Capitán de Fragata Domingo de Monteverde
La Laguna, Tenerife, 1773 – 1832, San Fernando, Cádiz

El final de la Primera República de Venezuela (1810-1812)
Algunos datos de su Hoja de Servicios. En 1789 sentó en plaza de guardiamarinas. En 1793 obtuvo el ascenso a alférez de fragata, en 1796 alférez de navío. Con esta graduación participó en la batalla del cabo de San Vicente el 14 de febrero de 1797 en la fragata de 34 cañones Paz. Embarcó por primera vez para América en 1801 en la fragata de 40 cañones Sabina, regresando a España en 1804, participó en la batalla de Trafalgar el 21 de octubre de 1805 a bordo del navío de 74 cañones San Ildefonso, dicho navío fue capturado por los ingleses, resultando Monteverde prisionero. Tras incorporarse obtuvo el ascenso a teniente de navío. Intervino en tierra al mando de una batería de artillería en la batalla de la Poza de Santa Isabel entre el 8 y el 14 de junio de 1808 en la bahía de Cádiz, contra la escuadra del almirante francés François Étienne Rosilly-Mesros. El 28 de julio de 1809, durante la guerra contra el francés o guerra de la independencia (1808-1814), en la batalla de Talavera. Por méritos fue nombrado Capitán de Cazadores del Segundo Batallón del Regimiento de Infantería de Marina.
El 18 de mayo de 1810 embarcó con rumbo a Tenerife en el navío de 74 cañones San Lorenzo, de donde zarpó para La Habana y de allí a Puerto Rico. Al desembarcar, se le dio el mando de 150 hombres de la marina. De allí pasó a Coro, Venezuela, donde llegó en marzo de 1812 con 250 hombres.
Dejamos por ahora su hoja de servicios y su destino en América, pasando a sucesos ocurridos en Venezuela a partir del 19 de abril de 1810.
Primera República de Venezuela (1810-1812)
La Primera República de Venezuela tiene su inicio el 19 de abril de 1810, declarándose en Caracas una Junta Suprema que destituye al capitán general de Venezuela, Vicente Emparan y Orbe. Emparan había sustituido en este cargo a Manuel de Guevara Vasconcelos (nacido en Ceuta el 20 de julio de 1739).
Al proclamarse la Primera República de Venezuela, Francisco de Miranda se encontraba en Londres en misión diplomática, Simón Bolívar, López Méndez y Andrés Bello interesaron a Francisco de Miranda para que regresara a Venezuela, llegando este al Puerto de La Guaira el 10 de diciembre de 1810, donde fue recibido con honores. Diez días más tarde fue nombrado teniente general de los Ejércitos de Venezuela.
En Congreso extraordinario se declaró la Independencia el 5 de julio de 1811, a la vez que se redacta la primera Constitución de Hispanoamérica. El 14 de julio se izó la bandera de Venezuela, al parecer diseñada por el propio Miranda, que anteriormente había sido izada en la Vela de Coro el 3 de agosto de 1806.
Entre el 13 de julio y el 14 de agosto hubo rebeliones en Valencia, ya que la ciudad se levantó en armas a favor de Fernando VII. Los independentistas enviaron en primer lugar fuerzas al mando de Rodríguez del Toro y más tarde a Francisco de Miranda. Que vencieron a los rebelados.
El 23 de abril de Miranda fue nombrado dictador por el Triunvirato ejecutivo con el máximo rango de generalísimo con plenos poderes.
“Acaba de nombraros el Poder ejecutivo de la Unión, General en Jefe de las armas de toda la Confederación Venezolana, con absolutas facultades para tomar cuantas providencias juzguéis necesarias a salvar nuestro territorio invadido por los enemigos de la libertad colombiana; y bajo este concepto, no os sujeta ley alguna ni reglamento de los que hasta ahora rigen estas Repúblicas, sino que al contrario, no consultaréis más que la ley suprema de salvar la patria; y a este efecto os delega el Poder de la Unión sus facultades naturales y las extraordinarias que le confirió la representación nacional por decreto de 4 de este mes, bajo vuestra responsabilidad”.
