«Echo de menos una institución en Ceuta que velara en los casos de animales y plantas en situaciones de riesgo»
MEDIOAMBIENTE
Saúl Yubero, miembro de la sección de Ciencias del Instituto de Estudios Ceutíes, quien anhela el hecho de disponer de una entidad que opere “de manera seria, práctica y eficaz”, expone “qué se debe hacer” ante la presencia de ofidios en la ciudad y subraya que si las culebras existentes en Ceuta desaparecieran, “se produciría un desequilibro que tendría consecuencias desastrosas inmediatas”

Saúl Yubero, miembro de la sección de Ciencias del Instituto de Estudios Ceutíes, se abre en canal en una entrevista concedida a este diario donde expone cuál es su labor diaria desempeñando este cargo, “se intenta acercar a la población ceutí el fruto de los estudios científicos de vanguardia: zoología, botánica, entomología, ecología, etc.” Asimismo, ante las recientes noticias publicadas en prensa sobre la presencia de ofidios en Ceuta, Yubero explica qué se debe hacer si te topas con una de ellas, apostillando que si las culebras que existen en la ciudad autónoma desaparecen, “se produciría un desequilibrio que tendría consecuencias desastrosas inmediatas”.
Pregunta.- Es miembro de la sección de Ciencias del IEC, ¿cuánto tiempo lleva desempeñando este cargo?, ¿cuál es su labor diaria?
Respuesta.- Tengo el honor de pertenecer al Instituto de Estudios Ceutíes desde el año 2009. Soy miembro, como bien dice, de la sección de Ciencias. Desde dicha sección, y con el decanato de José Luis Ruiz, principal valedor de la misma, se intenta acercar a la población ceutí el fruto de los estudios científicos de vanguardia: zoología, botánica, entomología, ecología, herpetología… entre otras áreas. Para ello ponemos a disposición del público caballa los mejores investigadores de cada disciplina, lo que se traduce en ponencias de alto nivel, siempre con un lenguaje y una disposición de los conferenciantes que suele llegar sin excesivos tecnicismos al público general más interesado.
Tal interés se suscita por la cercanía de los casos y asuntos que se tratan, siempre relacionados con Ceuta y sus alrededores. Sin embargo, la estrella de la sección son las Jornadas del medio natural de Ceuta y su entorno, que se vienen celebrando desde el año 2003 bienalmente. Durante tres días se ofrecen una serie de comunicaciones de distintas disciplinas relacionadas con el medio ambiente. Conferencias que culminan con un viaje a Marruecos en el que el público asistente, acompañado de los expertos que previamente nos han mostrado desde la sala de conferencias sus conocimientos, puede compartir con éstos una experiencia de tipo práctico e in situ.
Quiero recalcar que los preparativos para tales Jornadas no son moco de pavo, y exigen que los miembros de la sección arrimen el hombro de manera contundente, haciendo uso de su tiempo personal para que todo salga a la perfección. Resaltar que el director de orquesta y quien carga con la mayoría del esfuerzo es José Luis Ruiz.

P.- Ha sido vocal de publicaciones durante años, ¿por qué decidió no serlo más?
R.- Siempre hay que apostar por un relevo generacional y no estancarse en el puesto que, por lo demás, consumía mucho del poco tiempo libre que tengo, tiempo que empleaba revisando originales, algunos de más de quinientas páginas, negociando con los autores, maquetando, revisando las correcciones previas de nuevo y volviendo a revisar. Siempre con la inestimable ayuda de Enrique Gómez Barceló.
P.- En Ceuta se encuentran cinco especies de culebras. ¿Cuál es la que tiene la población más extensa?, ¿y la que menos?
R.- No existen, que yo sepa, estudios sobre densidad de poblaciones de ofidios en Ceuta. Lo que puedo decirle es que la culebra es la más fácil de encontrar, por mi experiencia, que no quiere decir que sea la más abundante. En mi opinión, es la culebra de herradura, que gusta de la cercanía humana. Pero no buscan nuestra compañía porque aprecien a las personas, sino que son nuestros desperdicios los que atraen a sus presas. Por eso no sólo se la encuentra en toda Ceuta, sino en pleno centro de la ciudad, en descampados, playas, etc. Por el contrario, la más difícil de hallar, teniendo en cuenta en general que no es fácil dar con estos animales tan discretos, es la culebra lisa meridional, de hábitos crepusculares y nocturnos y en zonas orientadas al norte de la zona continental.

P.- ¿Son las cinco especies inofensivas?
R.- Ninguna de las cinco especies ofrece peligro al ser humano. Inofensivas no son, en tanto en cuanto no se las provoque, arrincone o manipule. Un gato puede parecer inofensivo hasta que se ve acorralado. Dos de ellas, las más grandes, pueden morder como reacción frente a una agresión, que puede ser voluntaria o involuntaria. Del resto de las especies, una no muerde (al menos nunca me ha mordido a mí, la culebra de agua o viperina) y las otras dos lo hacen en ocasiones extremas y con cierta dificultad atraviesan la piel de una persona.
P.- ¿Por qué zona suelen localizarse?
R.- Cada especie tiene su zona de distribución concreta. La más cosmopolita es la culebra de herradura, seguida de la culebra bastarda, que evita la presencia humana. La culebra de agua no se aleja mucho de su fuente de alimentación, charcos y cursos de agua. La culebra de cogulla puede encontrarse en toda Ceuta y la culebra lisa meridional puede hallarse en la zona continental, aunque hay alguna cita en el Monte Hacho.

