de los pediatras. Entonces, me limitaron muchísimo mis intervenciones, pero ya que era un proyecto subvencionado se tuvo que desarrollar y se desarrolló on todas las medidas de precaución, individualmente, sin mezclar a los niños en sus habitaciones, fue complicado”.
“Este año hemos vuelto a la normalidad con ambos proyectos. Hemos desarrollado la infancia hospitalaria, y ya hemos podido hacer que se interrelacione unos con otros. Se abierto la ludoteca o la guardería, como quieras llamarlo, con toda la normalidad del mundo, interrelacionan unos con otros, hacemos actividades conjuntas, esa es un poco la dinámica”.
Sobre por qué solo cuentan en estos momentos con dos voluntarios para atender el proyecto Animación Hospitalaria, Sandra explica que no se debe a una falta de motivación de la ciudadanía, pero el parón de tres años que provocó la pandemia ha impedido formar a estos voluntarios para este cometido. "Hemos tenido carteras de 15 y 20 voluntarios. Hemos estado trabajando con otros proyectos, porque este nos hemos visto obligados a pararlo. Finalizando mayo (de este año) fue cuando desde la dirección del hospital a través del coordinador de planta que se desarrolle de nuevo este proyecto. Entonces, por ese motivo con la finalización de los exámenes, los dos únicos voluntarios que hemos tenido ahora mismo operativos para esto han sido estos dos”.
Entre 20 y 30 niños atendidos al mes
En cuanto a los niños con los que se ha trabajado en el período escolar 2023 hemos cerrado el proyecto de atención y apoyo educativo en la infancia hospitalaria con 38 intervenciones de todas las edades escolares de 0 años a 16. Desde la pandemia, más o menos por mes, en invierno se está trabajando con 30 y tantos niños. En verano baja un poco el número de hospitalizados, puesto que las enfermedades respiratorias, gripes, descienden, pero en torno a una manera general, en torno a 20, niños mensuales. Hay meses o hay semanas que hay cuatro niños, otras que hay 20, otras que hay seis. Es muy relativo, pero más o menos 20, 20 y algo de niños”.
Complementando el proceso educativo del menor
Sandra también es la encargada de contactar con los centros educativos para que la labor que desarrollan vaya acorde con las necesidades de los menores y responda a sus necesidades. A este respecto refiere que “desde que empieza el proyecto de animación de apoyo educativo a infancia hospitalaria subvencionado por el Ministerio, desde el día uno que empieza el proyecto, que suele ser con el inicio del colegio, nos ponemos a o estamos en contacto directo con los directores de los centros educativos y con sus respectivos tutores y tenemos un seguimiento a diario. Les recogemos las tareas a diario de estos pequeños, nos cuentan las necesidades educativas de cada alumno, las peculiaridades de cada alumno, cómo van y cómo llevan el desarrollo de los contenidos, en qué fallan, en qué van bien, en qué no y nos ayudan, porque claro, ingresan y no conocemos a los niños, ya se van pasando los días, ya te haces con el menor y lo conoces, pero educativamente son los tutores y los centros educativos los que te dicen cómo intervenir con ese pequeño”.
“Entonces, contacto directo en todo momento. Hemos llegado a desarrollar exámenes si le pillan un niño hospitalizado en plena evaluación, siempre y cuando su enfermedad lo permita, siempre y cuando el niño no esté grave, no tenga fiebre y pueda llevar a cabo el desarrollo de los contenidos”, detalla.
Personal capacitado
Sobre las condiciones o requisitos que son necesarios cumplir para convertirse en voluntario de este proyecto, la integrante del Departamento de Formación de Cruz Roja y responsable del proyecto Atención Educativa a Infancia Hospitalaria, SAEIH, explica que “cualquier persona que desee participar como voluntario en este proyecto debe “en primer lugar, ser voluntario es decir, permanecer en Cruz Roja, estar en la institución, y tener una formación básica institucional, que es una formación mínima que se le da a todo voluntario y después, una formación de unos 15 días de animador hospitalario, en la cual se le va a dar una mínima base de intervención educativa para que puedan intervenir con este tipo de colectivo.
Se le va a contextualizar un poco en esta formación sobre lo que es el ámbito hospitalario y lo desagradable que es para muchos niños la experiencia traumática en función de las edades de una hospitalización, también en función de la enfermedad. Entonces, se va a hacer un estudio del desarrollo evolutivo del niño, porque estos voluntarios tienen que saber que no es lo mismo intervenir educativamente con un niño de un año que con un niño de 13 o 14. Entonces, se les trata de hacer una formación básica y general que tengan claro cómo se interviene con la primera infancia, cómo se interviene con niños de 3 a 6 años, o de 7 a 11, o de 12 a 14, o a 16”.
Colaboración hospitalaria
Sandra refiere que la labor que realizan la hacen de la mano del personal del hospital que colabora activamente para que los proyectos se desarrollen de la mejor manera posible y se alcancen los objetivos de la manera más exitosa.
“En el hospital tenemos siempre el contacto directo con el enfermero o con el doctor, que nos aconseja siempre en cada ingreso que hacen, siempre tenemos una entrevista previa antes de intervenir con estos niños y a estos voluntarios les dice el doctor ‘mira, este niño puede, este niño tiene tal limitación, este niño mejor que...’ Entonces, siempre tenemos, aparte de la mínima experiencia y el mínimo conocimiento que tienen estos voluntarios, estos enfermeros y estos doctores siempre nos orientan cómo trabajar con ellos”.

La satisfacción del deber cumplido
Preguntada sobre el componente humano de su labor, lo que siente al realizarla, esta maestra de vocación innegable señala que “no se podría expresar con palabra, porque es, como digo yo, la satisfacción del deber cumplido. Estos pequeños que están sometidos a pruebas diagnósticas, que nada más que ven en batas blancas, que lo pasan mal porque en función de la edad, pues llegas a una experiencia traumática. Cuando nos ven con los chalecos rojos, con un montón de material, de actividades, con alegría, pues la verdad es que no sé cómo expresarlo, no se puede expresar con palabras, es que le das vida a esos niños, los sacas de esa habitación, de esas pruebas diagnósticas, los sacas un poco de esa rutina tan fea que tienen que vivir por su periodo de enfermedad”.
“Entonces, imagínate, están deseando que llegue y abra la guardería para salir de su habitación, irse a la guardería. A veces no quieren parar ni para comer o les dan el alta y no se quieren ir a casa. Hace dos meses tuvimos un niño, el doctor le estaba dando el alta y él decía que no se quería ir. Me miraba la madre y me decía ‘madre mía, no puede ser verdad’ que el niño que está en un hospital no se quiera ahí, pero es porque es que hacemos bien nuestro trabajo, manejan todo tipo de materiales, pintan, dibujan, colorean, recortan, hacemos proyectitos educativos, de juegos aparte de su tarea educativa”.
“Muchas veces se los ve en la puerta de la guardería, esperando, haciendo cola, esperando que abra. Entiéndeme, sí, es fundamental. Por eso creíamos que era urgente y con tan solo dos voluntarios hemos tenido que poner este proyecto de animación hospitalaria, porque al acabar el otro proyecto no podíamos dejar todo el verano sin atender a estos niños".