El voto que ama la libertad, el diálogo y el progreso permitirá gobernar
En la película de José Luis Cuerda “El lenguaje de las mariposas” hay una escena en la que interviene el maestro de un pueblo, se jubila y dirige unas palabras a los asistentes en el acto de su despedida. Para mi, las palabras más importantes de la película son éstas: “De algo estoy seguro, si conseguimos que una generación, una sola generación crezca libre en España, ya nadie les podrá arrancar nunca la libertad. Nadie les podrá robar ese tesoro…”
En la campaña electoral reciente hubo muchas encuestas y pronósticos, aseveraciones de ciertos medios y participantes en debates que aseguraban un resultado, pero quizá no contaban con el pensamiento de la ciudadanía que veía peligrar la libertad y el futuro.Sólo había una posibilidad de evitarlo para ellos, el voto libre y soberano que tiene sentido y un valor determinante en una democracia. Es una sorpresa lo que ha sucedido, sin embargo, no es tan difícil de entender porque estaba en juego la libertad. Además, diversos factores recientes y de nuestra historia incidían en lo que podía suceder con otras cifras que arrojaran las urnas.
Afortunadamente somos ya un país que gracias a la democracia y a la Constitución la ciudadanía recuperó la libertad en el 1978, ahora bien, esa libertad hay que cuidarla, protegerla y defenderla democráticamente cuando puede correr peligro. Hay quienes olvidan permanentemente que España es una sociedad adulta, capaz de pensar y de actuar con criterio para tomar decisiones. Todos tenemos que aprender y evolucionar, no obstante, las mentiras, los insultos, generar odio y displicencia a quienes piensan de otra manera, sólo pueden llevar a descubrir los engaños que pretenden infundirnos quienes demuestran no tener credibilidad y piensan fundamentalmente en sus intereses, no en los del país.
Nadie es más que nadie y algunos se niegan a asumirlo. Es fácil descubrir a quien busca el regate corto del engaño, también es fácil de comprobar si es verdad lo que se dice. Sólo hay que valorar sus hechos y la mirada suele decir mucho. Con el respeto y con la verdad por delante se consigue más y se llega a todos los lugares.
El autoritarismo, el pasado franquista que pretendía ser protagonista en el próximo Gobierno conservador, las experiencias de quienes lo vivieron antes de la democracia, los familiares de quienes lo padecieron y fueron perseguidos, aunque muchos ya no viven están ahí. No es condenar a toda la derecha; pero sus dirigentes han sido víctimas de la ultraderecha y se han visto arrastrados en sus acuerdos, a la censura involucionista, el negacionismo del cambio climático y de la falta de condena de la violencia de género, también fueron contarios a las vacunas algo que se ha recordado. Ante lo anterior no se puede ocultar que gracias al beneplácito del PP esa extrema derecha ha pasado a ocupar puestos en las instituciones. Ha ocurrido en Castilla y León, Valencia, Extremadura…
Lo anterior y las mentiras de Feijóo queriendo demostrar lo que no fue cierto, pues en los gobiernos anteriores de derechas no se revalorizó el IPC de las pensiones y éste no tiene clara su posición al respecto; las negaciones de la buena evolución económica y del empleo( en el segundo trimestre el paro ha bajado de los 3 millones y con un 11,6 % de tasa de paro; con más de 600.000 ocupados y el incremento de 100.000 autónomos); apostar por el partido más votado cuando ellos no lo han cumplido en Extremadura, en Valladolid, en precedentes procesos electorales de Madrid, Andalucía, Castilla y León ytambién en la Diputación de Ciudad Real…; despreciar los beneficios de la reserva ibérica…; por eso Feijóo se encuentra sólo y aunque ha obtenido más votos ha fracasado en sus expectativas, algo que incluso él reconoce
El bloque democrático y progresista y muchos ciudadanos han respirado con alivio después del 23 J. En España no corre peligro la unidad de nuestro país, en los últimos 4 años el presidente del Gobierno en funciones y el Gobierno de coalición apostaron por el diálogo, Cataluña ha dejado de ser la portada de los periódicos por movimientos de inestabilidad en las calles, está mucho mejor que cuando la dejó el señor Rajoy. La fuerza política con mejores resultados en Cataluña y que aleja la amenaza independentista es el PSC. También en el País Vasco el ganador en votos ha sido el Partido Socialista. El diálogo ha sido fundamental, hay que seguir dialogando porque ha ofrecido resultados verificables en el ámbito económico con los agentes sociales, la estabilidad no corre peligro y el marco legal y constitucional ni se ha vulnerado ni se va a transgredir. Y fuerzas políticas que tienen plena legalidad democrática han favorecido acuerdos que han beneficiado a las clases medias y trabajadoras. Otros han pretendido hablar de Sanchismo y pensar en derogaciones o contaminar con la ofensa de “que os voto Chapote”, después quieren presumir de sus éxitos, si quieres que te respeten procura dar ejemplo.
Un futuro de progreso puede continuar siendo posible. El voto que ama la libertad, el diálogo y el progreso ha contribuido a que la prioridad en la vida de nuestro país nos permita que ser felices no sea una quimera, ha vuelto la alegría y la tranquilidad. Se recupera la confianza, la seguridad y la esperanza.
Europa también respira mejor y España está dando una lección para el mundo, este país moderno y democrático que está siendo ejemplo en este siglo XXI. Aquí no sobra nadie sea la opción que se haya votado, la opción conservadora no tiene mayoría para gobernar según la Constitución, los intereses de España seguirán alcanzándose; pero con el destierro de la agresividad, la prepotencia y prevaleciendo siempre el respeto, sin volver atrás. Con estabilidad, moderación y el respeto a la diversidad.
La cultura libre y sin censura no correrá peligro, la educación y la formación seguirá proporcionando recursos a los jóvenes, al mundo del trabajo y para que la igualdad se imponga al margen del origen social. Estamos a más de 80 años de cuando a una generación le arrebataron la libertad. Ahora, el maestro que se comentó al principio sería feliz, porque una generación que ha vivido la libertad ha conseguido que no se la arrebaten.
La democracia, la Constitución y la política sí valen y la ciudadanía es bueno que siga asumiendo más protagonismo.