El motivo de recurrir a Miranda fue para parar el levantamiento que preparaba el capitán de fragata, el realista Domingo de Monteverde.
El 2 de mayo de 1812, el generalísimo Miranda nombró al coronel Simón Bolívar, Comandante Político y Militar de Puerto Cabello.
LA RECONQUISTA DE VENEZUELA
Volvemos al capitán de fragata Domingo de Monteverde.
A principio de 1812 se inicia la llamada reconquista de Venezuela, siendo enviado Monteverde con 250 hombres a la provincia de Coro y Siquisique. En esta última ciudad, el 15 de marzo une sus fuerzas a las del indio pro-español Juan de los Reyes, que había liderado la rebelión en Siquisique, por lo que las fuerzas ahora sumaban más de 200 fusileros y 100 flecheros.
Monteverde se adentró al centro del país, entrando en Baragua el día 19, entre diversas ciudades reclutó unos 500 hombres. De allí partió para Carola, a donde llegó el 23, los defensores independentistas eran unos 700, tras un corto combate horas más tarde parte de estos huyeron, quedando en manos de Monteverde 89 prisioneros, más 11 cañones y gran cantidad de munición.
Tres días más tarde, el 26 de marzo de 1812, Jueves Santo, se produjeron dos movimientos sísmicos que casi destruyeron Caracas y Mérida.
Tras el terremoto, Monteverde comenzó su avance hacia Caracas, partiendo para San José, en la llanura de Los Colorados, cerca de San Carlos, con 1.000 infantes y 180 jinetes.
El 2 de abril tomó Barquisimeto y el 18 Araure, ese mismo día partió para San Carlos, que fue ocupada el 25 de abril tras derrotar en Los Colorados al teniente coronel independentista Miguel Ustáriz, el 25 de abril de 1812, este mismo día las fuerzas realistas entran a San Carlos.
En relación con dicha batalla, son elocuentes las palabras del Alférez de Fragata Genaro Ponce (realista), expresadas en un oficio enviado desde San Carlos el 29 de abril al Capitán General de Puerto Rico, documento citado primeramente por Urquinaona y Pardo (p.202, 203) y posteriormente por Gabriel Muñoz:
“...Salimos de ARAURE con 200 hombres de caballería y 400 de infantería para atacar a SAN CARLOS, e hicimos alto en SAN JOSÉ, distante tres cuartos de legua. Allí se trató por donde debía atacarse; pues el río que había que pasar hacía invencible la ciudad. La fuerza de los rebeldes era de 1.300, mandados por Xalon (Jalón), Carabaño y Delgado. El 25 al amanecer avanzamos y nos retiramos con la noticia de las fuerzas triples de los enemigos. A las 12 del mismo día 25 se nos pasaron 8 soldados de caballería enemiga. Entonces divisamos en la ciudad una bandera blanca:
Monteverde mandó a tocar retirada para atacar al día siguiente, cuando llegase el obús y la tropa que esperábamos; pero a las 2 horas vinieron los enemigos a atacarnos creyendo que huíamos; pues cuando nos retiramos tocaron las campanas y brindaron por nuestra derrota. Fueron rechazados por los Corianos (naturales de Coro). Nos apoderamos de su artillería cogiendo 470 prisioneros. El ataque empezó a las tres de la tarde, y quedó en el campo por nosotros que tuvimos 12 soldados muertos, y 9 heridos. Enemigos sobre 200 muertos, 127 heridos. Les hemos cogido todas las municiones, y más de 500 fusiles. Toda la caballería enemiga se nos ha presentado 7 valencianos más...” El 26 de abril, al día siguiente de la batalla, Monteverde le escribe a Cevallos: “...Los derroté completamente,...les hice prisioneros y la batalla duró hasta las siete y media de la noche.
