El HUCE cuenta con una sala de hemodiálisis "equipada" para funcionar, pero el INGESA dice "no"

SANIDAD

Francisco Sierra, nefrólogo del hospital, fue instado en 2018 por la dirección a poner a punto la maquinaria, que permanece inutilizada desde que fuera adquirida en 2010

Francisco Sierra posando en su despacho para una entrevista de El Pueblo en 2019. / FOTO E.P.
Francisco Sierra posando en su despacho para una entrevista de El Pueblo en 2019. / FOTO E.P.

"Ahora mismo tenemos ingresada a una abuela con 90 años que tiene que dializarse. La trasladan cada dos días al centro externo en ambulancia. Es capaz de morirse por el camino", confiesa Francisco Sierra, el más veterano de la Unidad de Nefrología del Hospital Universitario de Ceuta (HUCE). Los tres nefrólogos con los que cuenta el sistema sanitario público de Ceuta esperan que las dos habitaciones "perfectamente equipadas para realizar la diálisis" se ponga en funcionamiento para los pacientes ingresados en estado crítico. El mensaje ha sido transmitido a la dirección del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) "al menos dos o tres veces en los últimos meses". "Al principio la respuesta era más light, ahora directamente es que no".

El servicio de hemodiálisis en Ceuta se encuentra subcontratado a empresas externas al HUCE. Actualmente, desde 2020, a `RTS Servicios de Diálisis´, ubicándose su centro físico en la Rampa de Abastos. Todos los pacientes con insuficiencia renal, cuyo riñón ha dejado de realizar su función al completo y que necesitan de maquinarias para el correcto filtrado de las toxinas y el agua en sangre, deben trasladarse hasta el centro periférico de diálisis. Unos lo hacen cada dos días, otros con menos frecuencia. El "riesgo" para el doctor Sierra reside en aquellos usuarios ingresados en el hospital, que para someterse a sus tratamientos de hemodiálisis son forzados a subir a una ambulancia recorriendo los 6,3 kilómetros que separan el HUCE de `Rts Servicios de Diálisis´.

Centro externo de Diálisis de Ceuta. / FOTO E.P.
Centro externo de Diálisis de Ceuta. / FOTO E.P.

Los nefrólogos del HUCE, explica el doctor Sierra, no pretenden asumir la carga completa del centro externo, "no es necesario". Solo buscan atender a los pacientes ingresados, "el que tiene una pierna rota o un boquete en la barriga, que habitualmente son muy mayores, con una fragilidad tremenda". En lugar de obligarles a abandonar el hospital y subirlos a un vehículo pretenden "que, por la dignidad de esa persona, sea dializada dentro".

El facultativo admite no entender los motivos por los que el INGESA se niega a permitirles la puesta en marcha de la sala. "La inversión en recursos materiales ya está hecha", afirma, añadiendo que desde hace unos años el HUCE cuenta con dos salas en la segunda planta "con todos los aparatos dispuestos". Y, garantiza, también gozan de los recursos humanos. "Una unidad de diálisis no funciona solo porque haya un nefrólogo. Necesita un enfermero que sepa hacer la técnica, incluso un auxiliar que te ayude. Y tenemos ambas cosas".

"Nos están diciendo desde la dirección que uno de los tres se tiene que ir a otro sitio porque sobra"

En la actualidad son tres profesionales a cargo de un servicio "sin listas de espera", por lo que la nueva tarea no supondría dejar de lado el resto. Al contrario, garantiza que si les permitieran el uso de la unidad dejarían de insinuarles que uno de los tres "sobra". "Nos están diciendo desde la dirección que uno de los tres se tiene que ir a otro sitio porque sobra", confiesa. Sierra no tiene miedo, se encuentra en período de prórroga de jubilación, a ocho meses de que concluya. "Si me tengo que retirar yo, me retiro. Me voy a Medicina Interna y los otros dos se quedan en Nefro. No deberían prescindir de ninguno, son muy válidos". Reconoce que en la actualidad uno de los tres se ve obligado a asumir una menor carga de trabajo, "pero si hubiera una unidad de diálisis habría trabajo de más para los tres". Y lo sabe por experiencia.

Durante unos meses, en 2016, la maquinaria, que el mismo Sierra inauguró en 2010, estuvo en uso. Se encontraba, como ahora, en la segunda planta del HUCE. Por aquel entonces, Francisco Sierra era el único nefrólogo del hospital, por lo que el volumen de pacientes a los que pudo atender fue reducido, pero era un comienzo. No duró demasiado. "El gerente de aquel momento se cabreó muchísimo y yo no pude más que retirarme".

