Mané Castillo, el sevillano que llegó “a ciegas” e hizo de Ceuta su hogar
SOCIEDAD
Este joven aterrizó en la ciudad autónoma hace dos años, sin conocer absolutamente nada ni a nadie. Una serie de aventuras y un crecimiento personal han hecho que Mané sienta Ceuta como su casa, su lugar de refugio, del que, desgraciadamente, tendrá que partir el próximo 30 de mayo…

Como toda historia, cada relato tiene su principio y su final. Una serie de peripecias y aventuras que enriquecen el nudo de la obra y conllevan a un desenlace, a veces bonito; otras, trágico y en algunos casos, agridulce, como en este.
Ahora bien, adentrémonos en el caleidoscópico mundo del joven sevillano Mané Castillo. Nos tenemos que remontar a febrero de 2022, cuando Castillo se encontraba trabajando en un Sprinter en Sevilla, teniendo por aquel entonces 26 años. “Me comentaron que estaban interesados en abrir un Sprinter en Ceuta y querían a alguien con experiencia. Yo llevaba 8 años trabajando en la empresa por lo que me propusieron la idea de venir a Ceuta y empezar con esta tienda de 0”, “acepté”. Así empezó todo.
La realidad es que nuestro protagonista no conocía absolutamente nada de la ciudad autónoma, solo había escuchado hablar de ella acerca de lo que muchas veces “se vende” de la misma, noticias no del todo buenas. “Ceuta tiene muchos prejuicios si no la conoces, parece que vas a ir a un país tercermundista, pero cuando llegas aquí te llevas un golpe de realidad, es algo totalmente diferente a lo que tú pensabas que era”, estas son las palabras de un chico al que Ceuta le ha cambiado la vida completamente.

Llegada a Ceuta
Tras aceptar el puesto, Mané no era consciente de todo lo que el futuro le aguardaba. “Llegué a Ceuta de 0, solo conocía a una persona que venía conmigo de Sevilla para trabajar”, subraya, apostillando que “no sabía dónde se metía, ni con quién”. El sevillano recuerda que cuando llegó a Ceuta “fue una época dura, a nivel de estrés por la búsqueda de piso, la mudanza, organizarte con el trabajo, adaptarte… tuve que traer toda mi vida de Sevilla aquí, a la aventura”. Pero, después de la tempestad llega la calma y a Mané le sirvió el ser una persona camaleónica y que se adapta muy bien a los cambios.
“Al principio solo me relacionaba con gente del trabajo, todo ambiente laboral, pero poco a poco, conforme me iba haciendo a la ciudad, fui conociendo a más gente y he llegado a formar una familia aquí. No me arrepiento, me alegro de haberme venido porque en dos años que llevo aquí me han pasado tantas cosas que me han hecho evolucionar tanto en lo personal como en lo profesional”, ratifica.
Además del Sprinter, Mané “lleva ejerciendo de entrenador personal seis años”, “me saqué la carrera de nutrición y he hecho varios cursos; mientras trabajaba en el Sprinter me costeaba mis estudios”, y es que a luchador no le gana nadie. Con el paso del tiempo, Castillo llegó a crear su propia asesoría, de forma online, y actualmente, sigue con ello ya que es “un proyecto que le va muy bien, nunca pasa de moda”, “todo el mundo se quiere cuidar, los clientes que tengo son fijos. Me patrocino a través de las redes sociales y por el ‘boca a boca’. Prefiero tener un grupo reducido a tener 300 clientes; yo más de 20-25 clientes no me gustaría tener, yo quiero un trato de calidad”.

Mediante su cuenta de la red social Instagram, @mane_fit, Castillo trabaja con sus clientes, ofreciéndoles ayuda, entrenándoles, brindándoles apoyo… “yo soy la parte objetiva de la persona, al final, un nutricionista o entrenador es como un psicólogo”.
Además de su trabajo en el Sprinter y su negocio a través de las redes como nutricionista, este joven está lleno de sueños y tiene muchos proyectos a largo plazo. “Me encantaría montar mi propio gimnasio o mi propio gabinete, me gustaría dedicarme a lo que llevo toda la vida invirtiendo”, “poco a poco vas escalando y me gusta mucho Sprinter, mi trabajo siempre ha sido de cara al público y el trato con las personas, pero quiero seguir escalando peldaños”, pone de manifiesto.
Siguiendo con la trayectoria de Castillo, llegamos a otro capítulo de la etapa en Ceuta de este joven. Y es que dos años dan para mucho.
Cuando ‘le hicieron el lío’ y acabó siendo Míster Internacional Ceuta
“Llegué un domingo al trabajo, como cualquier otro día y una compañera me comentó que por qué no me presentaba al Certamen de Míster Ceuta, que tenía porte”, cuenta Mané, a lo que él respondió que “no”, “le dije que no me presentaba no porque no me viera capaz sino porque en ese momento no tenía hueco en mi vida para algo más”, “yo soy una persona que tiene cuarenta mil cosas en la cabeza como para dedicarme ahora a esto”, pensó el joven en ese instante.
Pero, a veces, uno no puede controlar lo que ocurre y le suceden cosas inesperadas, motivadas por personas que nos rodean que nos aprecian y nos quieren ver triunfar, como le pasó a Mané. Tras el descanso, se volvió a incorporar al trabajo y le llegó un mensaje al móvil que decía que “al día siguiente, se presentara en el estudio de fotografía, con una camisa blanca, ya que le iban a hacer fotos y una entrevista para el certamen”. Y sí, como se suele decir, su compañera “le hizo el lío”, sin él saberlo, ella mandó sus datos y una foto, postulándole a dicho evento.