Jamás habrá habido batalla más completamente ganada...los enemigos han sufrido una mortandad horrorosa...” (Literal) (Gabriel Muñoz: Ob. Cit.: p 99). (Tomado de: Venezuela en retrospectiva, Siglo XX venezolano).
Días más tarde, tropas realistas al mando de los pro españoles, el venezolano Juan Antonio Baquero y el fraile Pedro Hernández, atacan a los independentistas en el Morro de Valencia, desalojando a estas fuerzas y tomando Valencia el 3 de mayo de 1812. Miranda, que quería reforzar las defensas en la ciudad con 3.000 soldados, tuvo que retirarse al enterarse de la derrota. El 10 de mayo, el aventurero escocés Gregor MacGregor intentó recuperar el Morro, viéndose también obligado a retirarse.
El segundo de Monteverde, Eusebio Antoñanzas, se adueñó de Calabozo el día 20 de mayo y tres días más tarde de San Juan de Los Morros y Villa del Cura. Miranda se retiró a La Victoria con el fin de librar allí la batalla. Atrincherándose en el desfiladero de La Cabrera. Mientras, un desertor independentista informó a Monteverde de un camino que le llevaría a la retaguardia del enemigo. Al llegarle esta noticia a Miranda, este se retiró a Maracay el 29 de mayo, que abandono el 17 de junio, trasladándose a La Victoria con todas sus fuerzas incluidas las de La Cabrera.
El 20 de junio Monteverde atacó a los independentistas en La Victoria, pero estos rechazaron el ataque, retirándose las fuerzas realistas con bastantes pérdidas. El generalísimo Miranda ordenó el regreso de sus fuerzas a sus cuarteles. Tras reforzar sus trincheras, ordenó que emplazaran 28 piezas de artillería.
Monteverde, que también se había reforzado con tropas llegadas desde Calabozo, lanzó un ataque el 29 de junio en la parte sur de la ciudad. El combate fue durísimo, durando todo el día sin conseguir las fuerzas de Monteverde vencer. Al final de la batalla, sus tropas iniciaron la retirada hacia sus posiciones en San Mateo y las independentistas a La Victoria.
Por Real orden del 27 de junio, Monteverde había obtenido el ascenso a capitán de navío. El 3 de septiembre sería nombrado Capitán General de Venezuela, cargo unido al de Presidente de la Real Audiencia y el 2 de octubre jefe político de la misma.
Desde el 2 de mayo de 1812, Simón Bolívar era el Comandante del Castillo de San Felipe, que como detallamos al principio, había sido nombrado por Miranda.
El 30 de junio de 1812, gran número de presos realistas permanecían en los calabozos de dicho castillo. Este día, el subteniente de milicias de Aragua, Fernández Vinoni, de origen canario, se sublevó junto a los presos españoles, apoderándose de más de 3.000 fusiles y gran cantidad de munición. Desde el castillo bombardearon la ciudad y la rada durante seis días
Simón Bolívar, que se encontraba ausente, fue avisado de la toma del castillo poco antes de que la ciudad fuera bombardeada.
Al tener noticia del levantamiento en el Castillo de San Felipe, Monteverde partió con sus tropas para Puerto Cabello. La ciudad cayó en poder realista el 6 de julio. En el Castillo de San Felipe se encontraban casi todas las armas y municiones de la República.
En La Victoria, Miranda se enteró de la pérdida de Puerto Cabello, durante la cena en la que celebra con sus oficiales el primer aniversario de la independencia. Al percatarse de la gravedad de los hechos, el generalísimo dice en francés a Pedro Gual “Le Venezuela est blessé au cœur” (“Venezuela está herida en el corazón”).
La pérdida del Castillo de San Felipe fue la gran humillación de Bolívar, quien se vio obligado a enviar posteriormente una carta a su superior (Miranda) en la que admitía su culpa y su estupidez y decía sentirse sumamente avergonzado por lo sucedido. No era para menos, pues. San Felipe era la fortificación más destacada del norte del país.
Debido a que la carta es bastante larga, solo adjuntamos el principio de la misma.
“Caracas, 12 de julio de 1812.
