Una reunión de activistas musulmanes en la Estación del Ferrocarril
Jóvenes con diferentes proyectos y pertenecientes a varias iniciativas han puesto sobre la mesa sus puntos de vista sobre temas que preocupan en el tejido social ceutí. Se enmarca dentro del proyecto de investigación y transferencia “Asociacionismo e iniciativas ciudadanas de la juventud musulmana de Ceuta”

El investigador Rafa Camarero esperaba sentado con su libreta a que comenzara el acto en una de las salas del Centro Cultural Estación del Ferrocarril. Los jóvenes musulmanes iban llegando minutos antes de las 18:30 con proyectos e iniciativas y ganas de expresar sus preocupaciones con respecto a la sociedad musulmana de la ciudad autónoma. Eran Abdellah Abdellah, Suhail Tarhawi, Fatima Sohora y Hanan Salah. Ellos, moderados por la periodista Sara Abdelkader, serán los que arrojarán luz a la investigación de Camarero “Asociacionismo e iniciativas ciudadanas de la juventud musulmana de Ceuta” financiado por el Instituto de Estudios Ceutíes. Sus resultados, explica Camarero, estarán a final de año.
“Una de las primeras observaciones o conclusiones preliminares que podemos ver es que la juventud musulmana ceutí es muy activa, está en un momento donde hay mucha actividad y es muy diversa y ocupa espacios muy diversos”, explicaba Camarero minutos antes de que comenzara la mesa redonda. El investigador incidía en que hay muchos tipos de iniciativas, algunas enfocadas en la vida en los barrios, otras más dirigidas a la incidencia política. “Diversidad y ganas de participar”, resumía.
Los principales problemas que ha escuchado Camarero durante sus reuniones con las diferentes asociaciones están relacionados con la exclusión social, la segregación, la falta de oportunidades o el fracaso escolar, como luego expusieron los ponentes. El proyecto, explica el experto, se realizó de forma similar en la península y se cerró en diciembre del año pasado. “Dejamos fuera a Ceuta y a Melilla porque entendíamos que no tienen nada que ver a nivel histórico o sociodemográfico. La juventud musulmana ceutí es distinta a la de la península”, apostilló.
Suhail Tarhawi era el primero en explicarse. Es el secretario de la Asociación de Vecinos Sidi Embarek, el barrio periférico de mayoría musulmana. Su proyecto principal tanto ahora como todos estos años, argumentaba, ha sido siempre unir a los vecinos. “Dotar a la barriada de sus necesidades y hacer actividades en comunidad. Juntos podemos cambiar las cosas”.

La siguiente en intervenir fue Hanan Salah, trabajadora en la cocina del comedor social de la Organización Luna Blanca, que tiene su sede bajo la mezquita de Sidi Embarek. La joven hacía hincapié en varios puntos importantes que tienen desde la ONG. “Nuestro objetivo es la implicación juvenil”, comentaba. Por un lado Salah habló de un proyecto de educar en la no violencia en los barrios más desfavorecidos de Ceuta. “Que no se les ignore. Que se les de herramientas”, afirmó. Por otro lado, desgranó un proyecto ya en funcionamiento de reparto a domicilio de comida para personas con movilidad reducida.
Aspecto político y de justicia
Fatima Sohora forma parte de las juventudes del partido localista Ceuta Ya! Abdellah Abdellah es miembro de la Plataforma Unidad Contra la Inusticia. La primera insistió en la necesidad de talleres de formación política. “El cambio está en nosotros”, afirmó, incidiendo en la necesidad de una juventud musulmana con formación e implicación política para conseguir los objetivos. También achacó a la ciudad las desigualdades de la población musulmana. “Aquí se habla mucho de multiculturalidad, pero aquí en Ceuta es más que cuestionable”, dijo tajante.
Abdellah fue uno de los más concretos, poniendo ejemplos de las dificultades que se encuentra día a día la juventud musulmana. El joven vivió una temporada en Londres, ciudad en la que, aseguraba, fue donde experimentó el cambio en su mentalidad al ver el desarrollo en materia cultural que existía. “Nuestro proyecto es que una mujer con hijab llegue a Zara a entregar el currículum y tenga la oportunidad de trabajar. Que una persona que se llame Juan y otra que se llame Mohamed tengan las mismas oportunidades”, sostuvo. Desde la plataforma a la que pertenece, contó, se encargan de denunciar este tipo de injusticias e intentar conseguir más equidad. El joven concluyó argumentando que el fallo es político.
Después de estas exposiciones hubo un “acalorado” debate entre los presentes a raíz de cuestiones polémicas como que a la población musulmana no se le anima desde joven desde los centros a estudiar en universidades o que la juventud que profesa ese tipo de religión en Ceuta está “rendida”.