«La danza abre caminos como terapia y la primera a la que le ha abierto camino ha sido a mí»
ENTREVISTA
La profesora de danza Ana Founaud, quien lleva bailando desde los cuatro años, confiesa en esta entrevista la manera en la que le ha cambiado el mundo artístico, “yo me he reinventado gracias a la danza”. Asimismo, la profesional manifesta su opinión sobre la música actual y sobre la “alimentación ultraprocesada”, era en la que nos encontramos actualmente

La profesora de danza, Ana Founaud, se abre en canal en una entrevista concedida a este diario en la que confiesa cómo de complicada ha sido su infancia debido a su timidez y de qué manera la danza le ha abierto camino y lo ha tomado como vía de escape. “Yo siempre me he expresado mejor con el movimiento que con la danza, tengo 50 años y llevo dando clases desde los 19. La danza es mi vida, no pienso en jubilarme, no quiero parar, me encanta mi trabajo”.
Pregunta.- Para aquellas personas que no te conozcan, ¿quién es Ana Founaud?
Respuesta.- Soy una soñadora. Siempre creí en los cuentos de hadas, soy muy peliculera y creativa. Me apasiona la danza y todas las artes artísticas en general. Me gusta la decoración también. En definitiva, todo aquello donde yo pueda inventar algo cada día, donde poder sacar mi creatividad y mostrar mis estados de ánimos a través del arte y de la improvisación.
P.- ¿Cuánto tiempo llevas bailando?
R.- Desde los cuatro años. Empecé con mis hermanas en el Conservatorio. Somos cuatro hermanas y todas hemos pasado por ahí, se nos iba metiendo el gusanillo a la siguiente y hemos pasado todas por ahí, desde la más grande a la más pequeña.

P.- ¿De dónde te viene la pasión por el baile?
R.- Mi padre es de Ceuta y mi madre es aragonesa. Esta pasión nos viene de mi madre, ella siempre quiso ser bailarina, pero ella venía de una familia muy clasista y en aquella época dedicarte a este mundo era demasiado libertinaje e incluso, te tachaban de prostituta. A mi madre le hubiera gustado ser modelo, pero tampoco le dejaron. Y esto lo hemos mamado. En mi casa siempre se ha respirado ese amor hacia la danza gracias a mi madre. Ella apuntó a la mayor al Conservatorio de Danza y las demás hemos ido detrás imitando a nuestras hermanas mayores.
P.- ¿Desde cuándo te dedicas a este mundo de una manera más profesional?
R.- Aparte de estudiar danza, mi hermana Rosa, que es mayor que yo, tenía su academia de danza, así que me formé en ella. Gracias a mi hermana, la cual me cedía algunos días, empecé a dar clases de danza, pero a mi estilo. Mi hermana es de danza clásica y en mi caso, danza moderna.
Empecé a hacer mis pinitos en danza moderna en un momento en el que muy poca gente, en una ciudad como Ceuta, nadie sabía lo que era. Daba clases los sábados por la mañana o a sus alumnas, pero poco a poco fui avanzando, abriendo mis propios grupos, mis propias clases y así he estado durante mucho tiempo, trabajando a la espalda de mi hermana.
Pero, hará unos diez años aproximadamente, me independicé de mi hermana en ese sentido y abrí mi propia escuela. Aunque damos clase en la misma escuela, ya tuve mi propia entidad, con mi nombre, ‘Ana Founaud Dance’ y dejé de ser la hermana de Rosa. Con mucho sacrificio y con muchas ganas hemos ido avanzando y, actualmente, tengo una escuela grande con más de noventa personas. Ha sido un camino largo, pero muy satisfactorio porque lo he levantado yo sola.

P.- ¿Qué significa para ti la danza?
R.- No concibo la vida sin esto. He tenido una infancia complicada, no por mi familia, sino porque me ha costado mucho expresarme, era muy tímida. Por lo que, para mí, la danza fue mi vía de escape, donde podía ser yo misma y me sentía libre. Yo siempre me he expresado mejor con el movimiento que con la palabra. La danza es mi vida. Tengo 50 años y llevo dando clases desde los 19, no pienso en jubilarme, no quiero parar, me encanta mi trabajo.
P.- ¿Cómo educas a tus alumnos en la danza?, ¿qué tipo de música o estilo sueles poner en práctica con tu alumnado?
R.- Intento educar a mis alumnos en la buena música. Hoy en día, no hay ese sonido musical bueno, como los artistas de antes y donde todas las bases son prácticamente las mismas. Yo he crecido en otra época donde he sentido música de verdad y con gente que ha marcado historia.
Yo intento enseñarles a ellos que lo que escuchan en Tik Tok no es música de verdad o que los bailes que se ven en esta red social tampoco son “bailes de verdad”. No debemos olvidar que yo tengo un negocio y tengo que mirar por el alumnado y el gusto de la gente, pero al igual que meto algo muy nuevo que sale y hay que hacerlo porque está de moda, meto también temas que creo que tienen más validez musicalmente y les explico de dónde viene, por qué es un buen tema, etc., por lo que intento que no solo aprendan a bailar, sino que tengan un oído de calidad y aprendan a identificar la música.
Yo tengo un estilo muy personal, a mí me gusta mucho la danza urbana y el hip-hop, no soy tan rockera, ni tan funkera. Estoy contenta porque a mis alumnas les gusta lo que saco y no siempre saco lo más nuevo. Intento tocar muchos estilos, no me gusta encasillarme en uno porque entiendo que en la variedad está la diversión.