Mi general:
Lleno de una especie de vergüenza, me tomo la confianza de dirigir á Ud. el adjunto parte, que apenas es una sombra de lo que realmente ha sucedido. Mi cabeza y mi corazón no están para nada. Así suplico á Ud. me permita un intervalo de poquísimos días para ver si logro reponer mi espíritu en su temple ordinario.
Después de haber perdido la mejor plaza del Estado, cómo no he de estar alocado, mi general?
¡De gracia, no me obligue Ud. á verle la cara! Yo no soy culpable, pero soy desgraciado, y basta.
Soy de Ud. con la mayor consideración y respeto su apasionado súbdito y amigo que B. S. M.
S. Bolívar.
P. D.— Todavía no han llegado aquí los oficiales que vinieron conmigo.
S. Generalísimo D. Francisco Miranda”. (Literal).
El mismo día de la carta de Bolívar a Miranda (12 de julio) Miranda mando una comunicación a Monteverde con la proposición de suspender la guerra, para tratar de asuntos importantes.
Pero tras la caída de Puerto Cabello, el generalísimo Francisco de Miranda no tuvo más remedio que capitular en San Mateo, lo que daba fin a la Primera República de Venezuela. La Capitulación fue firmada por Miranda en San Mateo, el 25 de julio de 1812. No se adjunta.
El 26 de julio Miranda decidió abandonar Venezuela. Ordenando que sus archivos personales fueran puestos a salvo a bordo de un buque inglés. Él embarcaría en el Sapphire.
Entre los días 30 y 31 un grupo de oficiales republicanos opinaron. Que resultaba imperioso apresar a Miranda, desconocer la capitulación e incluso fusilarlo, como era la opinión de Bolívar.
El general republicano Francisco de Miranda es arrestado en la casa del comandante militar del puerto de La Guaira, Manuel María Casas, mientras dormía. Un grupo de oficiales, entre quienes se encontraban el coronel Simón Bolívar, Tomás Montilla, José Mires, Miguel Carabaño y Carlos Soublette lo condujeron detenido al Castillo de San Carlos. Según la tradición, al ser iluminado por la lámpara que llevaba Soublette, el generalísimo exclamó “¡Bochinche, bochinche!”. ¡Este pueblo quiere bochinche! Otra versión afirma que Miranda nada dijo, y acompañó en silencio a los ex compañeros de armas que le detuvieron.
NOTA: Bochinche, tumulto o asonada.
Esta detención no había sido consultada con el poder ejecutivo, que en ese mismo día se encontraba presente en La Guaira. Por lo que muy bien podía ser considerado como un golpe de Estado contra la República.
Miranda fue entregado a Monteverde a cambio de concederle este un pasaporte a Bolívar para poder salir al exilio. Una vez que recibió el pasaporte, partió el 27 de agosto para Curazao, y algo más tarde para Cartagena de Indias, a donde llegó el 14 de noviembre.
Bolívar traicionaba a Miranda y a Venezuela.
Francisco de Miranda, tras ser detenido, fue enviado al Castillo de San Felipe de Puerto Cabello, para más tarde ser desterrado a España y encerrado en el penal de las Cuatro Torres, en La Carraca, San Fernando, Cádiz. Donde falleció el 14 de julio de 1816 a los 66 años de edad.
Tras la victoria de las fuerzas de Domingo Monteverde, hubo una serie de detenciones de personajes importantes de la Primera República, que serían desterrados a Ceuta en el mes de octubre de 1812.
Los presos fueron los siguientes:
José Joaquín Cortés de Madariaga, político, desterrado al presidio de Ceuta.
Juan Germán Roscio, político, desterrado al presidio de Ceuta.
Juan Paz del Castillo y Díaz Padrón, político, desterrado al presidio de Ceuta.
Juan Pablo Ayala, político, desterrado al presidio de Ceuta.
Francisco Isnardi, político, desterrado al presidio de Ceuta.
José Mires, militar, desterrado al presidio de Ceuta.
Manuel Ruiz, militar, desterrado al presidio de Ceuta.