Una sala con historia

Natural de Cádiz, el doctor Sierra desembarcó en Ceuta por primera vez en el año 2006. El servicio hospitalario se ofrecía entonces en el antiguo Hospital de la Cruz Roja. Reconoce el profesional que aquel edificio carecía de espacio suficiente para contar con una habitación dedicada a la Hemodiálisis. Pero en 2010 se inauguró el nuevo Hospital Universitario de Ceuta. Unos meses antes de abrirse, el gaditano fue invitado "a recepcionar unas máquinas de diálisis que habían recibido". Al acudir para comprobar el estado en el que se encontraban los aparatos se topó con "una unidad de diálisis construida", a falta de algunos detalles. Faltaban las bombas de agua necesarias para prestar el servicio. Al preguntar por su paradero narra que le respondieron: "Un hospital se proyecta tal año, pero hasta que no se concluye pueden pasar varios. Los proyectos cambian. Finalmente no haremos una unidad de diálisis aquí".

Francisco Sierra posando en su despacho para una entrevista de El Pueblo en 2019. / FOTO E.P.
Francisco Sierra posando en su despacho para una entrevista de El Pueblo en 2019. / FOTO E.P.

"¡Pero estaba prácticamente hecha! Solo había que adaptarla e incluir algunas máquinas", explica Sierra. Ya entre 2016 y 2017, desde la dirección del INGESA volvieron a darle esperanzas. Recuerda a una médica que entró a formar parte del equipo directivo y que se propuso poner en marcha la unidad. "Contra viento y marea logró que una de las habitaciones de la segunda planta se utilizara para ello. De hecho, las máquinas siguen allí". Se trataba del equipo previo al dirigido por Jesús Lopera, cuyo antecesor fue Fernando Pérez Padilla, con la gerencia asumida por Justo Ostalé.

La unidad se cerró al transcurso de "tres o cuatro meses". Narra que la gerencia de aquel momento "se cabreó muchísimo por un supuesto mal uso de aquello". "Me gritó, se portó muy mal, y yo no pude más que retirarme. No tenía a nadie que me acompañara. Todo su equipo iba contra mí". Él era el único nefrólogo del hospital en aquellos años. Su trabajo estuvo apoyado por enfermeras y auxiliares que sabían "hacer la técnica". "Se llamó a una enfermera que lo aceptó, pero el hecho de tener que llamarla molestó a la gerencia". Rememora que lo llamaron "de forma muy violenta" para decirle que "se acabó", "que en el hospital no existía ninguna unidad de diálisis".

La actual dirección

Recuerda que el actual director territorial, a su entrada en 2018, "dijo que tenía que haber dos nefrólogos y que una unidad de diálisis se iba a abrir en el hospital". Se contrató entonces a uno de sus dos compañeros, siendo ambos testigo de que les pidieron "preparar las máquinas, hacerles un limpiado de órdago". "Fuimos avanzando, preparándolo todo, pero llegó la pandemia. Nos pidieron información sobre cómo nos íbamos a organizar. Dijimos que lo haríamos por las mañanas y solo para las personas ingresadas".

"Las últimas palabras" que ha oído de la dirección referente a este asunto "es que no se va a hacer", aunque las máquinas están "arregladas y limpias"

"Y luego ya se pusieron a montar la unidad de Hemodinámica, la resonancia magnética y demás, y se dejó lo nuestro". Afirma el doctor que "las últimas palabras" que ha oído de la dirección referente a este asunto "es que no se va a hacer", aunque las máquinas están "arregladas y limpias". En 2018, el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC), tras hablar con el director territorial del INGESA, Jesús Lopera, acerca de la necesidad de habilitar la unidad de hemodiálisis del HUCE, afirmaron lo siguiente: "Nos ha asegurado que el servicio se volverá a dar en breve".

Hace un año, Francisco Sierra tuvo que ausentarse durante unos meses por motivos de salud. "Justo en ese momento", relata, un nefrólogo había contactado con los dos especialistas del HUCE. Le fue informado que las dos plazas ya estaban cubiertas, que debía esperar a que Sierra se jubilara. La jubilación le llegó en noviembre de 2023, aunque pidió una prórroga que finalizará en ocho meses. El médico veterano le propuso al solicitante que se trasladara a Ceuta para trabajar en Urgencias mientras la plaza de la especialidad quedaba libre. No sabe "si lo hizo a posta o era adivino", bromea, "pero llegó dos días antes de que yo me diera de baja". Y entró en la unidad de Nefrología sustituyendo al doctor Sierra. Cuando este último se reincorporó, el INGESA decidió mantenerlos a los tres.

Desde entonces les trasladan que "no salen las cuentas". Reconoce que no hay suficiente trabajo para los tres, y que uno de ellos es forzado a estar a medio gas. Todo porque la unidad de diálisis continúa sin ponerse en marcha. Sean o no demasiados, pueden presumir, al menos, según afirma Sierra, de un correcto funcionamiento del servicio. "Hoy pides una cita con el nefrólogo y te la dan para mañana. En cambio, pides cita para el médico de cabecera y te la dan para una semana. También hay especialidades con 6 meses de listas, pero nosotros no". Y eso "garantiza una buena asistencia al paciente". Incluso sin Hemodiálisis.

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