Dando la cara siempre

El Faro y El Pueblo de Ceuta. Dos medios de comunicación comprometidos con Ceuta, porque el compromiso real va mucho más allá de declaraciones de derechos y se demuestra con hechos.
Parecía una quimera defender el papel frente al mundo digital, pero las máquinas no transmiten emociones y sin ellas el ser humano se deshumaniza. Un periódico debe entrar por todos los sentidos, debe ser el resultado de una ilusión compartida, en la que quien cree invierte su patrimonio y no se conforma con una simple retribución, porque busca mejorar constantemente, mejorar la calidad, la calidad del papel, de la maquetación, del color, de la fotografía, de los contenidos en definitiva, sean noticias, opiniones o cultura en el sentido amplio de la palabra. Pero no sólo por razones estéticas, sino por respeto a la sociedad en la que opera.
El respeto al que recibe la información, impide que un medio de comunicación serio, se presente ante los lectores con un trabajo escamoteando esfuerzos, calidad e información veraz y contrastada. No es lo mismo reproducir informaciones generadas por otros, que invertir para entregar un producto original, riguroso, que no se nutre de confidencias de incierta procedencia. Un periódico influyente, lo es en definitiva, porque pone lo mejor de la profesión, de la tecnología y de la cuenta corriente, al servicio de una vocación.
La nueva imagen corporativa y los nuevos contenidos de El Faro y de El Pueblo, son la mejor prueba de su apuesta continua por hacer más libres a los ceutíes, porque no hay verdadera libertad sin hacer de la verdad el único objetivo irrenunciable.
No era fácil iniciar una travesía tan difícil y menos aún mantener el rumbo durante décadas. Los que critican el apoyo del Gobierno de Ceuta a los medios de comunicación serios, deberían preguntar a los editores pioneros de la comunicación cuánto han invertido en llegar hasta aquí y luego mirar a ver si están dispuestos a hacer lo mismo.