José Barona, paisano, desterrado al presidio de Ceuta.
De estos, Cortés de Madariaga, Juan Germán Roscio, Juan Paz Castillo y Juan Pablo Ayala lograron escapar de Ceuta en febrero de 1814. Huyendo a Gibraltar.
José Mires, militar, también logró escapar el 9 de septiembre de 1817.
Francisco Isnardi, político, Manuel Ruiz, militar, y José Barona, paisano, permanecieron presos en Ceuta hasta que fueron puestos en libertad, durante el Trienio Liberal (1820-1823).
Francisco Isnardi, sobre su estancia en Ceuta y su posterior libertad, lo podemos comprobar en las Memorias de Juan Tupac Amaru, indio peruano, hermano de Tupac Amaru II, desterrado en Ceuta durante 35 años.
Sobre Isnardi, dice Juan Tupac Amaru. Entonces también conocimos con más claridad que no podríamos conseguir nuestra fuga, sino por un desembolso superior a nuestra capacidad; y esta se había empeorado por nuestra larga mansión, y porque el apoderado Francisco Isnardi, para cobrar en Ceuta, aunque había merecido nuestra confianza por haber peleado por la causa de la Independencia de Caracas, pertenecía más a su nación por sus principios que podía por aquel motivo pertenecer a nosotros y a la moral; él se negó haber recibido nada para mí; convencido por el testimonio del mismo tesorero que le dio mis pagas, y después de toda intervención de la autoridad, se quedó con una que desesperé de cobrarla porque vi que le protegía esta misma autoridad en quien el hábito de despreciar los derechos de los americanos podía más que la contradicción que hacía ver en esta conducta con los principios que reclamaba.
Domingo de Monteverde en 1813 recibió la Cruz de Caballero de la orden española de Carlos III, pensionada.
Bolívar regresó a Puerto Cabello en 1813 atacándola el 30 de agosto, siendo rechazado por las fuerzas de Monteverde. Fue una gran victoria realista; las fuerzas de Bolívar tuvieron más de quinientos muertos.
El 30 de septiembre, fuerzas independentistas y realistas se enfrentaron en un lugar cercano a la hacienda de “Bárbula”, estado de Carabobo. Las independentistas a los mandos de Rafael Urdaneta y Atanasio Girardot, y las realistas al mando de Monteverde, que había sido reforzado por el Regimiento Granada recién llegado de España, fue una victoria independentista, lo que les dio ánimo para establecer la Segunda República.
El 3 de octubre tuvo lugar el combate de Las Trincheras, cercana a Puerto Cabello, estado de Carabobo. Tropas independentistas al mando de José Luciano D´Elhuyar se enfrentaron a las fuerzas de Monteverde. Fue una nueva victoria independentista. En este combate resultó Monteverde gravemente herido en la cara.
Más tarde fue aconsejado por diversos oficiales españoles que debido a su estado de salud entregase el mando y regresara a España.
Regresó a España en 1817, a su llegada fue ascendido al empleo de brigadier, siendo condecorado con la Gran Cruz de Isabel la Católica y la Cruz Laureada de San Fernando.
En 1823 fue nombrado capitán general de Puerto Rico, pero a última hora no pudo embarcar por haber resuelto el rey que continuase en el mando el mariscal de campo Miguel de la Torre.
En 1824 ascendió a Jefe de Escuadra.
El 28 de agosto de 1825 ocupó el cargo de comandante general de los Tercios de Levante, cargo que ocuparía hasta marzo de 1827. En ese año, el 24 de julio, fue nombrado Coronel General de la que acababa de ser creada Brigada Real de Marina, con la unión de Infantería y Artillería.
Estando en el cargo, en 1831 se sublevó la oficialidad; aunque se sofocó la sublevación, fue sometido a proceso, siendo absuelto y confirmado en sus cargos, quedando muy afectado debido a su quebrantada salud.
Domingo de Monteverde falleció el 15 de septiembre de 1832, en San Fernando, Cádiz.