COLABORACIÓN
La saga de los García Conde (Parte segunda y última)
            José María Fortes Castillo
La mayoría de los ceutíes, estamos orgullosos de las bellas murallas que adornan lo que en tiempos pretéritos se dio a conocer como el “Frente de Tierra”, zona por entonces muy hostil y peligrosa, dado que en ella se entablaron grandes combates y fue mucha la sangre derramada por unos que la pretendían conquistar, y otros tratando de defenderla. ¿Pero sabemos algo sobre su construcción y los motivos que indujeron a ello? Probablemente solo unos pocos, lo que motiva que me ponga delante del ordenador y dé a conocer a mis paisanos, el ligero conocimiento que poseo sobre ellas, de modo que, al conocerlas mejor, sirva también para amarlas más y sobre todo cuidarlas, dado que es parte importante de nuestro patrimonio y pasado más reciente.
Las Murallas Reales, es decir, los baluartes de los Mallorquines, de la Bandera, lienzo que la une con la Coraza Alta, Coraza Baja más el espigón de la Ribera y el foso Real, se construye entre los años 1541 y 1549 bajo la corona portuguesa de Joao III. Estas defensas se construyen ante el temor de un ataque a Ceuta por parte del corsario turco Barbarroja, sabedor este de que las murallas de Ceuta, databan de la época bizantina y por entonces eran obsoletas. Joao III, cuñado de Carlos I de España, solicita a este la colaboración del ingeniero militar español Miguel de Arruda que a la postre, es el responsable técnico de tan maravillosa obra.
Posteriormente, se construyen los semibaluartes de San Pedro, Santa Ana y la cortina que los une, que llamamos el hornabeque de la Valenciana. (No he logrado saber a qué se debe el nombre de “la Valenciana”.
Todas estas fortificaciones son de época española y se construyeron en la primera mitad del siglo XVIII bajo la dirección del ingeniero militar español Don Pedro Borrás.
A partir de entonces numerosos ingenieros militares realizaron obras de fortificación en Ceuta durante todo el siglo XVIII:
Juan Laferriere (1720-21), que realizó los planos del frente de tierra.
Jorge Próspero de Verboom (1723), que realizó los planos del revellín de San Ignacio y proyectó el ángulo de San Pablo.
Isidro Próspero de Verboom (1722-23), que hizo los planos del frente de la plaza.
Diego Bordick (1722-30), que hizo un proyecto general de fortificación para la plaza.
Miguel Sánchez Taramas (1729-35), que hizo numerosas obras, proyectos y planos, entre los que se encuentran un puente en la puerta y foso de la plaza, la muralla que mira al mar, de las fortificaciones que "miran al Campo del Moro" y la muralla principal con su hornabeque.
José Reynaldo (1733), que realizó diversos planos del frente de Tierra.
Diego Cardoso (1730-38), que realizó planos del frente principal de la plaza, fortificaciones de la plaza de armas, con las nuevas lenguas de Sierpe y reducto en construcción y de la luneta de San Jorge.
Lorenzo de Solís (1735-43), que realizó planos de frente principal con proyecto de su galería magistral, de los baluartes de San Pedro y San Sebastián, de las murallas de Almina y Norte, de los "Tambores" ideados para las puertas de la Sangre y del espigón de Nuestra Señora de África, y planos del baluarte de San Sebastián y del cuerpo de Guardia de la puerta de Almina.
Agustín Ibañez (1750), que realizó planos del baluarte de Lengua de Sierpe.
Juan Bautista Gastón y Fresne (1753-54), que realizó planos del baluarte de San Sebastián.
Esteban Panón (1755-65), que realizó planos del frente "que mira a la Almina", de la luneta de San Luis en las obras exteriores de la plaza, diversos planos de las murallas de Ceuta para su reparación, así como de numerosos cuarteles, planos de 21 bóvedas de la Muralla Real y planos de una batería de tres cañones.
Francisco Horta y Arcos (1792-97), que realizó planos del Hospital Real, del frente de fortificación entre los baluartes de San José, San Carlos hasta Fuente Caballo y planos del fuerte del Sarchal.
En el siglo XX a consecuencia del desarrollo urbanístico se demolieron parte de estas fortificaciones en la zona denominada «Puertas del Campo». Así, desaparecieron el antiguo foso de San Felipe con su puente levadizo y su monumental Primera puerta, el Albacar, las Puertas del Campo, parte del Baluarte de San Pedro, la Contraguardia de Santiago, el Espigón de Nuestra Señora de África y las Lunetas de San Jorge, San Felipe, de la Reina y de San Luis.
            En el año 1941 y con motivo de celebrar las fiestas patronales, se tomó la “sabia” decisión, de derribar la falsa braga que existía y se extendía entre los orejones de los semibaluartes de San Pedro y Santa Ana, como podemos comprobar en la foto adjunta.
También te puede interesar
COLABORACIÓN
La saga de los García Conde (Parte segunda y última)
SHINBONE STAR
Llamémosle equis
UNA SEMANA DE RADIO LOCAL
Más de Uno Ceuta
Lo último