Todo salió a pedir de boca, como era de esperar, Castillo pasó la entrevista y acabó desfilando en la gala de Míster Internacional Ceuta. Parece surrealista, ¿no? Las cosas buenas llegan, en determinadas ocasiones, así, sin más, “sin comerlo ni beberlo”.
Una persona que nunca había hecho nada relacionado con el modelaje, cuya primera toma de contacto con un jurado, una pasarela, una sesión de fotos fue en esa gala, acabó siendo primer finalista del certamen. “Me sentí como en casa, la gente pensó que me dedicaba a eso”, reseñó. Al final, en esta vida “hay que echarle morro”.
Lo cierto es que el certamen le abrió muchas puertas que le derivaban a oportunidades de trabajo, “sesiones de foto, pasarelas, desfiles en la Plaza de los Reyes durante la Semana Cultural organizada por la Cámara de Comercio…”, en resumidas cuentas, un sinfín de opciones que, si esa compañera no le hubiera presentado a dicho certamen, nuestro querido sevillano nunca las podría haber llegado a vivir ni tampoco hubiera podido experimentar todo lo que esta gala le trajo consigo.
De hecho, en el mes de agosto se celebrará el siguiente certamen de Míster Internacional Ceuta, donde Castillo formará parte del equipo.

El baile, una gran pasión
Si es que Mané Castillo es toda una caja de sorpresas. Lleva desde los nueve años bailando, dedicado al estilo más urbano, compitiendo hasta los once. Actualmente, lo tiene como un hobby. Es destacable resaltar este aspecto de la vida del sevillano porque, gracias al Certamen de Míster, conoció a mucha gente y un día, una chica le invitó a un evento de bachata, organizado por el conocido y respetado profesor Villatoro, en la Feria de Ceuta del pasado año.
Él acudió y Villatoro, al verle bailar, le empezó a dar clases de baile a partir de septiembre, las cuales ha prolongado hasta día de hoy. “El baile es el único momento del día en el que mi cabeza desconecta, en el que yo me siento a gusto conmigo mismo, se me quitan los problemas, los agobios, las inseguridades… me siento pleno y feliz”, explica. Fíjese como son las cosas que, a raíz del baile, Mané llegó incluso a encontrar el amor, una pareja a la que ama y adora y con la que continúa actualmente.
Lo bueno no dura para siempre
A pesar de estar en un momento muy bueno de su vida, el próximo 30 de mayo será el último día del sevillano en Ceuta. “Vuelvo a mi tierra natal, dejo el Sprinter de Ceuta para volver al de Sevilla” por cuestiones que ha decidido la empresa. “Voy a ver qué me encuentro cuando llegue, porque puede ser que no me encuentre a gusto”, confiesa, “ahora tengo mucho estrés, voy a volver a Sevilla y una vez que esté allí, veré cómo se desarrollan los acontecimientos”.
Pero Mané lo tiene claro, “quiero dejar encajado el capítulo de esta vivencia de dos años en Ceuta, cierro el capítulo, pero le pongo un marcapáginas”. Y es que, él aún no es consciente de todo lo de menos que va a echar a la ciudad autónoma. “Estos dos años se me han pasado volando, si me hubieran contado hace dos años que yo iba a acabar aquí, no me lo hubiera creído”.
“He tenido mis momentos malos y mis momentos buenos, pero el cómputo global es positivo, me ha dado muchas más cosas buenas que malas. De hecho, las malas son en relación a aquellas cosas que te aportan un cambio, ese ajetreo de la mudanza, una zona que no es de confort… he salido del nido, de vivir con mis padres, de dejar todo atrás, no fue fácil, pero si no lo hubiera hecho, no sería quien soy a día de hoy”.
De hecho, tal y como el afirma, “tiene a más gente en Ceuta que en Sevilla”, “Ceuta es mi hogar”. “La ciudad autónoma me lo ha puesto bastante fácil, Ceuta te brinda muchas oportunidades para conocerte a ti mismo, ya que te rompe totalmente los esquemas. La realidad que te encuentras aquí es totalmente diferente a la que tú te habías construido en tu mente”. Castillo considera que ninguna ciudad en la que ha estado, y ha viajado mucho, “le ha aportado lo que Ceuta le ha dado, es un espacio reducido, pero tiene mucho encanto”.

“Se la recomiendo a todo el mundo, plántate aquí y conócela”, desgrana. “Ceuta es como una persona, tú tienes tus propios prejuicios sobre ella, pero hasta que no te plantas y la conoces no vas a saber cómo es realmente”.
Y hasta aquí, las vivencias y andanzas del sevillano que llegó a Ceuta totalmente “de nuevas y a ciegas” y acabó conquistando el territorio y a toda aquella persona que se ponía en su camino, porque él tiene una fuerza imparable y una personalidad arrolladora. El caso de nuestro protagonista demuestra que, si tú te pones tus propios límites, nunca sabrás a dónde podrás llegar, por lo que hay que arriesgarse siempre que nos lo diga nuestro corazón, como le ocurrió a Mané, que ha acabado totalmente embrujado de la Perla del Mediterráneo, de esta peculiar y maravillosa ciudad.
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