P.- ¿Cuál es la esperanza de vida de estos ofidios?
R.- También cada especie tiene una esperanza de vida distinta de las otras. En la naturaleza, la dureza de las condiciones y el gran número de depredadores hacen que estos animales no vivan muchos años. Es cierto que de vez en cuando se hallan ejemplares seniles, cuyo tamaño puede impresionar al paseante casual. La culebra bastarda puede alcanzar hasta unos 220 cm, y tengo anotado un ejemplar de culebra de herradura de 178 cm.
P.- ¿Se ha visualizado alguna especie más?
R.- No, desde mi experiencia. Afortunadamente no tenemos especies exóticas o alóctonas como invasoras de nuestros campos, tal y como ocurre en los archipiélagos canario y balear respectivamente. Es cierto que se ha registrado alguna suelta o fuga de especies criadas en terrarios, que he sabido por la prensa.
P.- Usted mismo confesó recientemente durante una convocatoria del IEC que las noticias publicadas en prensa acerca de estos animales causan “cierta alarma social inmerecida” ¿Por qué inmerecida? ¿Cree que puede ser fruto del desconocimiento hacia estas serpientes?
R.- La serpiente es un animal que desde tiempo inmemorial produce rechazo en los seres humanos, especialmente desde la aparición de las religiones monoteístas. Con una simbología polivalente y el recelo atávico heredado generación tras generación, es difícil romper el ciclo de la desinformación y la superstición. Personalmente, me asusto cuando paseando por el campo me salen al paso perros asilvestrados, pues uno no sabe cómo van a reaccionar. O cuando se cruzan, en algún barrio, ratas de tamaños que hacen tragar saliva.
Una culebra siempre reaccionará del mismo modo, huirá rápidamente: ni siquiera nos daremos cuenta de su presencia. Si la sorprendemos, podrá utilizar la inmovilidad como estrategia. Pero en seguida, al sentirse descubierta, saldrá disparada y evitará el encuentro. No me cabe la menor duda de que existe aún mucho desconocimiento, entre la población, sobre el comportamiento de estos animales. Lo que no se conoce, no se valora; lo que no se valora no se cuida. Y lo que se desconoce se teme y se rechaza.

P.- ¿Cuál es el rol que cumplen estas culebras en el ecosistema ceutí?
R.- El rol que cumplen en cualquier ecosistema al que pertenezcan. Son parte del equilibro natural. Si desaparecieran, se produciría un desequilibrio que tendría consecuencias desastrosas inmediatas. De hecho, cuando en cualquier ecosistema desaparecen anfibios y reptiles es señal de que algo grave está ocurriendo. Son como el canario en la mina, cuya muerte avisaba a los trabajadores de que el aire no era bueno y había peligro inminente.
P.- ¿Qué hay que hacer si te topas con uno de estos ejemplares?
R.- Si es en el campo, dejarlo ir y darle espacio para que huya y se refugie. En ciudad, dependerá mucho de la situación en concreto. Pero aplicaría el mismo consejo, salvo que la integridad del animal se vea amenazada, lo que ocurre la mayoría de las veces. Es recomendable, si se tiene localizado, avisar a las autoridades para su captura y reubicación en zonas alejadas de los humanos.
P.- Si me muerde alguna de estas culebras, ¿qué tengo que hacer?
R.- Bueno, no soy médico, pero las mordeduras de las dos especies más grandes que habitan en nuestro territorio pueden atajarse con la aplicación de un antiséptico iodado, por ejemplo, que tiene buenos resultados preventivos. En el caso de la culebra bastarda, podría complicarse si la saliva tóxica que posee (muy rara que penetre en nuestro cuerpo) produce una inflamación del tipo picadura de avispa, o si la persona es sensible o alérgica: entonces sería recomendable la atención médica.

P.- Hay algunas asociaciones que aconsejan ciertos repelentes naturales para espantar a las mismas, tales como la lavanda, la menta o incluso el azufre… ¿hasta qué punto esto es cierto y eficaz?, ¿realmente las espanta?
R.- Sí, he leído esas recomendaciones. También las he encontrado tal cual en Internet. No conozco estudios científicos que avalen tales afirmaciones. No creo que unos matojos de lavanda, que pueden encontrarse en el campo ceutí, por cierto, impidan que una culebra deje de perseguir a la presa de la que puede depender su supervivencia. No vivimos en una región del planeta donde la abundancia de especies venenosas ponga en peligro a nuestras familias o animales y se necesiten medidas preventivas serias y drásticas.
P.- ¿Qué protocolo de actuación o qué actuaciones se llevan a cabo para el cuidado de estas especies?, ¿existe algún tipo de seguimiento?
R.- Los ofidios ceutíes se incluyen en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE). Desconozco que se esté llevando estudio alguno sobre su seguimiento. Aprovecho, por ello, la oportunidad para apuntar, a quien le interese, que el IEC ofrece unas ayudas a la investigación, en convocatoria anual, para becar, y leo directamente de nuestra página web, «proyectos cuya finalidad sea el estudio y recopilación de nuevos datos sobre la realidad ceutí y de su contexto, fomentando así la actividad investigadora que se centre en aspectos poco estudiados o que resulten de especial interés para el conocimiento de la realidad de Ceuta y de su entorno».

P.- ¿Algo que quieras añadir?
R.- Personalmente, echo de menos una institución en Ceuta que velara, de manera seria, práctica y eficaz, en los casos de animales y plantas en situaciones de riesgo, sean de la especie que sean. Quisiera, además, animar a la población en general, y sobre todo a aquellos que sientan rechazo por estos animales, a que se informen, pregunten, indaguen sobre ellos. El conocimiento ahuyenta la ignorancia y la superstición, que tanto daño hacen.
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