La autodestrucción del PSOE de Ceuta

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Uno de los grandes misterios de la política ceutí es la capacidad autodestructiva de PSOE de Ceuta. Lejos de aprender de los errores del pasado, tan abundantes, los socialistas ceutíes parecen haber entrado de nuevo y de lleno en una de estas pugnas internas por dominar el partido.

Si la pérdida de control de su Grupo Parlamentario provocó la dimisión de Juan Gutiérrez como diputado primero y como secretario general del partido después, la incomprensible decisión de la Gestora socialista de votar en contra de la aprobación del segundo expediente de modificación del Presupuesto de la Ciudad —con nocturnidad y alevosía después de abstenerse en Comisión Informativa—, ha hecho volar por los aires al PSOE de Ceuta.

Aunque del Partido Socialista de Pedro Sánchez no se puede esperar otra cosa que hagan lo contrario a lo que prometen y, lo que es peor, a lo que se comprometen en sus pactos, sorprende el viraje de la Gestora ceutí sobre un expediente sin ningún matiz político y un carácter eminentemente social.

No cuelan las explicaciones ofrecidas por la Gestora, capitaneada por Melchor León, sobre que la propia Intervención de la Ciudad ha cuestionado la modificación al entender que se rompía el equilibrio presupuestario. Los socialistas tenían el documento desde hace más de una semana y podían haber exigido los cambios necesarios al Gobierno para dar su apoyo, antes que poner en riesgo entre otras cosas la contratación de unos 350 peones a través de un Plan de Empleo.

En realidad, todo hace indicar que el único y verdadero objetivo de los responsables socialistas ha sido echar un órdago al Gobierno de Vivas y a la gobernabilidad de la Ciudad sin explicación desarrollada, utilizando presiones torticeras, manipuladoras y malintencionadas. ¿Cómo han podido convertirse en este clan Corleone versión Torrente, sin otro proyecto que la defensa de sus intereses personales?

David Hume escribió que “siempre que se escogen los medios se escoge el fin.” Pues bien, si los socialistas ceutíes han escogido consagrarse a la defensa de su propio interés por encima del bien común, han comenzado a escoger también su propio fin.

Porque para transformar un proyecto político legítimo en autodestrucción basta con perder de vista los objetivos de la política y del interés general de la sociedad en la que vivimos. ¿De verdad tumbar la modificación del Presupuesto era lo que más le interesaba a Ceuta? ¿O era lo que le interesa a algunas personas en particular que pronto se sabrán?

La autodestrucción de una gran fuerza política como el PSOE, su demolición inconsciente, es un espectáculo tan irracional que muchos se niegan a creerlo y aún esperan la regeneración interna por algún liderazgo milagroso.

Lo cierto es que en estos momentos el PSOE ceutí no hace otra cosa que precipitarse a toda velocidad por el tobogán del desastre, en dirección a una súbita e inquietante irrelevancia. En su apoteósica caída, a los socialistas no se les observa capacidad de frenada, ni tampoco de reacción, sea cual sea el resultado de tan siniestro capítulo. Malherido o muerto del todo es como seguramente concluirá este vertiginoso salto -o empujón- al vacío por parte de algunos que, irremediablemente, arrastrará no solo a su grupo parlamentario, sino a todo el partido.

Los ciudadanos reclaman transparencia, piden claridad a los políticos, que deben pensar en nuestra ciudad, en lo que le beneficia al conjunto de los vecinos y no solo a alguno de ellos. Los partidos están por encima de los intereses personales.

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