P.- ¿Quién podría ser tu referente tanto en la danza como en la música?
R.- En lo que respecta al baile, mi bailarín preferido es Michael Dameski. Y en cuanto a la música, Michael Jackson me ha marcado desde pequeñita y Madonna es, sin duda, la banda sonora de mi vida.
P.- ¿Qué trucos tienes para que no se te descontrolen los niños y sigan la clase?
R.- Principalmente, hay que dejar claro que la gente que se apunta a una actividad como la danza es porque le gusta, pero tienen un poco el concepto de la danza distorsionado, porque entienden por ello, como bien he dicho antes, lo que ven en Tik Tok, por lo que tienes que desmontarle ese tipo de danza y hacerles ver que, aunque se lleve o esté de moda, eso no es bailar.
Mis clases no son fáciles, hay que currar porque para bailar a un nivel alto tienes que entrenar mucho.
P.- ¿Qué valores pueden llegar a expresar tus alumnos a través de la danza?
R.- Cientos de valores, date cuenta que están en edad de desarrollo absoluto y completo, así que con que haya un grupo de compañeros, ya aprenden a motivarse unos a otros, a no juzgar ni a desmerecer el trabajo de ninguno. Aprender a transmitir y a interpretar, ya que tienen que tocar muchos papeles. En definitiva, formamos una gran familia donde cada uno tiene su sitio y donde intento inculcarles que no se prejuicie a nadie y que cada uno se expresa como puede, a uno se le da mejor una cosa, a otro, otra, pero al final nos complementamos.
Conforme yo crezco mentalmente y emocionalmente, también noto que a mis alumnos también les mejora.
P.- ¿Has sido consciente si alumnos que han llegado más tímidos han conseguido gracias a la danza ser capaces de interiorizar esa actitud que han tomado a la hora de interpretar?
R.- Sí, yo he tenido a niños con problemas serios y los ves ahora, y están completamente integrados. Hay niños que vienen con problemas en su casa y ves que crecen y mejoran y le ayuda en lo personal. Hay personas que vienen pensando que no valen para nada y, por ejemplo, el hecho de subirse al escenario les ha empoderado y, a lo mejor, les ha sacado de una depresión. La danza nunca perjudica, siempre beneficia, es como una terapia.

P.- ¿Crees que la danza como terapia está abriendo nuevos caminos?
R.- Sin lugar a dudas, y a la primera que le ha abierto camino ha sido a mí. Yo me he reinventado gracias a la danza. Me ha ayudado a superar muchas cosas, a mejorar y a crecer como persona. Es algo que yo veo en mí, pero también en mis alumnos, veo su crecimiento. Tengo a niñas que empezaron conmigo con cuatro años y ahora son mamás, que han acabado apuntando a sus hijas y bailan en el escenario mamás e hijas. Al final, es salud, ocupar tu tiempo en algo tan bueno y saludable como es la danza me parece la mejor opción.
P.- ¿Cómo de importante es la alimentación en este mundo?, ¿crees que influye de una manera considerable?
R.- Influye en todo. Para poder ser un gran bailarín te tienes que cuidar e intentar tener un cuerpo atlético para poder tener energía. Yo hago cinco clases diarias y si no me alimentara como me alimento no podría darlas. Me tengo que nutrir, no debo tomar azúcar porque no me va a aportar nada, tengo que tomar proteínas, vitaminas, la cantidad justa de carbohidratos, etc. Una dieta equilibrada.
Estamos pasando por un momento donde la alimentación en su mayoría, está ultraprocesada. Me gusta que mis niños sepan que la alimentación hace bailarines. Al igual que hay que descansar, hay que comer bien. Nosotros cogemos pesas, mancuernas, hacemos circuitos, ejercicios de fuerza específicos para la danza, etc., y eso no lo soportas si no te alimentas correctamente. Yo tengo una niña pequeña y me gustaría que en el colegio le marcaran lo que es saludable y lo que no, ya no por el físico, sino por la salud de mi hija.

En mis clases pongo como norma un desayuno saludable y quiero que lo vean atractivo. El ser bailarín es el compendio de muchas cosas, comer bien, dormir, descansar, hacer ejercicio y asistir a clases de danza y estar sobre el escenario para coger tablas.
Sigue el canal de El Pueblo de Ceuta en WhatsApp. Pincha aquí, dale a SEGUIR y encontrarás toda la actualidad informativa de la jornada ceutí