Marruecos incrementa todavía más las trabas contra los trabajadores transfronterizos
SOCIEDAD
El país vecino no está aceptando los visados que expide el consulado español en Tetuán para que, en su mayoría empleadas del hogar, vengan a Ceuta a trabajar

Una traba más de Marruecos a Ceuta está afectando ahora a las trabajadoras transfronterizas. Desde hace algo más de un mes, el país vecino no está aceptando los visados que expide el consulado español en Tetuán para que los futuros empleados, ya con contrato y en su mayoría mujeres que limpian casas, puedan venir a España para darse de alta en la Seguridad Social y comenzar su relación laboral. Desde el colegio oficial de Graduados Sociales de Cádiz y Ceuta ya alertaron a la delegación del Gobierno, que aseguró que revertir la situación sólo depende del otro lado de la frontera.
Nadie conoce el argumento por el que Marruecos ahora no está aceptando los visados que se les dan a los empleados transfronterizos después de décadas sin problemas. El trámite para conseguir las autorizaciones de trabajo de estas personas es simple. Cuando se concede el trabajo y ya hay una resolución previa deben ir al consulado de España en Tetuán para conseguir el visado que permita cruzar la frontera.

Una vez en Ceuta, se debe identificar a la persona en la ciudad autónoma a través de sus huellas para comenzar su relación laboral. “Están presentando ese visado en la frontera y las autoridades marroquíes no lo están aceptando caprichosamente. Antes sí se reconocía, pero ahora no. Nadie sabe por qué”, cuenta Javier Casas, delegado del colegio de Graduados Sociales en Ceuta.
Este medio habló con una trabajadora transfronteriza -que prefiere el anonimato-, que actualmente puede acceder a la ciudad autónoma, que confirma que “muchas de sus compañeras han salido perjudicadas” por el nuevo giro de Marruecos. Otra fuente que mantiene contacto asiduo con dichas empleadas también alertó a este diario de la “inesperada” situación.
El problema, explica Casas, no solo perjudica a los futuros empleados transfronterizos. También afecta al empleador. En general, el empresario va a realizar todos los trámites para solicitar la autorización de trabajo. Una vez concedida, hay que pagar unas tasas de algo más de 200 euros. “El trámite siguiente es que venga el trabajador a Ceuta a poner sus huellas para darle de alta. Pero ese es el proceso que no se está pudiendo llevar a cabo”, argumenta. Empleado y empleador salen perdiendo por no poder ejecutar el último paso. El expediente se queda en ‘stand by’, algo que pasa desde hace algo más de un mes.

Los trabajadores y trabajadoras transfronterizos que tenían su autorización anterior a este período están pudiendo entrar sin trabas. El problema afecta a los nuevos futuros empleados en una zona, la parte marroquí que colinda con la ciudad autónoma, donde el paro arrasa. Poco a poco se está fraguando una ‘desvinculación’ de esta área con Ceuta, ambos lugares con fuertes lazos, ya que están pudiendo pasar menos de la mitad de los que accedían hace solo unos meses, según estimaciones.
“No le encontramos justificación. Ahora quieren un visado Schengen, pero la autoridad consular española no los proporciona para esto. Es algo que lleva unos requisitos diferentes que un visado para entrar a Ceuta”, sostiene Casas.
¿Trasfondo político?
Las relaciones inestables entre España y Marruecos estos últimos años hacen pensar que el trasfondo de esta decisión es político a muchos expertos en la materia, incluido Casas. Las continuas dificultades en diferentes ámbitos presagian pocas soluciones a corto plazo.
La aduana con Ceuta fue cerrada algo antes de la pandemia perjudicando a miles de ‘porteadoras’ en lo que en la ciudad autónoma se conocía como comercio ‘informal’. Se comenzó entonces a trabajar en una aduana comercial entre ambos países.
El siete de abril de 2022 el presidente de España, Pedro Sánchez, anunció a ‘bombo y platillo’ la apertura de la tan esperada aduana comercial. La nueva y regulada en Ceuta y la que se reabriría en Melilla -clausurada en 2018- para impulsar el crecimiento económico en ambos enclaves. Meses antes se confirmaba el cambio histórico del país con respecto al Sáhara en un giro inesperado de Sánchez tras 40 años de equilibrio en las relaciones entre el Gobierno español, Marruecos y Argelia.

A pesar de las aparentes ‘buenas noticias’ los obstáculos de Marruecos a España no han cesado. Las aduanas no se han abierto. Las autoridades del país vecino, en varias ocasiones, se han aferrado a ‘fallos técnicos’ para argumentar una decisión que ha dañado la economía de ambas ciudades autónomas, Ceuta y Melilla.
Por otro lado, en los últimos meses, sobre todo en Ceuta, se ha podido ver un ‘reguero’ de entradas de migrantes desde Marruecos, que mostraba una aparente ‘pasividad’ en las fronteras de Benzú y El Tarajal, tanto por parte de las autoridades marítimas como las terrestres. Los datos están ahí. Más de 730 personas accedieron a la ciudad autónoma de forma ilegal desde que comenzó el año 2024, según datos del Ministerio del Interior.
El último movimiento inesperado de Marruecos es el de no reconocer el visado que se expide desde el consulado de España en Tetuán para que los nuevos trabajadores y trabajadoras transfronterizos puedan ir y venir sin restricciones a diario. Un giro imprevisible, pero que no sorprende al ser Ceuta para Marruecos “una ciudad ocupada”, como ya han afirmado desde la monarquía alauí en reiteradas ocasiones.